Entrevistamos a Luciana Santillán de la Organización para la Liberación Argentina (OLA), quien analiza las perspectivas de una salida a favor de los pueblos en la dramática situación que se vive en la provincia.
– Esta semana se registró un pico de casos de covid-19 en la provincia ¿Cómo es la situación que están atravesando?
– Hay que atender a varias cosas: Primero, ya se trepó a más de 200 contagiados diarios. Recordemos que Jujuy es una provincia con aproximadamente 780 mil habitantes, y estamos teniendo cantidad de contagios que podríamos estar hablando de un 30% de la población contagiada de covid. No se están haciendo la cantidad que necesitaríamos de testeos en todo el territorio de la provincia. Se están realizando sencillamente 300, y a veces un poquito más, por día. Seguramente porque faltan insumos o hay una decisión de no dar a conocer la cantidad de contagiados que efectivamente tenemos. Pero la tasa de mortalidad que tiene la provincia es la más alta del país, de casi el 3%.
El martes 25 de agosto supimos de un informe que se realizó a través del COE (Comite Operativo de Emergencias) provincial, que en un barrio humilde de la capital jujeña, El Chingo, se testearon a 1400 vecinos de unas 60 manzanas, donde 520 presentaron síntomas de covid. Estos vecinos no recibieron el hisopado en el momento. Esto nos da la cuenta que hoy en la provincia son muchísimos más los que tienen esta enfermedad. De los récords que vamos rompiendo, hoy se habla que el 70% de los testeos que se hacen salen positivo.
– ¿Cómo impacta en la situación actual la política del gobernador Morales?
– El gobierno provincial desde un primer momento llevó una política muy restrictiva y represiva, incluso cuando no teníamos ningún caso. Se jugó mucho con el temor al virus, sobre todo en los primeros meses. Donde las restricciones que se pusieron se usaron también para acallar reclamos genuinos. La provincia de Jujuy no tiene paritarias hace aproximadamente un año. Y antes, las paritarias del sector público eran las más bajas del país. Es una provincia que lidera los índices de desocupación, de inflación… en todo sentido la situación es dramática.
El colapso sanitario que se está evidenciando de una manera cruel, ya venía desde antes. Este verano tuvimos serios problemas con el Dengue, y no hubo atención de ningún tipo desde el gobierno provincial para fortalecer el sistema de salud, al que vino golpeando en sus cuatro años este reaccionario de Gerardo Morales. A lo único que nos llevó fue a un endeudamiento sin precedente en la provincia, una enajenación de los recursos naturales y, sobre todo, a la precarización laboral, a la desocupación y el hambre galopante. En medio de la pandemia, en el transcurso de los últimos dos meses y medio destrozó la provincia.
Todo lo que hicieron tiene que ver con negocios. Recordemos que la provincia pasó 100 días de no tener casos de covid y la población hizo un esfuerzo inmenso para que esto sucediera, con mucho apriete desde el Estado provincial, pero con mucha voluntad popular de cuidar la salud. Y el contagio descontrolado vino precisamente del gobierno provincial: los custodios de una comitiva que realizó el gobernador a La Quiaca dieron resultados que nadie pensaba, que podían desatar una catástrofe como la que estamos viviendo. Ellos llevaron el contrabando de hojas de coca, y creemos que de distintas sustancias, que provenían de la hermana Bolivia. En este contexto primero fueron los dos custodios del gobernador, y simultáneamente en comisarías de distintas localidades de la provincia se dieron contagios entre las fuerzas de seguridad que hicieron imparable la ola de contagios. Sobre todo porque el gobernador pretendía mostrar al resto del país una forma de abordar la crisis muy desacertada. Así llegamos a una situación donde hoy no hay en el sistema público ni en el privado atención sanitaria para enfermos de covid o de ninguna otra patología.
-¿Qué medidas o programa crees que hubiesen sido necesarias?
– Desde la Organización para la Liberación Argentina (OLA) y desde la Academia para Pensamiento Estratégico, elaboramos una serie de propuestas que elevamos el 18 de marzo al gobierno provincial y a gobiernos municipales, con el objetivo de que nos incorporen a las mesas de coordinación a través de los COE. Obviamente que hicieron caso omiso.
Nosotros planteamos por un lado no dejar de abordar la cuestión alimentaria en sectores vulnerables. Desde las escuelas que daban un almuerzo, merienda o cena que lo sigan haciendo con viandas. Por supuesto que no fue así y dejaron de funcionar los comedores escolares, dejando a miles de niños y adolescentes sin ese plato de comida. Propusimos evitar la aglomeración en supermercados e hipermercados, pensando que estos se conviertan en vendedores mayoristas que abastezcan a los almacenes o minimercados barriales. Y si no se daba abasto, que se generen proveedurías populares en ONGs, clubes de barrios, centros vecinales de los barrios más periféricos o numerosos de la capital. Esto tampoco lo escucharon y hubo casos de supermercados infectados con 20 / 30 empleados propagando el virus.
