Este 2 de abril el presidente Milei aprovechó el acto para reivindicar y llamar a la reconciliación con las FFAA.
Propone una vez más el trillado mensaje negacionista de “la reconciliación” con genocidas y los torturadores de la dictadura, los mismos que estaqueaban y congelaban a los soldados en Malvinas.
Con esas FFAA no nos reconciliamos. Estamos con aquellos que defienden la soberanía y repudian la dictadura genocida!!
Un discurso donde estuvo ausente la palabra soberanía al igual que su escarapela en su saco.
Reinvindicó a los veteranos pero como víctimas, despojados de la lucha por la soberanía y su heroísmo forjado en la entrega de su vida al tomar conciencia de lo que estaba en juego.
Un discurso oportunista, mostrando su esencia en la reivindicación de Julio A Roca, que encabezó el genocidio sobre los pueblos originarios, entregando esas tierras a la clase terrateniente, marcando a fuego el cararcter del naciente Estado argentino. Hoy utiliza esta fecha para desarmar en la Casa Rosada la sala de los pueblos originarios e introducir la de los “caídos en Malvinas”. Así pretenden abrir una grieta entre los pueblos que habitamos Argentina cumpliendo su verdadero objetivo que no es otro que complacer a la clase terrateniente usurpadora de las tierras y comunidades ancestrales.
Un discurso coherente con la política que sostiene lisa y llana la entrega de las tierras (anulando la Ley de tierras) donde deja a merced del saqueo nuestro territorio por terratenientes y extranjeros.
El discurso estudiado cumple con el verdadero objetivo de reivindicar a las FFAA, dando un rol especial en la represión interna como se esfuerzan en introducirlas por estos días, Bullrrich y Petri.
Una política donde nunca tan rapido se destrozó miles de puestos de trabajo y sometió al hambre a millones de ciudadanos y jubiladxs.
Mientras, se desmembraron áreas estratégicas del Estado como la fabricación de dos proyectos emblemáticos de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), el CAREM y el RA-10, que están en etapas muy avanzadas de construcción (uno de ellos, a punto de finalizarse) y representan la posibilidad de colocar al país en la vanguardia tecnológica mundial.
Mientras se abren las puertas a una nueva vuelta de rosca en la entrega de soberanía con la presencia de tropas de EEUU en el mar del sur argentino y el Río Paraná. Pero como si eso no bastara, ahora avanzan con la construcción de una base militar de EEUU en Neuquén avalada con la provocativa llegada hoy 2 de abril de la Jefa del Comando Sur, Laura Richardson.
Por eso, un gobierno que tiene como bandera la entrega de la soberanía y el ajuste brutal acordado con el FMI y otorgando obsenas ganancias a los monopolios, bancos y financieras, mediante la especulación, necesariamente debe buscar desorientar y ganar mayor división en el pueblo.
De esta manera busca utilizar los sentimientos más profundo como el de las Malvinas, que encierra el recuerdo de los héroes que dieron la vida, junto con el respeto y admiración por los combatientes que volvieron así como aquellos que se suicidaron en el abandono del Estado.
“Por los pibes de Malvinas que jamás olvidaré” cantaban millones de argentinxs cuando la selección salió campeona del mundial de fútbol.
Eso no se borra de un día para otro, y se transmite de generación en generación.
A esas reservas debemos acudir y reavivarlas con memoria verdad y justicia, para ganar nuevamente las calles como aquellos días de diciembre de 2022, pero para llevarlo más allá del terreno deportivo: para poder terminar con esta política y este gobierno y abrir un rumbo liberador que nos coloque nuevamente bajo el cobijo de los pueblos de la America Morena con su calor y solidaridad para poder traer a casa a nuestra queridas Islas Malvinas.