Mariano Moreno y el periódico de la Revolución

0
48

“El pueblo tiene derecho a saber la conducta de sus representantes, y el honor de éstos se interesa en que todos conozcan la execración con que miran aquellas reservas y misterios inventados por el poder para cubrir los delitos. El pueblo no debe contentarse con que sus jefes obren bien, debe aspirar a que nunca puedan obrar mal. Para el logro de tan justos deseos ha resuelto la Junta que salga a la luz un nuevo periódico semanal, con el título de Gazeta de Buenos Ayres.”.

Con estas palabras, el 7 de junio de 1810 salía a la luz el primer número del órgano de prensa del gobierno revolucionario instaurado el 25 de Mayo, que se publicó hasta 1821.

Su primera dirección estuvo a cargo de Mariano Moreno, secretario de Guerra y Gobierno de la Primera Junta, y en su redacción participaron también Juan José Castelli, Manuel Belgrano, Manuel Alberti, Pedro Agrelo y Bernardo de Monteagudo.

Moreno había nacido en Buenos Aires y estudiado derecho en la Universidad de Chiquisaca, donde conoció los escritos de la Francia revolucionaria y los críticos del colonialismo y la explotación de los indígenas. A su regreso a Buenos Aires, trabajó para la Audiencia y el Cabildo, y fue el redactor de la “Representación de los Hacendados”, defendiendo la libertad de comercio contra el monopolio español, lo que lo acercó a los grupos revolucionarios criollos.

Así llegó a ser elegido como secretario de la Primera Junta, en la que jugaría un rol dirigente, en disputa permanente con su presidente Cornelio Saavedra. Mientras Moreno representaba al sector más consecuentemente independentista y partidario de cambios sociales y económicos, Saavedra era expresión de los sectores criollos aristocráticos que pretendían dejar de ser colonia, pero sin que eso implicara grandes cambios sociales que afectaran sus privilegios.

La Gazeta fue una herramienta fundamental de la revolución. Mediante este periódico de unas pocas hojas, que salía dos veces por semana, el nuevo gobierno revolucionario se propuso dar a la población del Virreinato “una exacta noticia de los procedimientos de la Junta, una continuada comunicación pública de las medidas que acuerde para consolidar la grande obra que se ha principado, una sincera y franca manifestación de los estorbos que se oponen al fin de su instalación y de los medios que adopta para allanarlos”.

Manuel Moreno, hermano del secretario de la Junta, describió así los objetivos del órgano oficial: “Excitar el ánimo del pueblo a examinar sus intereses y sus derechos; establecer los principios sólidos de su felicidad, y combatir los agentes de la tiranía; tales eran los objetos que el doctor Moreno se propuso en la edición de este papel, único y original en las prensas de la América española”. Frente a los rumores y conspiraciones que alentaban los españoles y realistas contra el pronunciamiento de Mayo, una voz oficial de la revolución era imprescindible.

En sus páginas se publicaron decretos y decisiones gubernamentales, debates jurídicos y legales sobre el nuevo ordenamiento, notas sobre la situación en España, Europa y el resto de América, y hasta el Contrato Social de Rousseau por partes. Dada la gran cantidad de analfabetos, la Junta ordenó que la Gazeta fuera leída desde los púlpitos de las Iglesias. Y desde La Gazeta se fue denunciando la historia y el carácter del colonialismo español para fortalecer la lucha independentista: “la fuerza y la violencia son la única base de la conquista, que agregó a estas regiones al trono español, conquista que en trescientos años no ha podido borrar de la memoria de los hombres las atrocidades y horrores con que fue ejecutada, y que no habiéndose ratificado jamás por el consentimiento libre y unánime de estos pueblos, no ha añadido en su abono título alguno al primitivo de la fuerza y la violencia que la produjeron”.

La labor revolucionaria de Moreno se vio tempranamente truncada cuando Saavedra logró su renuncia en diciembre de 1810. Poco después moriría sospechosamente en altamar en el medio de un viaje a Europa encargado por la Junta. Pero la disputa de líneas en la revolución continuaría durante toda la Guerra de Independencia, y las ideas de Moreno seguirían inspirando a la corriente más consecuentemente revolucionaria.

El final de la Gazeta sobrevino finalmente en 1821, no casualmente por orden de Bernardino Rivadavia. Cuando todavía la Guerra de Independencia no había llegado a su fin, y San Martín y Bolívar encaraban la ofensiva contra el centro del Ejército realista en Perú, los terratenientes y grandes comerciantes porteños ya daban la espalda a la revolución y se concentraban en afianzar sus nuevas posiciones y beneficios. Así, nuestras tierras dejarían de ser colonias, pero la hegemonía de estos sectores frustró los proyectos de cambios sociales y de una verdadera independencia económica y política que se habían comenzado a esbozar desde las páginas de la Gazeta de Buenos Aires.

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here