Otra propuesta fue desdoblar los horarios de trabajo en las grandes empresas y que se hagan rotativos y con distanciamiento social. Uno de los picos de contagio cuando ya había circulación comunitaria, negada por el gobierno provincial durante semanas, se dio porque aparecieron casos en los ingenios y en las mineras y han contagiado al pueblo de donde están ubicadas estas empresas. Las mineras contagiaron a toda la Puna y quebrada jujeña, y los ingenios han contagiado a Libertador y toda Las Yungas. En Libertador esta situación está potenciada por la contaminación ambiental, en donde muchísima gente sufre la contaminación del ingenio Ledesma, por ejemplo con la bagazosis (enfermedad respiratoria). Tenemos muchísimos muertos en Libertador Gral. San Martín producto de que no se hizo nada con la aglomeración de trabajadores en los horarios de trabajo.
El transporte público ha sido estratégico para el contagio. Nosotros propusimos un aumento en la frecuencia. Al contrario, las redujeron. Entonces la gente iba amontonada en los pocos colectivos que circulaban. Cosa ilógica, pero todo apunta a que no se tocó intereses de grandes empresas, como del transporte o Ledesma o las mineras para cuidar la salud de los jujeños.
-¿Cómo vienen enfrentando la pandemia las fuerzas populares?
Como no hubo ningún llamado del gobierno provincial a otros sectores, nos propusimos desde nuestra organización generar una unidad de acción con las fuerzas vivas de la provincia. En mayo/junio empezamos a conformar el Consejo Ejecutivo Multisectorial conformado por más de 60 organizaciones sociales, sindicales y políticas.
Empezamos desde ahí a llevar algunas medidas que, si bien no son del Estado, enfrenta la crisis de manera organizada con brigadas de voluntarios entre compañeros, vecinos, docentes y todos los que quieran sumarse, para que la ciudadanía sea partícipe de enfrentar la pandemia. En distintos barrios llevamos adelante desinfecciones, la confección de elementos de bioseguridad como barbijos, mamelucos, la cocina de viandas para personas que están con confinamiento domiciliario y atravesando la enfermedad en sus casas.
Todo esto se fue dando en un proceso de unidad y lucha, donde hemos empezado a discutir qué medidas eran las urgentes, las necesarias para distintos sectores y qué medidas debemos adoptar hacia adelante en una post pandemia. Se fue creando mucho acercamiento con sectores de la economía provincial y fue trazando en los hechos una oposición al gobierno de Gerardo Morales. Recordemos que la oposición institucional a Morales está siendo partícipe necesaria de su política, donde generaron emprendimientos privados con la salud. Estoy hablando básicamente del presidente del PJ. Así que por este lado no se puede contar. Por el lado de las fuerzas vivas hemos generado una unidad de acción por abajo que ha llevado al gobierno provincial a la obligación de atender uno de nuestros proyectos: la producción de respiradores vía convenio interuniversidad entre la UNJu y la UNR, pero es algo que costó mucho por la disgregación y atomización del campo popular.
– ¿Es posible revertir la situación?
– Confiamos en las fuerzas más consecuentes. Desde ahí creemos que es necesario que estén todos. En este camino nos hemos dado la tarea de generar una fuerza de liberación nacional, la OLA, acá en la provincia y en otros lados del país.
Esto enmarcado en lo que creemos tiene que ser un gobierno de unidad y emergencia en la provincia, que discuta medidas para sostener lo que hoy se cayó: sectores productivos, de comerciantes y sobre todo a atender el hambre urgente entre los sectores más vulnerables. El 50% de la población jujeña vive, trabaja y se sostiene de manera informal. Esto habla de que hay que atender el desarrollo de la economía popular. No puede seguir siendo nuestros vendedores ambulantes o nuestra economía popular que es muy marginal. Sino que hay que atender un desarrollo profundo de la provincia. Contamos con grandes riquezas que pueden ser usadas para tal fin. Tenemos una de las reservas más grandes de litio, los ingenios, etc. que nos permitirían tener un proyecto soberano. Una de las cuestiones que le planteamos al gobierno provincial para enfrentar la crisis económica galopante es suspender el pago de deudas.
La provincia está endeudada en dólares en proyectos que nunca se concretaron y hoy tenemos hasta la coparticipación comprometida. Por eso es necesario hacer un estudio de la deuda provincial y definir que no se paga hasta que se sepa qué se hizo con esa plata. Las grandes denuncias que recorren la provincia es que no se hizo más que algunos negocios personales de la casta que nos gobierna.