Este no fue un 17 de octubre más, fue una demanda popular convocada y autoconvocada en defensa propia, como aquella histórica de 1945 pero esta vez en la voz de las Madres de Plaza de Mayo exigió ser escuchado.
Para que se revierta un camino donde al pueblo le va costar muy caro el pago de una deuda usuraria y fraudulenta al FMI. Una bomba de tiempo de 55.000 millones de dólares que nos dejó el macrismo y Juntos por el Cambio.
“No podemos pagar lo que no debemos…”, “que la pague el macrismo” se escuchaba desde el escenario, mientras la militancia kirchnerista, de otras corrientes peronistas y muchas de sectores independientes y antiimperialistas como el MPL iban llenando la histórica plaza.
El silencio atento se adueñó de la plaza para escuchar a las Madres que en la figura de Hebe reivindicó la lucha de sus hijxs que “nos enseñaron esto que sabemos, nos parieron esta lucha”. “Muchas veces nos decían ‘Mamá, si pasa algo, nosotros no vamos a morir mientras haya uno solo que levante nuestras banderas’ y miren lo que es hoy esta plaza”. Reinvindicó a la juventud y a las Madres “con Azucena (Viñaflor) a la cabeza…”
“Volvimos a ganar con una coalición…una junta donde algunos no nos gustan, pero si esos non hubieran estado no hubiéramos ganado…y ahí está la cuestión”, a la vez que rescató que la lucha política es todas las horas y todos los días..
Inmediatamente Hebe interpeló al presidente Fernández, “le quiero decir que este acto es el inicio de una lucha hasta que consigamos no pagar la deuda. Hoy empezamos”. «Señor Presidente, más de la mitad de los argentinos estamos bajo la línea de la pobreza y come una vez al día. ¿Y usted con qué quiere pagar la deuda?». “Basta, ya estamos hartos de pagar deudas”
También sostuvo con crudeza «Nos da mucha tristeza porque usted siempre se junta con los ricos, con IDEA, con los grandes empresarios, con los gordos de la CGT, y a nosotros no nos escucha ni nos mira…»
“Si es necesario para no pagar la deuda nos vamos a movilizar a la plaza muchas veces..”sostuvo.
«Todos los que estamos acá somos parte del pueblo que lo votó, y lo va a seguir votando si se comporta como debe»
Los aplausos fueron la respuesta a esa proclama que nace desde las entrañas del Frente de Todos, que no busca ruptura, pero tampoco callarse, reconociendo a viva voz que el Frente sirvió para ganarle al macrismo pero también es una unidad donde cohabitan sectores populares con otros que son expresión de clases dominantes graficando una lucha activa por el rumbo.
Este no fue un 17 más, como tampoco lo fue aquel histórico y tiene, salvando las distancias, similitudes en que los dos fueron puntos de inflexión que abrieron o fueron parte de un periodo nuevo. Los une que el pueblo ganó las calles para ser protagonista en la vida política, en la defensa de derechos reclamados y adquiridos y con iguales enemigos en la oligarquía y los intereses espoliadores de metrópolis imperialistas.
Este nuevo periodo incluye una derrota electoral, presiones y pacto con los enemigos y una militancia y pueblo movilizado para incidir y hacerse escuchar, a la vez de impedir que el neoliberalismo avance y se consolide porque sus objetivos nos hará retroceder y volver a perder derechos duramente conquistados.
La lucha que se plantea desde este 17 de octubre no admite dobles discursos hablando contra el FMI pero ”aceptando la dura realidad de negociar porque no queda otra..” como sostienen algunos dirigentes que se mostraron en la plaza. No admite hablar de un nuevo ciclo político con mas derechos mientras sigue detenida Milagro Sala y otrxs dirigentes de la Tupac. El reclamo por su libertad fue muy contundente en la plaza.
El día diáfano del 17 no fue solo para los peronistas, templó una voluntad popular amplia que no está dispuesta a aceptar resignadxs el pago de una estafa histórica entre el macrismo y el FMI.
Si desde el ejecutivo se reivindica a Néstor Kirchner, entonces es necesario llevar a la práctica lo que él afirmaba: “Las cosas cambian cuando el pueblo se mete en los lugares donde se toman las decisiones»
Entonces la militancia popular debe interpelar para que “en nombre de generar trabajo”, no se mantenga una brutal desigualdad entre lxs trabajadorxs, donde el 50% está precarizado aprovechándose de que solo 1 de cada 4 están sindicalizados.
Ni aceptar, en el afán de traer dólares, se reduzcan impuestos y se destinen subsidios para sostener la mega minería, el petróleo y los agro negocios contaminantes de materias primas mientras asistimos a la expansión del latifundio y no se controlan las exportaciones.
La militancia puede y debe incidir para que se desdolaricen los alimentos, materiales de la construcción, indumentaria, tarifas e insumos.
Se anuncia mayor control de precios de alimentos y bienes, a la vez sostenemos que si no se hace sobre el total de la cadena de producción, transporte y comercialización será una medida más de las tantas coyunturales y tampoco nada se hará sobre la calidad de los alimentos que consume el pueblo como afirmó Hebe, donde “los flanes no tienen huevo o los yogures no tienen leche..” “queremos comer lo que comen los ricos pero a precio de pobres con una jubilación de 26.000 pesos”
La masividad en la plaza mostró que la militancia y el pueblo se encuentra con alegría en la lucha.
Una masividad popular que aún con las diferencias se juega un dura parada el próximo 14 de noviembre para tratar que los sectores recalcitrantes que expresan la oposición de Juntos por el Cambio y las otras expresiones reaccionarias no avancen en el Congreso y Legislaturas.
Una masividad que va a tener que multiplicarse para protagonizar diez o quizás más “17 de octubres” para imponer un rumbo popular y que la derecha en cualquier versión no vuelva a gobernar el país.