India y Pakistán, la guerra por Cachemira y la sombra colonial

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Ambos países volvieron a agredirse con ataques militares. La disputa por Cachemira es histórica, hoy el peligro se hace exponencial y muy peligrosa debido a que se enfrentan potencias nucleares.

El conflicto entre India y Pakistán es uno de los más prolongados y peligrosos del mundo, especialmente por tratarse de dos potencias nucleares.

Su origen se remonta a la partición de la India británica en 1947, cuando el subcontinente se dividió en dos estados: India (de mayoría hindú) y Pakistán (de mayoría musulmana). (lavoz.com.ar 6/05/25)

La escalada de tensiones entre ambos países es un fenómeno geopolítico con un trasfondo histórico que se tejió hace casi 80 años, cuando el Reino Unido se deshizo de su vieja colonia de la manera más caótica posible. El conflicto no es menor: se trata de dos países que poseen armas nucleares y que podrían desestabilizar al mundo entero.

Un conflicto propiciado por las «heridas abiertas» que dejó el colonialismo británico

Durante más de un siglo, el Imperio Británico gobernó el sureste de Asia bajo una lógica de «divide y vencerás», promoviendo la división racial, étnica y religiosa para mantener el control de todo el territorio. No conforme con ello, cuando se quedó sin recursos para seguir administrando su colonia, el Reino Unido se retiró haciendo «una partición abrupta con líneas mal definidas que separaron pueblos, comunidades y familias enteras». De ese modo surgieron las dos naciones hoy conocidas: la India, de mayoría hindú, y Pakistán, de mayoría musulmana. (sputnik mundo).

Según Marivel Alvarado experta en asuntos de la India (que realizó una estancia de investigación en la Universidad Jawaharlal Nehru University en Nueva Delhi), no se puede dejar de lado que las tensiones entre ambas naciones fueron heredadas por un colonialismo occidental – específicamente británico – que siempre vio por sus propios intereses. (sputnik mundo).

«La salida del Imperio británico del sur de Asia en 1947 no fue ordenada ni consensuada: fue una retirada apresurada que dejó una serie de errores históricos cuyas consecuencias son visibles hasta el día de hoy», explica la analista. (sputnik mundo).

La historia entre las dos potencias regionales ha estado marcada por desencuentros religiosos y por reclamaciones sobre Cachemira que se remontan a los propios orígenes nacionales, tras la independencia de Reino Unido. Con el fin de la colonización británica hace ahora ochenta años, India y Pakistán se sumergieron en un conflicto territorial por el control de esta región, un territorio estratégico que ha seguido siendo foco de disputa hasta la actualidad. (elordenmundial.com (8/05/25)

Tras la última escalada de tensión en 2019, estos días el conflicto territorial ha vivido un nuevo repunte después de que India bombardeara nueve enclaves pakistaníes tanto en la Cachemira controlada por Pakistán como en puntos internos del mapa del país, más allá del territorio disputado.

El origen del nuevo enfrentamiento se remonta al pasado 22 de abril de 2025, cuando se produjo un atentado en la ciudad de Pahalgam —situada en la Cachemira administrada por India—. Las autoridades indias han atribuido el ataque a Pakistán y han utilizado el episodio como pretexto para los bombardeos. Se trata del peor ataque en más de dos décadas entre ambos países. (sputnik mundo).

El Ideólogo del caos

El abogado y lord Cyril Radcliffe fue el enviado especial británico para dividir la colonia. El problema, apunta Alvarado, es que él nunca había estado en la India, no hablaba ninguna de sus lenguas ni conocía su geografía ni su diversidad cultural.

Y agrega: «Aun así, le encomendaron esa tarea monumental: trazar las fronteras entre dos nuevos países, India y Pakistán, en poco menos de cinco semanas. Tenía que dividir el territorio en función de criterios religiosos: hindúes y musulmanes, pero con información incompleta y una presión política enorme de la comunidad internacional», señala. (sputnik mundo).

El mapa de Cachemira, la gran disputa territorial entre India y Pakistán

Ubicada al oeste del Himalaya, la región es un enclave estratégico desde el fin de la colonización británica. Es una de las zonas más militarizadas del mundo.

