Del golpe genocida a los 100 días de crueldad

Motosierra y batalla cultural

En estos 100 días de gobierno, celebran los mercados, la bolsa rompe récord, la timba financiera descorcha y el riego país cae a bajas históricas…a los sectores concentrados de la economía que han multiplicado sus ganancias, ahora ven la oportunidad de dar vuelta una página con cambios de paradigmas que despoje “para siempre” al “populismo” de cualquier especie que quiera volver al gobierno.

Paolo Rocca, dueño y presidente de Tenaris, la principal empresa del Grupo Techint manifestó hace tres días, de manera contundente, su apoyo al gobierno de Javier Milei. Entrevistado durante la conferencia de energía CERAWeek by S&P Global, realizada en Houston, EE.UU., (en medio del paro por 72hs de la UOM por aumentos de salario), Rocca dijo “creo que su programa será exitoso. Tenemos muchas esperanzas, tal vez estemos frente al inicio de un nuevo ciclo en el país. El programa económico es lo que el país necesita: reducción del déficit fiscal y del gasto público del 40% al 25% y liberalización del mercado”.

El ajuste es brutal, con caída del consumo a niveles históricos y una recesión que sostiene la baja de la inflación y el ajuste fiscal con despidos masivos y cierres de secretarias y ministerios que celebran desde el vértice del poder, golpea a su propio electorado que se desgrana mientras otros esperan “el milagro”.

Justamente cuando “no hay pan” buenas son las “batallas culturales” para asustar y profundizar la grieta en el pueblo, con la posibilidad de “dar vuelta una página” del pasado reciente y más lejos aún, esa que habla de la “justicia social”.

El rol activo de los “trolls” en las redes y periodistas ensobrados, son un componente decisivo para las operaciones, provocaciones y “FackNews” (noticias falsas) donde entre otras cosas, toman fechas sentidas en la historia para introducir su contenido e impronta, provocativamente y totalmente “blindados” e impunes. Así pudimos ver como el mismo 8 de marzo difundieron un video descolgando los cuadros y desmantelando el “salón de las mujeres” en Casa Rosada, sustituyéndolos por un “salón de los proceres” donde se mesclan San Martín, con Roca, Mitre y el mismísimo Carlos Menem. O cuando en su discurso de apertura de las sesiones el 1 de marzo, Milei sostenía de manera provocativa la negación de los 30.000 desaparecidxs. Lo mismo hará este 24 de marzo con un mensaje y video justificando la “teoría de los dos demonios” mientras se preparan para mandar a los genocidas a sus domicilios.

Esta violencia política, negacionista, desplegada desde el propio presidente y ministros sostiene a los grupos de tareas como los que atacaron a la militante de la agrupación HIJOS de Rosario, en su casa, golpeándola, amenazándola y abusando de ella, para luego pintar VLLC, sin que el gobierno repudiara estos hechos y el propio Milei dando like a tweet de trolls que afirmaban que era todo armado.  

El ataque a la corrupción y el despilfarro desde el Estado es la corporización para grandes masas de ese “populismo que se sirve del Estado” mientras utiliza muchas veces un relato progresista y hasta otorga derechos, mientras no cambia la matriz dependiente por la que el pueblo siempre vuelve a un nuevo ciclo de miseria. La última gran decepción fue el período iniciado por el Frente de Todos en el 2019 donde aquellas expectativas y esperanzas que colmaban los corazones de millones que venían de padecer a la derecha tradicional, se hicieron trizas con la inflación, el acuerdo con el FMI, la alta precarización laboral terminando con un 42% de pobreza. No se tomaron medidas soberanas que demandaba la situación, donde la pandemia habilitaba para avanzar sobre los dueños del poder en beneficio de las grandes mayorías.

Se mantuvieron los nichos de corrupción desde el Estado y los negocios de “amigos” o grupos cercanos al poder. El ataque que desató la reacción para hacerse del gobierno tiene bases objetivas e históricas, lógicamente deformadas, agrandadas y hasta inventadas, pero existe una base acumulada de años para que operen.

Es tan profunda la crisis económica, social y moral de años de degradación de una democracia asentada sobre un contrato social extremadamente frágil producto de las limitaciones, el carácter y las políticas que se llevaron adelante desde el Estado, mostrando fortalezas, pero también miserias sin que se haya avanzado sobre la estructura de un país dependiente, en disputa, donde prevalecen los monopolios, bancos y terratenientes en el dominio de la economía, y donde la justicia hace honor a esa estructura. Hoy ese contrato social está seriamente amenazado.

