Desde hace más de una semana que más de 3 mil vecinxs de los alrededores están ocupando tierras en Guernica, al sur del AMBA. Tierras vacías por años, que buscan convertirlas en viviendas dignas para quienes ya no pueden sostener el alquiler, o escapan de la violencia, o deambulan en situación de calle.
Al cabo de una asamblea para unificar fuerzas, entrevistamos a Yamila, una joven vecina de Presidente Perón que apuesta a esta lucha como su posibilidad de acceder a una vivienda.
– ¿Cómo es la situación que están atravesando ahora?
– En principio digamos que la situación es bastante, bastante tensa en cuanto a municipio, y por las problemáticas de los que estamos asentados aquí, que estamos en esta situación. Las características del predio son bastante grandes: el espacio real son 100 hectáreas, en las que hay más de 3500 familias.
Mañana vamos a terminar de confirmar eso en una reunión con los cuatro barrios. Nos definimos como cuatro barrios que estamos ahí, que estamos coordinando y que nos empezamos a conocer entre todos. Porque lamentablemente nos adjudican que son las mismas tierras en las 100 hectáreas.
Eran yuyales y basural, pero desde que nos metimos y empezamos a limpiarlas, vinieron a reclamarlas. Entre licitaciones y demás, las personas o entidades interesadas o “damnificadas”, como le quieran llamar, son aproximadamente siete u ocho.
-¿Qué los llevó a tomar esta medida?
Nos llevó a tomar esta medida principalmente esta situación de vulnerabilidad de parte de las personas que ocupamos, y que el Estado no está pudiendo garantizar. Hay muchas personas que quedaron en situación de calle cuando la pandemia comenzó, que no pudieron seguir pagando sus alquileres, personas a las que les bajaron el sueldo de forma abismal, y tienen orden de retirarse de sus hogares por no poder seguir pagando. Hay mujeres con situación de violencia de género, que tuvieron que tomar esta medida porque la situación se les volvía muy límite y decidieron tomar a sus hijos e ir a la calle.
Así nos encontramos todos de casualidad, porque en realidad somos todos vecinos de Presidente Perón, todos nos conocemos, o si no nos conocemos sabemos dónde es la calle donde están viviendo, o dónde es, cómo llegar y demás. Somos un pueblo que se está convirtiendo recién en ciudad y cuatro mil familias es un número enorme. Enorme para los que vivimos acá. Yo vivo en Presidente Perón hace 25 años, y sabemos que cuatro mil familias es una tercera parte -por decirte- de lo que es Presidente Perón.
Es una situación muy límite porque nos presentamos para intentar llegar a un acuerdo con el municipio, a través de nuestros representantes, nuestros defensores legales y los defensores del pueblo, y lamentablemente, los intereses políticos del municipio están por sobre las necesidades de la gente y de cómo tratamos de paliar el hambre. Hay un montón de gente que hace días que no come porque no tiene con qué. Tratamos de hacer ollas populares en las que por lo menos tengan su platito de comida mediante donaciones, recibimos muchas… A medida que fueron pasando los días las organizaciones sociales se hicieron muy presentes. Fueron las que nos dieron respuesta. Las organizaciones populares nos dieron una mano al asesorarnos de forma legal. Porque el avasallamiento de la policía, los atrevimientos que se ha tomado el municipio, hasta nos han llevado detenidos por supuestos errores. Han hecho de forma fraudulenta 533 causas, que están viendo los abogados. Les hicieron firmar mediante un supuesto censo a las personas dos papeles que estaban en blanco, después los llenaron y así los encausaron. Nos persiguen, nos amedrentan, y nos siguen vulnerando aún más, cuando lo único que queremos es un pedazo de tierra donde poder pensar que, aunque no tengamos para comer, por lo menos vamos a tener un techo medianamente digno que no nos está proveyendo el Estado y que nos está dejando totalmente en una situación vulnerable y triste, muy triste…
-Ustedes están planificando urbanizar el área ocupada, ¿en qué consiste el proyecto?
-Nosotros estamos viendo de poder llegar a un acuerdo con los cuatro barrios para que esa zona se urbanice. Nuestro proyecto es una propuesta de urbanización, con todo lo que eso conlleva: con cuadras que concuerden, donde pueda pasar el agua, donde pueda pasar la luz, donde no tengamos que estar colgados, donde cada lugar tenga su salita de primeros auxilios, que tenga su colegio, que tenga su jardín, que tenga sus espacios verdes que es muy importante para la recreación de los chicos y chicas. Hay muchas familias con niños pequeños que ya están viviendo ahí porque no tienen techo, no tienen un espacio donde poner a sus hijos y están ahí, están desde el primer día, con temperaturas bajo cero, sin leña, sin un poquito de fuego, y nos estamos… o sea, es una situación muy desesperante. Estar ahí adentro es muy desesperante.
-¿De qué manera la gente puede colaborar y solidarizarse?
-Estamos viendo el tema de las donaciones. En principio las organizaciones sociales se solidarizaron en ese sentido, hubo muchas colaboraciones de parte de ellos. Estamos tratando de centralizarlo mediante un grupo de vecinas que está mensajeándose con las personas que quieren solidarizarse, colaborar para las ollas populares, para las postas de salud. Nosotros sabemos y estamos conscientes de que es una situación de pandemia, y estamos ahí, totalmente expuestos, y tratamos de tomar las medidas necesarias… o medianamente necesarias. Estamos buscando muchos bidones de agua, estamos tratando de conseguir agua potable, o sea, agua mineral, y de higiene tratamos de centralizar lo más que se puede. Lamentablemente, recién ahora pudimos empezar a meterle pilas a eso. Somos todas familias, somos toda gente que intenta meterle fuerza ahí porque es lo único que tenemos, y aunque nos quieran levantar, lamentablemente, por el momento es lo único que tenemos.
-¿Querés agregar o resaltar algo?
-No sé, podría resaltar la solidaridad de la gente, de las familias, de los que estamos desde el primer día, que estamos bancando noches frías, noches tristes, noches de frustración en las que nos dicen: “Se van, se van, se van”, cuando hay una medida judicial por el juez de garantías, que por treinta días por lo menos no hay orden de nada. Y es triste, es muy triste que el Estado, que debería ser el que garantice nuestros derechos a la vivienda, nuestro derecho a… No sé, la verdad es que resalto la tristeza, pero también resalto muchísimo más la solidaridad de la gente, el compañerismo y la fuerza que le estamos metiendo.
Hoy que está pronosticado lluvia estamos muy preocupados. Sabemos que hay mucha gente que está durmiendo a la intemperie. Lamentablemente no nos dejan entrar nada y todo lo que tratan de entrar como para un techo, o una chapa que les tape la cabeza, se lo confiscan y se lo llevan detenido. Entonces creo que es complicado, es muy triste y creo que la única respuesta que tenemos es la unión de los mismos vecinos y de la fuerza que le están metiendo muchos colaboradores de organizaciones sociales y gente independiente, profesionales independientes, para tratar de garantizar esos derechos que nos están negando.