Cachemira es una región de un tamaño similar a Rumanía, ubicada al oeste del Himalaya. Con tierras muy fértiles, gran belleza natural y una población de cerca de veinte millones de personas, es además un enclave en los intereses de otras potencias de la región, como China. De hecho, el gigante asiático ha extendido su Nueva Ruta de la Seda hacia Pakistán a través de la carretera Karakorum, que cruza Cachemira mediante las montañas del mismo nombre.

En 1947, el Reino Unido se encontraba devastado financieramente a causa de la Segunda Guerra Mundial y ya no tenía el dinero ni voluntad política para mantener su dominio en el sureste asiático. Por ello, se deshizo de sus territorios.

Con ello, no sólo creó un Pakistán separado geográficamente, sino que creó zonas en disputa como Cachemira. El Imperio Británico tenía mucha presión para comenzar procesos de descolonización y optó por una salida rápida que priorizara sus intereses estratégicos”, señala Alvarado.

Antes de 1947, explica, varios movimientos independentistas vislumbraban la creación de una India unificada en la que la partición nunca fue una solución. Hubo figuras como Mohandas Karamchand Gandhi o Jawaharlal Nehru que creían en una India diversa capaz de integrar lenguas, religiones y etnias, pero al final los colonizadores británicos pusieron un puño sobre la mesa y configuraron el “mapa actual de reglas imperiales” que originó el presente conflicto geopolítico entre Nueva Delhi e Islamabad.

La mitad de Cachemira está controlada por India, un tercio aproximadamente por Pakistán y el resto por un actor externo: China. No por nada fue allí donde ocurrió la mayor parte de los recientes ataques aéreos indios en contra de “infraestructura terrorista”, como parte de la Operación Sindoor lanzada por Nueva Delhi el 7 de mayo.

«En lugar de una federación multicultural, se impuso una lógica de separación religiosa. Y es que, durante más de un siglo, los gobernantes británicos, fomentaron rivalidades religiosas y étnicas para mantener el control del territorio. Establecieron jerarquías raciales e impusieron privilegios entre comunidades para promover competencia y desconfianza, y algunas rivalidades siguen hasta la fecha”, explica Alvarado. (sputnik mundo)

¿Un conflicto religioso?

Aunque en 1947 la división impuesta por Londres entre India y Pakistán sí obedeció a criterios religiosos, actualmente no podría afirmarse que el conflicto bilateral tiene que ver exclusivamente con la fe, ya que eso sería una visión simplista del problema, coinciden las internacionalistas Alvarado y Michelle Calderón (maestra en estudios de Asia y África por el Colegio de México).

Manifestantes queman una bandera india durante una manifestación de condena de los ataques con misiles indios, en Hyderabad, Pakistán, el 7 de mayo de 2025

De igual manera, dice Calderón, existen otros elementos importantes que tienen que ver con la geopolítica para entender el conflicto: Cachemira es una región montañosa que controla el acceso a rutas estratégicas, como fuentes de agua y caminos comerciales, porque se trata de una región fronteriza con China, la primera gran economía de Asia y probablemente también la mayor economía mundial, explica la analista.

“Cachemira, además, tiene un simbolismo que le ha sido conferido a lo largo del tiempo, ya que la región fue resultado de cuestiones inconclusas de la partición colonial”, agrega Calderón.

En ello coincide Alvarado, quien asegura que Cachemira no solo es una región en disputa, sino “el simbolismo más fuerte de la rivalidad entre India y Pakistán”. (sputnik mundo)

La primera guerra llegó poco después de la independencia.

Esta primera guerra terminó con la intervención de Naciones Unidas y con la imposición de una frontera que partía el mapa de Cachemira en dos: la Línea de Control. Así, dos tercios quedaron administrados por India —las provincias de Jammu Cachemira y Ladakh—, y el restante controlado por Pakistán. Sin embargo, ninguno de los dos ha cesado en sus reclamaciones sobre la totalidad del territorio.

La ecuación se complicó todavía más con la entrada de China en el reparto territorial. Por un lado, Pakistán cedió una parte de su territorio a China en el marco de la disputa con India. Se trata de una cesión a la que India se opone, pues reclama como suya esta franja situada al norte del glaciar de Siachen. Y por otro, China controla el territorio de Aksai Chin, también reclamado por India y cuya frontera está delimitada por la Línea de Control Actual.

A pesar de las recurrentes tensiones, el último conflicto bélico a gran escala se produjo en 1999, aunque el conflicto en el glaciar de Siachen se prolongó hasta 2003, considerándose el campo de batalla a mayor altitud de la tierra, así como un escenario de guerra de alta montaña donde ambos países todavía mantienen tropas.

