La masacre de Trelew

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Fue un crimen de estado, a sangre fría. Una muestra del terrorismo militar que se desplegaría con furia años más tarde con la dictadura de 1976. Y sigue siendo una masacre que siempre se oculta cada vez que se insiste con la versión de “los dos demonios” o la “guerra sucia”.

El 22 de agosto de 1972, dieciséis prisionerxs del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y de Montoneros fueron asesinadxs por miembrxs de la Marina en Trelew. Intentaron hacerlo aparecer como muertes en un intento de fuga.

Los fusilados de Trelew

Carlos Alberto Astudillo (FAR). Nació en Santiago del Estero en el 17 de agosto de 1944 (28 años), estudiante de medicina en la Universidad de Córdoba. Fue detenido el 29 de diciembre de 1970.

Rubén Pedro Bonet (PRT-ERP). Nació en Buenos Aires el 1 de febrero de 1942 (30 años), casado y padre de dos chicos, Hernán y Mariana, de 4 y 5 años. Perteneciente a una familia muy modesta abandonó sus estudios para ingresar como obrero en Sudamtex y Nestlé. Fue detenido en febrero de 1971.

Eduardo Adolfo Capello (PRT-ERP). Nació en Buenos Aires el 3 de mayo de 1948 (24 años), estudiante de ciencias económicas y empleado. Detenido cuando intentaba expropiar un auto en febrero de 1971.

Mario Emilio Delfino (PRT-ERP). Nació en Rosario el 17 de septiembre de 1942 (29 años), casado. Estudió ingeniería en la Universidad de Santa Fe. Abandonó sus estudios universitarios para ingresar como obrero en el frigorífico Swift de Rosario, donde trabajó 5 años. Detenido el 14 de abril de 1970.

Alberto Carlos del Rey (PRT-ERP). Nació en Rosario el 22 de febrero de 1949 (23 años), estudió ingeniería química en la Universidad de Rosario, donde se integró al PRT. Participó del congreso fundacional del ERP. Fue detenido el 27 de abril de 1971.

Alfredo Elías Kohon (FAR): Nació en Entre Ríos el 22 de marzo de 1945 (27 años), estudiaba ingeniería en la Universidad de Córdoba y trabajaba en una fábrica metalúrgica. Formó parte de los comandos Santiago Pampillón y fue fundador de las FAR local. Detenido el 29 de diciembre de 1970.

Clarisa Rosa Lea Place (PRT-ERP). Nació en Tucumán el 23 de diciembre de 1948 (23 años), estudió derecho en la Universidad de Tucumán, donde se integró al PRT. Participó del congreso fundacional del ERP. Detenida en diciembre de 1970 durante un control de rutina.

Susana Graciela Lesgart de Yofre (Montoneros). Nació en Córdoba el 13 de octubre de 1949 (22 años), maestra. Se radicó en Tucumán donde enseñaba y compartía la vida con los trabajadores cañeros. Fue una de las fundadoras de Montoneros en Córdoba. Detenida en diciembre de 1971.

José Ricardo Mena (PRT-ERP). Nació el 28 de marzo de 1951 en Tucumán (21 años), obrero azucarero. Integró los primeros grupos del PRT en Tucumán. Detenido tras la expropiación a un banco, en noviembre de 1970.

Miguel Ángel Polti (PRT-ERP). Nació en Córdoba el 11 de julio de 1951 (21 años), estudió ingeniería química en la Universidad de Córdoba, era hermano de José Polti, muerto en abril de 1971. Detenido en Córdoba, en julio de 1971.

Mariano Pujadas (Montoneros). Nació en Barcelona el 14 de junio de 1948 (24 años), fue fundador y dirigente de Montoneros en Córdoba. Participó en la toma de La Calera. Estaba a punto de terminar la carrera de ingeniero agrónomo cuando fue detenido en una redada, en junio de 1971.

María Angélica Sabelli (FAR). Nació en Buenos Aires el 12 de enero de 1949 (23 años), conoció a Carlos Olmedo (dirigente de las FAR) cuando estudiaba en el Colegio Nacional Buenos Aires. Cursaba matemática en la Facultad de Ciencias Exactas, trabajaba como empleada y como profesora de matemática y latín. Fue detenida en febrero de 1972.

Ana María Villareal de Santucho (PRT-ERP). Nació en 9 de octubre de 1935 (36 años), era compañera de Mario Roberto Santucho y madre de tres chicos. Licenciada en artes plásticas de la Universidad de Tucumán. Junto a Santucho empezó a militar en el FRIP (Frente Revolucionario Indoamericano y Popular) que luego confluyó en el PRT. Detenida en un control de rutina en un colectivo.

Humberto Segundo Suarez (PRT-ERP). Nació en Tucumán el 1 de abril de 1947 (25 años), de origen rural, fue cañero, obrero de la construcción y oficial panadero. Detenido en marzo de 1971.

Humberto Adrián Toschi (PRT-ERP). Nació en 1 de abril de 1947 en Córdoba (25 años), trabajaba en una empresa familiar hasta que eligió ser obrero. Detenido, junto con Santucho y Gorriarán Merlo, en una redada el 30 de agosto de 1971.

Jorge Alejandro Ulla (PRT-ERP). Nació en Santa Fe el 23 de diciembre de 1944 (27 años), maestro; abandonó sus estudios para trabajar como obrero en una fábrica metalúrgica. Participó del congreso fundacional del ERP y en la primera operación armada. Detenido junto con Humberto Toschi en Córdoba, en agosto de 1971.

