El algo habrán hecho está calando fuerte en la sociedad otra vez, y lo vienen laburando hace décadas, todos esos sectores reaccionarios que desean que vuelvan los militares.
Trabajadores cansados de la situación actual, producto de la incapacidad del capitalismo y de sus gobiernos, para resolver problemas de fondo, son arrastrados por un movimiento falso liberal, más conservador y reaccionario hacia la posición de la mano dura.
Existe un odio muy fuerte de las clases medias hacía los más vulnerados, ese odio fue fogoneado desde arriba para abajo, desde los medios de comunicación que todos los días estigmatizan la pobreza, la juventud, y los gobiernos intervencionistas que intentan distribuir un poco más la torta. Todo esto, a resumidas cuentas, llevo al pais a este presente actual donde la sociedad esta partida.
El odio al pobre, al “planero” no es gratis.
La estigmatización de la pobreza, no es gratis.
El narcotráfico que tanto mal le está haciendo a nuestra sociedad, se instaló en los barrios populares y parece no poder ser enfrentado por el Estado, porque, en definitiva, el Estado también es cómplice. Los narcos de guantes blancos viven en torres de Puerto Madero , pero son gente de bien». El narcotráfico se nutre del capital, y se fuga por los puertos privados, por las fronteras y otros puntos claves, los gobiernos lo saben.
Los puertos que, dicho sea de paso, es por dónde sangra la Argentina son manejados por cinco cerealeras que la levantan en pala con la soja y el trigo transgénico, sin embargo la pobreza en Rosario es cada vez más grande. Por eso es importante estatizar los puertos.
Son conocidas las revueltas vecinales donde ellos mismos enfrentan a los tranzas del barrio. Es un indicio de que si el pueblo se organiza, puede ganar. Pero el poder de las fuerzas la tiene el Estado.
Insisto, cuando don Juan te dice que “hay toda una generación que no laburó, ni vio a sus padres laburar”, es cierto, pero nunca se preguntan el por qué de las cosas. No toda esa generación quiere o quiso no trabajar, o simplemente son trabajadores informales.
La gente honesta es más que la que sale a robar, eso no te lo dicen. Y si salen a delinquir es por algo, no será por hambre, pero sera por odio, falta de valores, ausencias. Fallamos como sociedad, y la salida no es con menos valores, con más individualismo, más violencia.
Esos que dicen de volver a ese sitio atroz, donde supuestamente había cultura de trabajo, olvidan que, paradójicamente fue una época donde se desindustrializó y fundió el país. Hasta subían anuncios en la TV pública dinamitando los productos de industria nacional. Así fundieron al país, tomaron la deuda externa más alta hasta allí, la segunda la tomo Mauricio Macri…todo cierra.
Aquí dejo enlace, de una publicidad en plena dictadura cívico eclesiástica militar, fomentando las importaciones.
El neoliberalismo nos esta dejando esta sociedad, partida, empobrecida, no solo materialmente, sino cultural y éticamente. Nada bueno tiene este sistema para la humanidad ni para la naturaleza.
Como clase trabajadora tenemos que estar atentos a no ser llevados por movimientos políticos fascistas que reivindican la dictadura como solución a la delincuencia, y otros males que, en definitiva, ellos mismos crearon con las políticas feudales que levantan. Para volver a los valores del trabajo no hay que volver atrás, hay que luchar por un Estado donde los trabajadores sean la cabeza y no la columna vertebral de la economía, como exclamó Horacio Catena, secretario general del SUTEF (Tierra del Fuego).
No dejemos pasar por alto a esos que dicen «a mí la dictadura no me hizo nada».
Ya basta de negacionismo.
Si nunca le hicieron nada fue porque no se involucraron en nada, porque tuvieron suerte o eligieron callarse, porque seguro vieron llevarse en un Falcon verde a algún vecino docente, delegado de alguna fábrica, estudiante, y otras personas. Pero ellos, como son buena gente, decían (y dicen y quieren decir), y bueno, “algo habrán hecho” porque siempre se necesita la justificación para lavar la conciencia.
NUNCA MÁS
Gonzalo Zitarrosa