(pero te quieren hacer creer que estás mejor)
Baja el riesgo país, dólar está estable, baja la inflación y el déficit… pero sube la pobreza, los alimentos, los servicios, la desocupación…y tu sueldo quieto.
“El país está entrando en su mejor momento de los últimos cien años” (Javier Milei 11/11/24). Sin lugar a dudas, con esta afirmación, el presidente grafica cuanto están ganando los dueños del poder (sus héroes) en estos 10 meses de gobierno (ver https://vamosporlaliberacion.org/crpmlm/la-obscenidad-cruel-de-los-dias-que-transcurren/).
Están eufóricos con los resultados financieros, de la macroeconomía, donde predominan los recortes en el Estado (con despidos masivos, cierres de ministerios, secretarias y programas sociales); donde los jubilados son ajustados (y reprimidos) brutalmente; donde las Pymes caen como moscas al piso (más de 16.500) y donde la bicicleta financiera (“carry trade”) y la ganancia de los bancos, pone de manifiesto el peso del capital financiero en la economía.
A esto, el ejecutivo le sumó el día de las “corbatas rojas” para homenajear a Donald Trump, ganador de las elecciones en EEUU, mostrando al mundo que se puede dar una vuelta mas a la decadencia de la ultraderecha anti derechos, xenófoba y antinmigrantes. Una ultraderecha que utiliza la crisis en la economía que golpea a los pueblos y se basa en la “crisis de la verdad”, practicando la metamorfosis entre lo real y lo falso.
Ahora, envalentonado, Milei se arriesga a colgarse del paragolpes de esa máquina infernal especulando con algunas señales política, financieras y dogmáticas, que lo aleje del embudo chino al que a la fuerza cae en búsqueda de dólares, agudizando quizás los nubarrones a contramano del país del norte que tiene a la potencia oriental como el principal obstáculo global. No sería de extrañar que Trump chantajee a su eventual amigo latino con las medidas proteccionistas que aplicará y que pueden afectar las economías regionales en nuestro país, o posponiendo la señal (que no llega) del FMI. Si eso ocurriere, Milei encontrará algún tema para tratar de distraer al electorado, ¿le alcanzará?
Mientras los festejos por arriba no paran, a vos en el llano, te dedican tiempo y recursos para las operaciones mediáticas y “los caramelos almibarados” haciéndote creer que “la tortilla se va dando vuelta” y nos encaminamos a buen puerto con una efímera “estabilidad” sumada al “efecto psicológico” de la baja de la inflación. Mientras te piden paciencia y que no “dejes de remar ya que estamos todos en ese mismo barco”. Mientras la propaganda masiva te dirige a que te creas que lo malo sigue siendo los efectos devastadores del último gobierno, solo comparable con Hiroshima. “Que es duro lo que vivimos, pero es necesario para salir de esa herencia, aunque ahora ya nos encaminamos a días más felices”. Así el gobierno gana el tiempo necesario para prolongar la fiesta de pocos…muy pocos que la gozan en nuestra cara.
Mientras, en la retórica, Milei te habla de “libertad”, en la práctica hace lo contrario ya que se profundiza la represión, las noticias falsas y la censura sobre hechos de resistencia que se suceden en el país, ¿o viste en algún canal masivo de TV la marcha de los médicos y enfermeros del Hospital Garrahan dentro de un estadio de River Plate repleto, aplaudiendo de pie el domingo pasado?, ¡seguro que no! Pero tampoco verás la resistencia en las facultades de las universidades del país…o los estatales, salvo, claro está, que “desafíen el protocolo antipiquete”. Que no lo muestren no quiere decir que no existen y constituyen, al igual que el estado de ánimo por abajo, las bases desde donde ir construyendo la contraofensiva que aplaque la “espuma de los poderosos”.
Es que la situación del pueblo y las luchas no esperan a las posiciones que garantizan la institucionalidad en tiempos de desgracia social. Esas posiciones con “retoricas duras y practicas blandas”, “prefieren el tiempo a la sangre”, perdiendo de vista que ya se perdió mucho tiempo y corrió mucha sangre del pueblo en estas ultimas décadas.
¿Como parar el latrocinio que transcurre? ¿Cómo dejar de sentir vergüenza e impotencia cuando somos el único país en el mundo que vota en la ONU contra los pueblos indígenas?, ¿Cómo frenar la ola privatizadora del gobierno que incluye Aerolíneas Argentinas y el Banco Nación, expresamente prohibido por el Congreso?, ¿Cómo dar vuelta una justicia que se dedica a criminalizar a los pobres, inmigrantes y persigue opositores como Cristina Kirchner?, ¿Cómo hacer que se discuta los gastos operativos y la tasa de ganancias de los mas ricos del país? ¿Cómo discutir el poncho (matriz económica) y no los flecos con “parches” de corto plazo)? ¿Cómo terminar con esta política antes que sea demasiado tarde?
Sin dudas con el pueblo organizado y en las calles, donde renazca la esperanza en un amplio acuerdo del campo popular dirigido por aquellos sectores revolucionarios, antiimperialistas, democráticos, feministas y ecologistas que imponga una Asamblea Constituyente plenamente soberana, poniendo a los pueblos como protagonistas de los cambios revolucionarios necesarios para poner en pie al país.