El trabajo sistemático sobre la impronta del recambio generacional que relativiza valores que costaron sangre y moldearon a una sociedad reposada en conquistas nacidas de grandes luchas y acontecimientos históricos.

Es muy profundo el daño que se ha hecho con la “revolución de la comunicación” en manos de los monopolios dominantes en esa área tan sensible de la sociedad, donde la maceración que en otras décadas llevaba años, hoy lleva días, horas o minutos. Una cosa era el “miente…miente que algo quedará” en décadas pasadas donde la comunicación gráfica y radial era dominante, a la actualidad donde eso corre a la velocidad de la luz y por miles de canales a la vez.

El reseteo profundo sobre las cabezas de generaciones, tiende no solo a deformar o recortar la realidad, sino también a nublar la historia reciente para instalar el “mensaje único” o la “única verdad” …la de las clases dominantes.

Quienes pensaban que atrás de estos nóveles conservadores había un grupo de “yuppies improvisados”, se equivocaron y subestimaron el radio del daño que significa tener resortes del Estado a discreción, ¡Son muy peligrosos!, pueden ser efímeros, porque no les interesa la construcción en los territorios y tienen una impronta superficial, pero de gran llegada a los jóvenes y en particular a los de bajos recursos y nivel cultural, pero en el transcurso hacen mucho daño y al no disponer de una estructura en los territorios, tejen alianzas con sectores de la derecha que si lo tienen. Allí aparecen los personajes como Macri, Bullrrich, radicales, peronistas o del Pro que integran la alianza de gobierno.

Discutir la riqueza

La derrota en el terreno económico determinó los acontecimientos que llevaron a estos neo-conservadores y con ellos al carrusel del círculo rojo al poder. Su triunfo cultural radica en que no se discute la riqueza, sino la pobreza, embarrada con “el robo”, “el despilfarro” y la “justicia social que alimenta vagos y planeros”.

Mientras tanto monopolios como Techint, Arcor y otros, han multiplicado sus ganancias de manera obscena, al igual que los bancos y financiera con la timba y la especulación. No solo esto, Caputo hoy (como Cavallo con la dictadura) les estatizó las deudas de los privados por valor de 30.000 millones de dólares, lejos de cerrarlo, el Banco Central les da sus beneficios.  Pero de esto no se habla.

Cualquier proyecto político que se predisponga a trascender, necesita de cambios en la superestructura que acompañe los cambios en la base económica. Si bien no son precisamente un espejo, en última instancia esos cambios políticos obedecen a una matriz económica, y es precisamente allí donde se libra la batalla decisiva, de clases, en este período que marcará el nuevo ciclo de la historia.

La grieta entre los de abajo no está en el terreno económico, porque el ajuste ha unificado a grandes sectores más allá de las diferentes posiciones políticas, pero aun persiste el balance de la historia reciente donde está negado u oculto el tema de la riqueza y no emerge aún un vértice que de certezas y nuevos paradigmas al pueblo.

La ideología de la “conciliación de clases” es sumamente nociva para abordar este debate, ya que más allá de su forcejeo, en última instancia sucumbe frente al poder hegemónico de los monopolios porque los considera necesarios para el equilibrio de la sociedad. En los tiempos donde se fue más allá, como el primer gobierno peronista, no se organizó al pueblo para la defensa de esas grandes conquistas llevando a un desenlace de sangre y golpe de estado.

En la historia reciente, aun en los gobiernos progresistas no avanzaron en procesos que llevaran hacia la soberanía industrial, alimentaria, marítima, agraria y financiera del país. Se optó por otorgar conquistas y derechos muy sentidos, pero sin “terminar con el huevo de la serpiente” que resistiría y volvería con más poder aprendiendo de sus errores pasados y tareas inconclusas.

La división del pueblo se evidencia en las derrotas en la superestructura de una sociedad…

A 48 años, la historia se repite…

“todos los grandes hechos (y personajes) de la historia universal, aparecen dos veces” (George Hegel, filosofo idealista alemán). CarlosMarx le complementó añadiendo: “una vez como tragedia y otra como farsa”.

Ahora los sectores dominantes pasaron en limpio la tragedia que iniciaron con el golpe sangriento de aquel 24 de marzo de 1976. Una tragedia que se llevó la flor y nata de la generación que lideró la lucha de los ´70, preparada para encabezar los procesos liberadores en el país. La “farsa” (aunque muchas veces suele ser peor que la tragedia), iba a estar ejemplificada en el menemismo en los ´90 que terminó de destruir la soberanía, los recursos comunes y nos ató al carro de EEUU, al que hoy le cuelgan un mural en el “salón de los proceres” de la Casa Rosada. La siguiente tragedia iba a estar expresada en el gobierno de La Alianza también con Cavallo como ministro de economía. El levantamiento popular y la masacre con 39 muertos fue el desenlace. El Macrismo con Juntos por el Cambio inauguraría una nueva tragedia que duró cuatro años.

