En diálogo con Radio Urbana, Diego Scho referente de La René Salamanca de Bahía Blanca explicó que la organización tenía principalmente merenderos y que por la circunstancia de la pandemia se duplicaron.
Según explicó esto de se debe a que se pudo abordar a tiempo cuales eran las necesidades de las y los vecinos en los barrios de Bahía Blanca, y dar una respuesta frente a la ausencia del Estado Municipal.
«A principios de la pandemia abrimos una cocina acá en el barrio Napal y a partir de ahí empezamos una campaña de solidaridades de un montón de gente, principalmente laburantes. Nosotros ya contábamos por ejemplo con la colaboración de los Jerárquicos Petroquímicos que todos los meses nos acercan mercadería para los merenderos pero a partir de este momento es que comenzó la ola solidaria, así le decimos nosotros, porque donde la gente se fue enterando de como era la situación nos ayudo bastante y así pudimos ir abriendo más cocinas».
Frente a la ausencia del municipio, a cargo de Héctor Gay, es que se recurrió a la solidaridad del pueblo bahiense para sostener las cocinas que hoy están presentes en 21 barrios de la ciudad.
La respuesta solidaria permitió generar nuevos vínculos con vecinos y vecinas que estaban cocinando en sus casas, logrando una articulación y llegando a «lugares donde el municipio no ha llegado».
Al principio del aislamiento social, preventivo y obligatorio, desde La René Salamanca le presentaron al municipio un listado de 560 familias que necesitaban asistencia, pero sólo entregaron 120 bolsones: «pasamos a retirar por el depósito del municipio el primer día 80 bolsones, el segundo día 40 bolsones y después ya no nos dieron más. Dijeron que lo iban a canalizar a través de los delegados».
«No alcanzan, porque son 7 productos secos o 9 a lo sumo, que para una familia con muchos chicos le puede alcanzar para dos días y eso a muchos lugares ni siquiera llega» explicó Diego.
Consultado sobre la composición de los bolsones de 9 productos, explicó que en muy pocos hubo productos de limpieza y que la mayoría están compuestos por alimentos secos. Desde la «Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito de Bahía Blanca» realizó una donación de productos de lavandinas para abastecer a los comedores y merenderos.
Así mismo Scho explicó que no fueron convocados para integrar una Mesa o Comité de Crisis, teniendo mucho para aportar con el conocimiento del territorio y de las necesidades que hay. En ese mismo sentido denunció las trabas que se ponen «no nos han llamado para integrar nada de eso sino que al contrario por ahí se ponen trabas para la gente que está cocinando».
En ese sentido explicó que se pide que quienes cocinen tengan el curso de manipulación de alimentos «que en una situación normal está muy bien hacerlo», y que por suerte la mayoría de las compañeras lo han realizado. «No es el momento como para poner eso como traba para darnos mercadería, hay cocinas que cocinan todos los días y hay otras que cocinan tres veces a la semana y la necesidad es de ese tenor».
La organización entró en contacto con el Banco de Alimentos, que colaboró con papas y a través del INTA entró en contacto con productores de Sauce que venden a precio más barato la verdura.
«Ya llevamos gastados unos $ 65 mil pesos entre secos y frescos, y por eso apelamos a la solidaridad de la gente, que realmente es algo muy hermoso porque tenés desde una jubilada que te aporta una pequeña cantidad hasta gente más importante que te hace aportes más grandes pero todo el mundo puede colaborar de alguna forma digamos y ni hablar la cantidad de gente que te llama a partir de estas notas que te dice ‘yo junto con mis vecinos acá y después te aviso para que vengas a retirar una cantidad importante y no solo algo chiquito’… así que la solidaridad de Bahía Blanca es muy grande».
Al cierre de la entrevista Diego Scho expresó la necesidad de poder pensar de forma colectiva y con los actores políticos de Bahía Blanca «cómo salir de esto, porque nosotros tenemos muchas propuestas». Por ejemplo en la ciudad «hay un montón de lugares que han sido cerrados, salas médicas por ejemplo que han sido cerradas hace bastante ya y que eran de suma utilidad para la gente, para no desplazarse a los hospitales».
En ese mismo sentido planteó que «tenemos fábricas de fideos acá que están cerradas, han cerrado obviamente por las condiciones económicas, y estarían bueno que se puedan reabrir», como una propuesta necesaria para enfrentar el hambre. Propuso además que en Gral. Daniel Cerri hay una zona de riego muy amplia que se podría utilizar para producir verduras.
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