Mendoza: el día que los «invisibles» se hicieron visibles

Las bodegas y viñedos ganan en dólares y pagan en pesos. Es uno de los sectores que ganó con la pandemia. Sin embargo, el aumento de la pobreza en este último año tuvo también de protagonistas a sus trabajadores. Pero esta vez el trabajo silencioso y precarizado detrás de cada copa de vino se hizo voz. El 30 y 31 de marzo lxs trabajadorxs vitivinícolas realizaron un histórico paro. Como cierre de la medida, los y las obreros de viñedos y bodegas concentraron en el Nudo Vial, entrada a la Ciudad de Mendoza para masivamente recorrerla hasta el kilómetro 0. Como parte del paro nacional, en Mendoza incluyó bloqueos y cortes por toda la provincia.

Rechazan la miserable propuesta salarial que hacen los grandes bodegueros, los mismos que ganaron millones y millones durante el aislamiento de la cuarentena y aumentaron exponencialmente sus exportaciones. En el medio de la pandemia y exponiéndose al contagio aumentó su jornada laboral y la presión sobre los ritmos de producción, particularmente en las bodegas. Y cuando más firme estuvo el aislamiento sanitario vimos a centenares de trabajadores/as «golondrina» varados/as en la terminal, en galpones y fincas. Familias enteras expuestas al frío y al contagio.

Lxs obrerxs de la uva reclaman que su salario se equipare a la canasta básica, una jubilación a los 57 años y eliminación de toda forma de precarización laboral.

Actualmente el salario de un trabajador de viña es de $27.557, mientras que el de un trabajador de bodega alcanza los $28.871, condiciones que las y los obreros y operarios ya habían denunciado a principios de febrero en carácter de autoconvocados y que las sucesivas negociaciones paritarias no lograron concretar un aumento significativo.

Desde el sindicato docente provincial, SUTE, hicieron llegar su apoyo y solidaridad, como nosotros desde el CR-PMLM. «Sabemos de sus condiciones laborales y de vida porque la cuentan sus hijos e hijas en las escuelas de Guaymallén, Maipú, San Rafael o el Valle de Uco. Sabemos de la vida en las fincas de la zona este y la miseria que vemos en las escuelas rurales», cuentan los maestros (comunicado SUTE). La solidaridad de clase nos convoca a todos a acompañar su lucha.

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