Combatiendo el ajuste previsional

El gobierno, los gobernadores y el FMI lograron aprobar la Ley Previsional a un alto costo político y social. El pueblo repudió en las calles.

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Como era previsible, el gobierno logró el quórum y los diputados aprobaron el ajuste previsional en la mañana del martes 19. Una “reforma” que ni si quiera fue defendida por el presidente del bloque oficialista, Mario Negri, evidenciando el acuerdo con el FMI que exige este nuevo robo a los jubilados, pensionados y beneficiarios de la AUH para seguir endeudando al país. El gobierno nacional seguirá pagando un alto costo político y social por este acuerdo.

Lo destacado de la jornada de lucha fue la gigantesca movilización de cientos de miles de personas, que comenzó desde el mediodía, desbordó la Plaza Congreso, derivó en una batalla campal y, aún luego del desalojo de la Plaza, continuó con los cacerolazos. Durante la tarde del lunes hubo también movilizaciones en todo el país. Hacia la noche, se desparramaron los cacerolazos no sólo en Buenos Aires sino también en La Plata, Rosario, Córdoba, Salta, Bariloche y otras tantas localidades del país, expresando también a gran parte del electorado que votó al gobierno en octubre y hoy se siente estafado.

Durante la tarde del lunes frente al Congreso, luego de establecido el quórum pasadas las 14hs, se desataron los enfrentamientos con la policía. El gobierno fue manejando los tiempos y las formas de la represión. Esta vez abundaron las balas de goma. Y a las dos horas, en sintonía con la “orden” del presidente de la Cámara de Diputados, que estimó que en “media hora” controlarían la situación, la policía descargó su arsenal y desalojó completamente la Plaza.

Desde que se iniciaron los balazos, y los piedrazos, una parte cada vez más grande fue repeliendo los avances de la policía y obligándola a retroceder en ocasiones. Entre los manifestantes que enfrentaban a la policía había no sólo miembros de organizaciones partidarias y sociales, sino también trabajadores y obreros de varios sindicatos: ATE, Sutna, ferroviarios, subte, Luz y Fuerza, judiciales y hasta de la UOM.

El desalojo de la Plaza, a eso de las 16:30hs, fue precedido por un hecho para nada casual: un patrullero y tres motociclistas irrumpieron por la Av. Rivadavia atropellando la movilización desde su retaguardia hasta el foco del combate. Una de las motos policiales quedó en el camino. Pero parecen haber logrado su objetivo: provocar un hecho para buscar victimizarse, y luego recrudecer la represión. En simultáneo, trataron de montar desde los medios un escenario “desestabilizador” y dentro del recinto Carrió llegó a calificar la situación de “movilización golpista”. Pero esas maniobras luego fueron desbaratadas con los cacerolazos masivos esa misma noche que repudiaron el proyecto de ley y la represión.

Desalojada la Plaza, la represión continuó hasta la 9 de Julio. Hacia la noche la cacería había arrojado la cifra de más de 80 detenidos. Entre los manifestantes heridos, un joven permanece en grave estado por haber sido atropellado, aplastado por una moto policial y disparado a quemarropa –hecho registrado en cámaras de seguridad–. Un compañero del FOL y otro del CTEP perdieron un ojo producto de las balas de goma.

Indudablemente, las imágenes rememoraron aquellas jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001, un día antes de un nuevo aniversario. Lo que se expresó, de distintas formas, es el repudio popular a una reforma canalla que le quita a los que menos tienen para garantizar las ganancias de los poderosos. Porque la peor violencia es la que sufren los jubilados con sus salarios de pobreza, agravados ahora por este robo de 100 mil millones de pesos convalidado por estos 128 diputados. “No se podía aprobar un engendro de este tipo sin que nada ocurriese”, afirmo Gustavo Funes –secretario del CR–.