Para entonces, tanto India como Pakistán ya contaban con armas nucleares, por lo que el enfrentamiento de 1999 desató las alarmas internacionales. Los dos meses que duró esa guerra no trajeron consigo el fin de la rivalidad. Pero sí que tras ella, los desencuentros se habían limitado a ataques terroristas y movimientos militares puntuales que, hasta ahora, no habían provocado mayores represalias o repercusión. (sputnik mundo)

Extremismo y Nacionalismo

El Gobierno de Narendra Modi ha institucionalizado el nacionalismo hindú mediante políticas culturales y algunas reformas legales, como, por ejemplo, la ley de ciudadanía india de 2019.

En marzo de 2024, Modi anunció reglas para la Ley de Enmienda de Ciudadanía, la cual proporciona una vía rápida hacia la naturalización para hindúes, parsis, sijs, budistas, jainistas y cristianos que huyeron a territorio indio desde países como Afganistán, Bangladesh y Pakistán antes del 31 de diciembre de 2014. Sin embargo, esta ley excluye a todos los musulmanes, que son mayoría en esos tres Estados.

Desde el Gobierno de la India constantemente se promueven discursos que asocian a la unidad nacional con una mayoría hindú, ese tipo de narrativas y políticas exacerba las tensiones contra la comunidad islámica, que es mayoría (casi el 95% de la población) en Pakistán.

Cabe destacar que la narrativa oficial del Estado pakistaní ha sido anti India desde su origen. Sin embargo, esta rivalidad sucede más a nivel institucional, gubernamental, militar y paramilitar, ya que en general no hay animadversión absoluta entre las poblaciones de ambas naciones.

Se debe distinguir entre el sentimiento nacionalista de los pueblos, las posturas ideológicas del Estado y las actitudes de la sociedad civil, porque, dice, es fácil caer en la idea simplista de que hay una enemistad casi inevitable entre India y Pakistán, países que todavía comparten lazos culturales, familiares y sociales en varios sentidos.

También hay que aclarar que durante la dictadura militar de Muhammad Zia-ul-Haq en la década de 1980, se promovió una «islamización profunda» en todas las áreas públicas del país, como la justicia, la gobernanza y la educación.

Fue en ese contexto en el que se crearon grupos extremistas y terroristas que, con el paso del tiempo, se radicalizaron más, como Lashkar-e-Taiba y Jaish-e-Mohammed.

Algunas de las células terroristas han tenido apoyo indirecto y tolerancia del aparato de inteligencia pakistaní, especialmente cuando sus acciones estaban dirigidas contra la India. Algunos de estos grupos han sido señalados como responsables de atentados terroristas importantes, como los ataques de Bombay en 2008 o el atentado de 2019 donde murieron más de 40 soldados indios.

Un acto terrorista fue el motivo de que nuevamente se avivaran las tensiones entre ambos países. El pasado 22 de abril, varios hombres armados perpetraron un atentado terrorista en la popular localidad turística de Pahalgam, en Jammu y Cachemira. Los atacantes abrieron fuego con fusiles de asalto. En total, murieron 26 personas, 25 ciudadanos indios y un nepalí. El Frente de Resistencia, presuntamente vinculado al grupo yihadista salafí Lashkar-e-Taiba, reivindicó la autoría de la matanza. Se trató del ataque más mortal desde las tensiones entre los dos países en 2019. (sputnik mundo)

La historia de rivalidad territorial ha hecho que Cachemira, más allá de ser un paraíso natural en el Himalaya, sea una de las zonas más militarizadas del mundo. Y los recientes ataques de la India, la escalada más grave en los últimos veinte años, amenazan con traer de nuevo a esta región una guerra entre vecinos. (elordenmundial.com (8/05/25)

Nuevos brotes de antiguas disputas se yerguen sobre los pueblos. Los estados que azuzan conflictos sin reparar en los daños irreversibles con más muerte y destrucción, hacen que toda la región de los Himalayas vuelva a desestabilizarse.

El Imperialismo Británico ha dejado a su paso por todos los continentes, enfermedad, guerras y disputas entre los pueblos, conspirando y despojando, asesinando y saqueando, todo con un solo objetivo, dividir y reinar para la corona.

Nicolas Weichafe

9/05/25