Ahora con 105 días de crueldad de Milei (batiendo récord de destrucción y retroceso en tan corto tiempo como nunca se vio en democracia), asistimos en forma de “farsa”, a esa “vuelta de tuerca” del neoliberalismo, donde siguen insistiendo en el mismo plan económico derrotado de la dictadura, el menemismo, La Alianza y Juntos por el Cambio basado en el “déficit cero”, ajuste, reforma laboral, endeudamiento, privatización y entrega. Pero con nuevas formas e improntas que “rompe” con aquella política tradicional conocida en la historia reciente.

   Desde esta impronta se practica el ataque a las mujeres y diversidades, el cierre del Ministerio, la eliminación del salón de la mujer en Casa Rosada, el cierre de Télam, la eliminación del programa de las Madres de Plaza de Mayo en la TV Pública, el INCAA, la TV pública, el desguace del CONICET, entre otras medidas retrogradas que se toman con el DNU vigente.

Rio Turbio

No son hechos aislados, son las manifestaciones de que van a un cambio profundo, eliminando paradigmas endilgados al “populismo corrupto” para introducir valores basados en el individualismo, la especulación, la estigmatización de los débiles, inmigrantes latinos y la pobreza (como sinónimo de vagancia y el “vivir de arriba”), la “historia oficial de las clases ganadoras” y la cultura de la dependencia.

Con la fuerza de los 30.000 construyamos la esperanza

Esto obliga a abordar rápidamente los debates en el campo popular que permitan ir uniendo al pueblo; y esto tiene como contenido poder reconocer que la construcción de poder desde el Estado por parte de los sectores enrolados en el progresismo, en particular del peronismo, mantuvieron esa práctica e impidieron el control popular sobre áreas de gobierno. Por lo tanto, si no se muestra autocrítica, no se puede hablar livianamente del “Estado presente” para polemizar con Milei, porque sencillamente se le contesta con algo que el pueblo cuestiona y necesita procesar.

La corrupción en este Estado existe y da identidad a su carácter de clase. Cuando por las razones que sea, aquellos que llegan a gobierno y dicen expresar a los sectores populares, tienen muchas más responsabilidades en cuanto a la premisa de mayor transparencia y control sobre todo lo que acontece a lo público, a diferencia de la derecha cuando gobierna.

Tampoco alcanza en esperar ciertos acontecimientos o salvadores. La esperanza no puede pasar por esperar cómodamente la sublevación de aquellas multitudes castigadas. Claro que la esperanza se enciende cuando vemos a los metalúrgicos en acción o los obreros del carbón en Río Turbio que ocupan las minas y se movilizan. ¡La esperanza se construye! en aquellos acontecimientos que hacen bifurcar la historia.

Han pasado más de 100 días y la lava hirviendo del neoliberalismo se desparrama rápidamente sobre nuestras cabezas. Pero su soberbia y venganza los hace más vulnerables, ha llegado el momento de organizar las fuerzas para dar forma a un proyecto realmente capaz de hacernos bifurcar hacia un rumbo popular.

Muchos se preguntan “hasta donde va aguantar el cuero del pueblo”, cuanto sufrimiento puede soportar, pero en la medida que no haya certezas y liderazgos colectivos, las luchas, que siempre están, no significaran una salida para el conjunto del pueblo.

Este 24 de marzo, a 48 años del inicio del genocidio traemos al presente la peor arma que conocen los fascistas y negacionistas del gobierno: LA MEMORIA de nuestros 30.000 héroes y heroínas que dieron la vida por la patria liberada. 

Esta es nuestra última frontera, es el límite, pero debe ser el inicio de la contraofensiva popular. El inicio de la reconstrucción del campo popular con nuevos rostros, nuevas certezas para recrear la esperanza.

“La esperanza, pero tener esperanza del verbo esperanzar; porque hay gente que tiene esperanza del verbo esperar. Y la esperanza del verbo esperar no es esperanza, es espera. Esperanzar es levantarse, esperanzar es ir detrás, esperanzar es construir, esperanzar es no rendirse. Esperanzar es seguir adelante, esperanzar es unirse a otros para hacerlo de forma diferente…” (Paulo Freire)

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