Los sobrevivientes

Maria Antonia Berger (Montoneros). Licenciada en Sociología, había sido detenida el 3 de noviembre de 1971. Herida por una ráfaga de metralla logró introducirse en su celda, donde recibió un tiro de pistola; fue la última en ser trasladada a la enfermería. En la fecha de la masacre tenía 30 años. Secuestrada y desaparecida a mediados de 1979.

Alberto Miguel Camps (FAR). Estudiante, había sido detenido el 29 de diciembre de 1970. Eludió la metralla arrojándose dentro de su propia celda, donde fue baleado. En la fecha de la masacre tenía 24 años. Su cuerpo, enterrado como NN en el cementerio de Lomas de Zamora, luego de ser secuestrado y desaparecido en 1977, fue identificado en el año 2000.

Ricardo René Haidar (Montoneros). Ingeniero químico, había sido detenido el 22 de febrero de 1972. Evadió las ráfagas de ametralladoras introduciéndose en su celda, donde fue herido. En la fecha de la masacre tenía 28 años. Fue secuestrado y desaparecido el 18 de diciembre de 1982.

La toma de Rawson

El grupo de víctimas más tres sobrevivientes de aquel fusilamiento habían intentado fugarse de la cárcel de Rawson días antes. El 15 de agosto se había producido una toma de la cárcel de Rawson, tras el cual varios grupos de presxs lograron huir hasta el aeropuerto.

Esta cárcel, ubicada en un lugar bastante aislado en la Patagonia, se suponía de alta seguridad. Pero las organizaciones a las que pertenecían lxs presxs lograron tomar el control del penal, planificando desde adentro y afuera la operación. En la ocupación fue muerto un guardiacárcel y fueron reducidos otros 44.

Con la toma sí lograron huir Mario Santucho, Marcos Osatinsky, Fernando Vaca Narvaja, Roberto Quieto, Enrique Gorriarán Merlo y Domingo Menna, en un vehículo que los estaba esperando. De allí viajaron al aeropuerto, donde otro grupo había tomado el aeropuerto y secuestrado un avión de Austral que los llevaría a Chile, en ese momento presidido por Salvador Allende.

El otro grupo de diecinueve militantes debieron ir en remís al aeropuerto, tras que no se efectivizara el transporte que estaba previsto. Llegaron al aeropuerto pero retrasados. Y el avión no los esperó. Sin escapatoria, se entregaron en una especie de conferencia de prensa ante periodistas. Una de las versiones de esta fuga fallida fue documentada en “Trelew. La fuga que fue masacre” (2004), de Mariana Urruti. Otro filme destacado es el que realizó el cineasta desaparecido Raymundo Gleyzer: “Ni olvido ni perdón: 1972, la masacre de Trelew”.

Recapturados

Lxs diecinueve fueron llevadxs por la Marina a la Base Aeronaval Almirante Zar, situada a 7 kilómetros de Trelew. La dictadura de Alejandro Lanusse reclamó al gobierno chileno la extradición de los seis fugadxs. Sin embargo, más tarde lograron un salvoconducto para viajar desde Chile hacia Cuba.

El 21 de agosto, la Junta de Comandantes de las Fuerzas Armadas tuvo una reunión reservada. Horas después, en la madrugada del 22, lxs detenidxs fueron sacadxs de sus celdas y acribilladxs. Lxs tres sobrevivientes contaron los hechos, que fueron juzgados como crimen de lesa humanidad 40 años después.

Cuestión aparte sería analizar si la Marina quiso precisamente dejar sobrevivientes para impartir terror. La represión no terminó allí, sino que incluso la policía reprimió el velorio realizado en el local del Partido Justicialista en Capital Federal.

El juicio

En 2012 se dictó el fallo por la masacre de Trelew. El fallo terminó de desmoronar la versión militar de “intento de fuga”. Los marinos que asesinaron a 16 presos políticos y provocaron graves heridas a otros tres “tuvieron la decisión deliberada de matar”, recurrieron a “un ominoso pacto de silencio al estilo mafioso” y perpetraron esos homicidios tras recibir “una orden criminal emitida desde las más altas estructuras navales o políticas del Estado”. El tribunal consideró que hubo una decisión de dar un escarmiento y que así se inició un proceso de persecución y muerte mediante métodos que fueron “perfeccionados” luego a partir de marzo de 1976.

El tribunal adjudicó la responsabilidad material de los 16 homicidios alevosos y de los tres restantes en grado de tentativa al capitán Luis Sosa, al capitán Emilio del Real, al teniente Roberto Bravo y al cabo Carlos Marandino. Luis Sosa murió en prisión domiciliaria en Buenos Aires en 2016. Del Real también murió. Marandino permanece detenido. Bravo está asilado en Estados Unidos, país que se niega a otorgar la extradición.

La masacre fue alevosa. Debieron pasar cuatro décadas hasta conquistar una limitada justicia. Aún así, debemos contar también otras masacres que ni siquiera fueron juzgadas: la masacre de José León Suárez (1956), magistralmente documentada por Rodolfo Walsh en “Operación masacre”; o el bombardeo a la Plaza de Mayo del 16 de junio de 1955. Todas ellas grafican quiénes son los asesinos del pueblo.