Entrevistamos a Gabriel Galeano, delegado de la nueva Comisión Interna del Fuero Laboral de la UEJN, sobre el traspaso a la Justicia porteña y la ofensiva flexibilizadora.
Gabriel Galeano forma parte la nueva Comisión Interna del fuero laboral, que asumió tras el triunfo de la lista Tricolor sobre la Marrón que a nivel de toda la UEJN dirige Julio Piumato.
–¿Cómo se dió este triunfo?
–Este proceso lo iniciamos luego de las elecciones de 2013, cuando ganó la lista Marrón pero, por primera vez en muchos años, las listas de oposición sumábamos más votos que la ganadora. Desde ese momento hasta hoy se agravó la crisis estructural del fuero laboral, al mismo tiempo Piumato jugó a un alineamiento político con el macrismo y eso desató una hemorragia en la agrupación que conducía la Interna. En ese contexto nosotros pudimos avanzar en un frente de agrupaciones opositoras. Todos coincidimos en recuperar el instrumento que tenemos los trabajadores judiciales para volver a impulsar la actividad gremial abandonada hace años.
–¿Se viene el plan de traspaso a la Ciudad en la Justicia?
–Si se confirma el cambio de dependencia de la Justicia Laboral, vamos a luchar para que no se pierda ni uno de los derechos adquiridos. El proyecto de ley para el traspaso todavía no ingresó al Congreso, por lo tanto no hay mucha información sobre cómo van a ser los contenidos en relación a los trabajadores judiciales, pero estamos atentos. Por ejemplo, los empleados del Poder Judicial porteño se rigen por un Convenio Colectivo de Trabajo en el cual su jornada laboral es de siete horas, pagan impuesto a las ganancias y tienen una mesa paritaria. Ninguna de estas características se replica en el caso de la Justicia Nacional. Por eso se presenta una muy probable perspectiva de conflicto laboral.
–Hay una ofensiva contra los derechos de los trabajadores…
–Hay una avanzada para retomar el discurso clásico de la década de los ‘90. Macri se viene refiriendo a que las sentencias de los juicios laborales son muy favorables a los empleados, algo que, a su criterio, genera dificultades para atraer inversiones y dificulta el crecimiento. La política aplicada durante esa década destrozó la Ley de Contrato de Trabajo y, con esa misma lógica, logró que se rebajen los salarios de los trabajadores y se abriera la puerta a todo tipo de contratos que precarizaron las condiciones de trabajo. Y lo único que creció fue el endeudamiento externo, la precarización laboral y la desocupación… hasta que estalló el 2001. Ahora el ataque a la Justicia Laboral es parte de esto también. Por eso desde la Comisión Interna ya tomamos posición a través de una declaración, cuestionando esta ofensiva flexibilizadora y preparándonos con todos los trabajadores para enfrentarla.