Desde la Comisión de Urbanismo que colabora en Guernica con una propuesta de viviendas populares, la Arq. Beatriz Pedro, titular del Taller Libre de Proyecto Social, de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la UBA, nos cuenta acerca del proyecto que tienen las 2.500 familias asentadas allí.
¿Quiénes están participando en el proyecto de urbanización de las tierras de Guernica?
-Al comienzo de la situación donde las familias se instalaron en las tierras que están en el partido de Gral. Perón, muchas de ellas pidieron ayuda técnica a distintos espacios, y llegó a nuestro Taller su pedido sobre cómo se podía resolver una propuesta de urbanización que hiciera viable la transformación de la iniciativa que habían tenido en barrios. Por lo tanto, docentes del Taller Libre de Proyecto Social, exalumnos del Taller y estudiantes de agrupaciones estudiantiles como Acción de FADU, más un grupo de investigación de Geografía y estudiantes y graduados de la Universidad Nacional de La Plata decidimos constituir lo que llamamos una Comisión de Urbanismo. Esa comisión de urbanismo en primer lugar, se propuso colaborar con las familias, ya que iban midiendo en el terreno las manzanas, el seguimiento de las calles, los lotes. Para poder realmente materializar con su propio esfuerzo e iniciativa un barrio popular.
Cuando vino la posibilidad de desalojo se resolvió armar un plano con el proyecto concreto que pudiera mostrarse a todos cómo se podía transformar esto que se ve ahora, que son tierras con alambrados y con hilos y casillas, en un barrio popular.
Recientemente los miembros de la toma le presentaron al juez de la causa una propuesta de urbanización de Guernica ¿En qué consiste la propuesta?
-Primero hicimos un proyecto más general para que todo el mundo viera en perspectiva cómo eso podía transformarse. Después, cuando se vino el desalojo resolvimos, estudiando atentamente la legislación vigente en la Provincia de Buenos Aires, y la información que nos proveyó el equipo de abogados, alrededor de las condiciones legales de las tierras donde están las familias, decidimos hacer un proyecto que tuviera en cuenta dos áreas de campos bastante abandonados.
Están muy flojos de papeles los que lo reclaman. Y en la franja que está sobre una tierra que se reclama para un barrio cerrado, donde ya empezaron las obras, vimos que la Ley de Acceso Justo al Hábitat promulgada a fines del 2015, plantea que cualquiera de estos emprendimientos tienen que entregar el 10% de la tierra del emprendimiento para vivienda social. Eso tiene que ver por el cambio de valor entre la tierra rural y urbana que se hace cuando se le cambia el uso al suelo rural. Es tan grande, que una parte de lo que se llama plusvalía tenía que revertir sobre la comunidad. En otros países ese porcentaje sube al 30%, en Argentina es el 10%, muy poquito. Por eso, se estudió una franja de 36 hectáreas que corresponderían a ese 10% y ahí se organizó el proyecto.
El proyecto plantea una urbanización integral para las 2400 familias. En las dos primeras manzanas se pueden hacer lotes de 10×20 entrando 1400 familias y en el otro tramo otras 1000 familias, ósea que tendrías 2400 lotes con sus calles, urbanización, su espacio de plazas, su espacio comunitario, respetando el camino de silo donde hay arroyos y garantizando la conectividad, ósea un proyecto en serio de barrio.
Folletto_Proyecto-de-urbanizacion-GuernicaMientras elaboraban el proyecto, ¿qué les reveló el estudio del territorio? ¿cómo son las características de la zona?¿y con respecto a la tenencia de la tierra?
-Para que se entienda la dureza de la respuesta a la negativa de avanzar en la resolución popular y porque se atrincheran sobre la propiedad del suelo para el country: ahí se está continuando una autopista, la prolongación del Camino del Buen Ayre y por lo tanto, esas tierras que hasta ahora no tenían accesibilidad, empiezan a aumentar su valor para hacer este tipo de emprendimiento. También serviría para barrios populares, pero se genera este tipo de urbanización, que es más tierra para menos gente.
Entonces eso ha generado una gran especulación en la zona y por otro lado, fuimos viendo que ya en ese propio partido el Plan Urbano que tiene, que ya cede el 36% de las tierras para barrios cerrados, es un despropósito por lo que acabo de mencionar.
Entonces en ese sentido se entendió un poco más la dureza de las reacciones. A la vez esa es una zona donde los barrios cerrados suelen resolver su habitabilidad sobre los grandes movimientos de suelo para elevar el nivel de la tierra y eso genera muchas veces el abnegamiento de los barrios laterales. Sobre la propiedad del suelo lo que se va viendo es que (según lo que cuentan los abogados) hay mucha irregularidad y se aprovecha la falta de un catastro transparente para poder hacer este tipo de cosas.
-¿Desde la perspectiva profesional querés destacar algo de esta experiencia?
-Todos los profesionales y técnicos que nos pusimos a trabajar para encontrarle una solución lo pudimos hacer porque ya la población en la Argentina sabe cómo resolver la urbanización de un barrio, entonces no construye en una villa, construyen manzanas, continúan las calles. Empiezan a armar el loteo. Eso es de un valor extraordinario que hay que poner de relieve. No es que nos esperaron a nosotros para hacerlo, ya lo estaban haciendo. Nosotros ayudamos.
Después, la constitución de un equipo que se ponga a trabajar con la familia era todo un desafío porque estaba todo muy demonizado. Entonces, la preocupación enorme en el segundo intento de desalojo hizo que se difundiera el proyecto a las autoridades, incluso las autoridades que estaban en juego ahí como la Secretaría de Desarrollo de la Comunidad y funcionarios del gobierno de la provincia. Les hicimos llegar el proyecto porque el objetivo era resolver el problema y demostrarles que podían hacerlo sin ir al desalojo violento, ni al desalojo blando (convenciéndolos de uno en uno) y que se podía, incluso con los planes que tiene planteado el Ministerio de Hábitat y el de Desarrollo Social Nacional y también el Provincial, resolver este problema a favor del pueblo.
Hay que decir que el equipo de por lo menos los arquitectos es parte de toda una enorme corriente que existe en la Argentina de Arquitectura Comunitaria que busca poner nuestra profesión al servicio de las causas populares. Y esto era el primer motivo por el cual nos pusimos al lado de estas familias.