El 2 de septiembre se cumplen 13 años de la muerte de Jorge Rocha, luego de una sorpresiva y dolorosa enfermedad.
Jorge fue fundador del PCR y encabezó la ruptura de la Federación Juvenil Comunista en septiembre de 1967, a la que se sumaron gran cantidad de miembros del PC después de su ruptura más importante.
Jorge cumplió un papel funda mental en la confluencia y entramado de las corrientes que luego fundaron el PCR encabezado por Otto Vargas. Entre esas corrientes en particular el MENAP, con quien se venía manteniendo una alianza en el movimiento estudiantil; y entre cuyos principales dirigentes se encontraba Raúl Salvarredy, presidente de la FUA entre 1966 y 1967, con quien lo unía a una estrecha amistad desde sus años estudiantiles en La Plata.
Jorge, o Aguirre como era su seudónimo, luchó siempre por la línea de hegemonía proletaria dentro del Partido.
Para esta línea, desplegaba las enseñanzas leninistas de reconocer la época del imperialismo y las revoluciones proletarias, para ubicar en su justo lugar al proletariado y su papel directriz y motriz en la revolución de liberación nacional y social en marcha ininterrumpida al socialismo. Para esta línea concebía la necesidad de un partido revolucionario, con independencia de clase, para saber aprovechar las contradicciones del enemigo, como bien lo señaló en su histórico discurso en el Luna Park.
También sostenía que es justamente tergiversando o anulando esa línea, como degeneran los partidos revolucionarios.
Desde esta preocupación y perspectivas analizaba los aciertos y errores del retroceso en el movimiento obrero y lo estratégico que significa no solo que esxs obrerxs se integren al Partido y las agrupaciones de frente único, sino la necesidad de dirigir los centros de concentración vitales para marchar en un camino revolucionario al cambio de la matriz productiva.
Siempre dio polémicas a las teorías, aún vigentes, que señalan que “la clase obrera ha dejado de ser el sujeto de los cambios y que otros actores sociales la han reemplazado”.
Teorías que contraponen muchas veces a “los pobres de toda pobreza”, desocupadxs o trabajadorxs precarizadxs que crecen exponencialmente en modelos económicos de países dependientes como el nuestro, con el papel y lugar que ocupan en la economía y la producción a gran escala de bienes, servicios y alimentos el resto de trabajadorxs.
El método democrático
Jorge fue un tenaz luchador por la vida democrática dentro del Partido, como garantía del centralismo consciente. Un estilo donde lxs afiliadxs lo vivan y adopten con la naturalidad necesaria para transmitirlo en la vida cotidiana. Este es el estilo y método maoísta y en Jorge fue un signo distintivo de su práctica diaria. Naturalmente fue enemigo del oportunismo y el endiosamiento de los dirigentes, siempre se preocupó por inculcar esto a los más jóvenes.
Este estilo y método maoísta le permitió ser garante de la unidad del partido en muchos momentos difíciles, y comprender que la lucha de líneas y la critica y autocrítica hacen a ese estilo democrático y son fundamentales para mantener esa unidad sin que degenere, contrariamente a la concepción de partido monolítico. Justamente cuando esa concepción se impuso fue cuando se cometieron errores y se dañaron procesos y afiliadxs de gran importancia.
Los acontecimientos de aguda luchas de líneas y rupturas tiempo después del conflicto agrario (donde se impusieron los sectores terratenientes y de la gran burguesía agraria que habían hegemonizado la Mesa de Enlace) evidenciaron una línea de alianzas con esas clases enemigas, como se demostró tiempo después en la relación con el grupo El Tejar y la Fundación Oscar Alvarado. Los mismos sectores que gobernaron el país con el macrismo y Juntos por el Cambio.
Para hacer pasar esta línea, contraria a los fundamentos del Partido, se tuvieron que violar esos métodos democrático que defendía Jorge y muchxs afiliadxs.
La lucha teórica
La lucha teórica activa fue una gran arma contra el revisionismo y el oportunismo. Jorge lo sabía y la empuñó con pasión. Conoció la China de Mao Tse-Tung, la China revolucionaria, socialista. Trabajó para que esa gigantesca experiencia de millones fuera transmitida al conjunto del Partido. Y también luchó para que los aportes al marxismo-leninismo de Mao Tse-Tung fueran integrados a la realidad de la revolución en Argentina. Dio batalla contra su tergiversación, uso y ocultamiento.
Jorge se destacó por ser un cuadro teórico y organizador. Sus aportes se plasmaron en el propio Comité Central y en innumerables charlas, cursos y escuelas de organismos y zonas. Era incansable y apasionado por los compañeros sencillos, y fue descubriendo los métodos de estudio junto con ellos. Una de las últimas escuelas la realizó en La Matanza, donde se levantaba a las 5 de la mañana para estar puntual. Jorge disfrutaba mucho contando cómo evolucionaban los compañeros.
Jorge Rocha Presente!
Mucho podríamos hablar de Jorge Rocha, el camarada Aguirre. Mucho se ha dicho en estos años de su ausencia física. Pero nos queda su pasión por la revolución y los objetivos de la clase obrera.
Nos queda su inquebrantable voluntad de lucha contra el revisionismo.
Nos queda su rol activo en la denuncia contra el oportunismo y las teorías que promueven el escepticismo, que reniegan por un lado de la política, pero también de la lucha revolucionaria y las organizaciones de vanguardia, necesarias para dirigir al pueblo en su lucha para destruir los cimientos de esta sociedad capitalista imperialista, descarnada e inhumana que sumerge a los pueblos a las crisis económicas y sociales más profundas, destruyendo los ecosistemas y esclavizando aún más la mano de obra asalariada y haciendo estallar una pandemia sin precedentes en la historia de la humanidad.
Sin dudas el mejor homenaje es seguir la construcción del Partido Revolucionario y el Frente Único antiimperialista y democrático para que el pueblo sea el protagonista con lxs trabajadores a la cabeza de la revolución de liberación nacional y social en marcha al socialismo.