O las consecuencias del acuerdo con el FMI-EEUU
El pasado jueves se llevó a cabo en un sesión de las Naciones Unidas (ONU) la votación para suspender a Rusia del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, en la que Argentina votó a favor, tras las denuncias del presunto genocidio cometido por las tropas del Kremlin en la localidad de Bucha. Sobre estos y otros hechos, hay cientos de denuncias cruzadas sobre montajes y fake news controlada por occidente. No nos referimos a que no pueden existir abusos de fuerzas de ocupación, así como de las fuerzas ucranianas, pero creemos que la primera actitud de Argentina como país independiente es mantenerse al margen y promover carriles propios de información ya que es conocida como la prensa hegemónica controlada por los EEUU y reproducida en occidente, solo muestran la cara y el contenido que más le conviene.
La iniciativa en la ONU fue promovida por Estados Unidos y obtuvo el respaldo de 93 países miembros, 24 votos en contra y 58 abstenciones. Uruguay y Chile votaron a favor, Brasil y México decidieron abstenerse y votaron en contra Venezuela, Cuba, Bolivia y Nicaragua entre los países latinoamericanos. China, Irán, Vietnám y Siria también votaron en contra.
Así, una vez más Argentina abandona su posición histórica de país neutral en conflictos entre países extranjeros y toma partido por la OTAN en el conflicto con Rusia. Ya lo había hecho en la votación contra Rusia a días de haber empezado la guerra. Ahora según la vocera del gobierno, Gabriela Cerruti, el voto argentino estuvo basado «en una tradición de repudio a las violaciones de derechos humanos en todos los países en cualquier época, no importa el signo político».
Pero lo hechos muestran que esto no es verdad, porque el gobierno no condena, por ejemplo, la ocupación y vejámenes de Israel sobre Palestina, ni pone una opinión de rechazo al accionar nefasto (que inundan las redes) de las organizaciones nazis sobre ciudadanos ucranianos sospechados de simpatizar con Rusia o los vejámenes a prisioneros rusos.
Lo que si viene haciendo en los últimos meses es pronunciarse de acuerdo a las presiones y los compromisos que tiene por delante como el acuerdo con el FMI. Así fue en el mes de enero cuando también apoyó la condena a Venezuela por y luego en el mismo mes, lo volvió hacer en la ONU (lo podía haber canalizado de manera bilateral y hacerlo público) pero eligió acompañar la iniciativa de los EEUU condenado a Irán por la presencia de un acusado en el atentado a la AMIA.
No haber votado a favor en la ONU, no implica apoyo alguno a la ocupación rusa sobre Ucrania, implica tener una posición independiente en un claro conflicto entre potencias imperialistas. Esta votación se da en el marco de una escalada por parte de EEUU y la OTAN en el suministro de armamento a Ucrania.
El Senado de EE.UU. aprobó por unanimidad la Ley bajo en nombre de “Préstamo y Arriendo para la Defensa de la Democracia de Ucrania”, que no es otra cosa que facilitar drásticamente la ayuda militar a Kiev, así como a otros países de Europa del Este. Esto se da por primera vez desde la II Guerra Mundial. La legislación prevé que los países receptores puedan reembolsar las armas y municiones entregadas en una fecha posterior. Asimismo, amplía la autoridad del presidente estadounidense, Joe Biden, liberándolo de varias restricciones y largos procedimientos burocráticos.
Es una contradicción manifiesta como país, promover el alto el fuego y la paz, mientras se vota a favor de iniciativas promovidas por EEUU y la OTAN.
La votación argentina es, sin dudas, una de los condicionantes que nos impone EEUU como mandamás en el FMI. Estas son las consecuencias directas de estos acuerdos que afectan la imagen soberana de nuestro país en el mundo.
En términos de comercio bilateral con Rusia la votación argentina tendrá consecuencias, el país le vendió en el 2021 productos agrícolas por alrededor de USD 680 millones, lo que representa el 95% de las ventas totales realizadas por nuestro país hacia el mencionado mercado. Hasta el 2021, Argentina mantenía superávit comercial con Rusia, sin embargo, los números se equiparan gracias a la adquisición de distintos lotes de vacunas Sputnik. Entre los principales envíos argentinos, se anotan frutas, como peras, manzanas y mandarinas, también limones, lácteos, quesos y productos del mar como por ejemplo merluza común y langostinos.
Una posición independiente es la abstención o votación en contra en estas situaciones, donde debe pesar un análisis realista del contexto internacional que no dio en este caso una abrumadora ventaja a la posición promovida por EEUU. La posición de Argentina quedó amarrada a la voluntad de la OTAN y distante de países latinoamericanos.
Sostener una posición neutral, es coherente con promover la paz en Ucrania, exigiendo el retiro de las fuerzas militares rusas y exigiendo el retiro de las fuerzas militares de la OTAN en la frontera así como el cese de suministro de armamento de la OTAN a Ucrania.