Un paso histórico

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Foto: Emergentes

Un grito ensordecedor estremeció la Plaza Congreso en el instante que se votó el proyecto y se aprobó su media sanción. Las lágrimas se mezclaron con la alegría, saltos, festejos y la euforia de las miles de personas que aún después de 26 horas seguían esperando el resultado del debate. Y de la lucha.

Desde el mediodía del día anterior, cientos de miles de mujeres y hombres sumaron su presencia en la Plaza, presintiendo que iba a ser un día histórico. Los y las estudiantes, que estuvieron tomando sus colegios desde el lunes, concentraron y marcharon. La Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito montó un escenario, por donde pasaron numerosos artistas y desde donde se arengó durante toda la jornada. Se instalaron carpas y gacebos con actividades. Nadie se quedó sin su pañuelo verde y no faltó el maquillaje con brillitos. Una multitud bancó la posta, a pesar del frío polar y la incertidumbre. Las vigilias se multiplicaron también por todo el país.

La sesión fue seguida por todos. Pero lo que estremeció al pueblo han sido las tremendas movilizaciones particularmente en estos dos meses. El problema de la legalización o no del aborto se debatió en cada lugar de trabajo, curso, grupo de amigos y familia. Los pañuelos de la Campaña se distribuyeron de a millones. Son 13 años de lucha de la Campaña, que se fue nutriendo en los ya 32 encuentros nacionales de mujeres. Con un punto de inflexión en el #NiUnaMenos de 2015. Ya nada será igual.

La votación

Finalmente 129 diputadas y diputados apoyaron el proyecto; y 125 votaron en contra (ver recuadro). Primó el reconocimiento de la legalización del derecho al aborto como un problema de salud pública. Y porque cada mujer debe tener derecho a decidir, no simplemente sobre su cuerpo sino sobre la vida de cada una.

El “no” –con mucho más peso dentro del recinto de lo que se mostró en la sociedad en general y en la calle– fundamentó su posición en que la persona humana con iguales derechos que una mujer comienza desde la concepción. Es un concepto tan retrógrado que requeriría modificar el actual Código Penal que, desde 1921, permite el aborto en caso de violación o riesgo para la salud. Cuando se aprobó aquel artículo 86 de este Código, las mujeres ni siquiera votaban.

¿Qué sigue?

Desde el punto de vista legislativo, ahora es el turno del Senado. Batalla más difícil aún. Pero la historia no se detendrá.

El movimiento de mujeres y popular se ha fortalecido con este triunfo. El aborto ha dejado de ser un tema tabú. Ganan peso dentro de los profesionales de la salud quiénes reconocen esta cuestión como una necesidad. Este paso constituye también un gran impulso para la implementación de la educación sexual integral. Se abre paso un cambio cultural y social. Como dice la Campaña, se ha logrado ya la despenalización social del aborto.