Desde inicios de año se está llevando adelante en Tucumán el juicio oral por delitos de lesa humanidad cometidos durante el “Operativo Independencia”, iniciado en febrero de 1975 para “neutralizar y/o aniquilar el accionar de elementos subversivos que actúan en la provincia de Tucumán” (según afirma el decreto presidencial). Fue un operativo que excedió ampliamente su blanco sobre la guerrilla del PRT-ERP que se había instalado en el monte y durante el cual se produjeron detenciones ilegales, torturas y desapariciones contra las organizaciones populares y gremiales en general.
La causa incluye los casos de 270 víctimas y se inició con 20 acusados: 10 ex militares, 9 ex policías y un gendarme. Entre los desaparecidos se encuentra Manuel Álvarez, obrero textil de Grafanor y comunista revolucionario desaparecido el 17 de enero de 1976. Otra de las víctimas es Norma Nassif, comunista revolucionaria detenida en 1975, puesta luego a disposición del Poder Ejecutiva y que pasó toda la dictadura presa.
En 2012, ante el avance del proceso, el oligarca diario La Nación editorializó que con este juicio “se avanza en un proceso penal que tiene todos los rasgos de una persecución revanchista antimilitar”(31/10/2012), a la vez que destacó que la “actuación del Ejército en el Operativo Independencia no estaba aún contaminada por los procedimientos ilegales” (¿!?).
Sin embargo, aun con sus límites, la causa puso en el banquillo a algunos genocidas y aporta a develar el verdadero contenido de esta acción del Ejército que prologó la sangrienta dictadura de 1976.
El operativo
A partir de la aprobación del “Operativo Independencia” por el decreto 261/1975, firmado por la presidenta Isabel Perón y el ministro Carlos Ruckauf, más de 2500 soldados pasaron a ocupar la provincia(1). No era la primera vez que Tucumán era militarizada: unos años previos la dictadura de Onganía había hecho lo mismo para garantizar su política de cierre de ingenios azucareros y concentración monopólica de la agroindustria.
El Ejército, comandado primero por Adel Vilas, afirmaba defender al gobierno constitucional frente a una guerrilla que no sumó más de 100 integrantes del PRT-ERP (y con alguna coordinación con Montoneros). La confrontación dividió incluso a la FOTIA, federación de obreros azucareros con tradición combativa que había enfrentado a la dictadura de Onganía-Levingston-Lanusse (1966-1973) uniendo tanto a las corrientes peronistas como de izquierda.
Sin embargo, uno de los legados más conocidos de este “Operativo” fue la inauguración del primer centro clandestino de detención: la “Escuelita” de Famaillá. Según cifras que el propio Vilas dejó sentadas en su diario, por allí pasaron 1.507 personas. Luego Vilas cedería la conducción del Operativo a Antonio Bussi –quién gobernaría la provincia durante la dictadura–; y el vicepresidente Ítalo Luder extendería la “lucha antisubversiva” a todo el territorio nacional (decretos 2770 a 2772/1975).
Contra el pueblo
Según consta en la causa, del total de 270 víctimas: el 42% eran obreros y jornaleros del interior de la provincia (o familiares directos), el 15% dirigentes gremiales y el 8% empleados públicos. También hay comerciantes, estudiantes y profesionales. Sólo el 7% tenía alguna vinculación con el PRT-ERP o con Montoneros.
En realidad, la acción militar estuvo más concentrada en desarticular la organización popular en general, particularmente la clase obrera azucarera que venía de protagonizar en 1974 una fuerte huelga. Incluso, según consta en la causa, uno de los dirigentes sindicales detenidos en aquel momento declaró que los militares le hicieron saber que no estaba detenido por su relación con la guerrilla –que no tenía– sino porque había sido denunciado por sus patrones del Ing. La Fronterita.(2)
¿Y cuál fue una de las primeras resoluciones de Bussi el mismo día del golpe de 1976? Intervenir la FOTIA, que nuevamente se encontraba de paro: esta vez por el asesinato días previos de su secretario general de identidad peronista.
Ensayo
Contradiciendo la defensa que La Nación hizo sobre este “Operativo”, lo que en realidad ocurrió en Tucumán fue un ensayo represivo que luego daría un salto cualitativo con el golpe de Estado contra el gobierno constitucional que decían defender. En Tucumán el terror militar se adelantó. Por eso, una estimación calcula que en esa provincia el 37% de las víctimas ocurrieron previo al golpe (incluyendo asesinados, desaparecidos, secuestrados y torturas).(3)
Esto no niega que también Tucumán experimentó ese salto cualitativo en la represión con el golpe del 24 de Marzo de 1976. Esto es lo que muestra, por ejemplo, las víctimas confirmadas de los ingenios La Fronterita y Concepción. Si bien el 34% de las víctimas (incluyendo detenidos ilegales que luego fueron liberados) se dieron previo al golpe de 1976, el 85% de las desapariciones y asesinatos se produjeron durante la dictadura.(2) Es decir: los planes represivos necesitaban desprenderse del gobierno peronista, para lo cual ya desde 1974 habían comenzado los preparativos golpistas.
Tal es así que una de las testigos de la causa, que había sido obligada a servir comida a grupos de militares que operaban en el CCD “La Escuelita” de Famaillá, declaró haber reconocido no sólo a Bussi sino también al propio Rafael Videla, quién quedaría luego al frente de la dictadura.(4)
El golpe
¿Por qué Isabel Perón firmó el decreto que inició el “Operativo Independencia” si al fin de cuentas terminó contribuyendo a los planes golpistas y dictatoriales en marcha y socavando su propia base de sustento político?
Quizás Isabel Perón tenga oportunidad de dar su versión si finalmente es citada a declarar en la causa. Pero lo que se ha comprobado es la imposibilidad de la burguesía nacional de dirigir un proceso de liberación.
El gobierno peronista de Isabel, por un lado, hizo aprobar la Ley de Contrato de Trabajo, la nacionalización de las bocas de expendio de combustible y otras medidas en beneficio del pueblo y la nación. Pero por el otro favoreció medidas represivas como ésta –o incluso de tipo paramilitar– creyendo equivocadamente que esto le permitiría retomar el control de la situación.
En ese momento, la conducción del Ejército estaba en manos de los sectores golpistas con el General Videla a la cabeza. Esos sectores fueron avanzando en las FFAA varios años antes y también en grupos paramilitares que operaban por esos años. Ya con Perón debilitado, pero principalmente luego de su muerte el 1 de julio de 1974, los planes golpistas se acelerarían.
Estos sectores tendrían un primer plan con el golpe institucional poniendo a la cabeza a Ítalo Luder. Para ello se aprovecharía el descontento popular con las medidas de económicas del gobierno que llevaría al levantamiento popular conocido como el “rodrigazo” (por Clestino Rodrigo,ministro de Economía) y la confusión que sembraban las acciones terroristas, también de la Triple A, en una confrontación de aparatos ajena al pueblo. La firma de los decretos 2770 a 2772/1975 por parte de Luder está dentro de este plan. Luego, al fracasar el camino “institucional” para derrocar a Isabel Perón, se avanza hacia el golpe abierto con tropas movilizadas en todo el país y con los operativos “La Madrid” en marcha en Tucumán al mando del general Bussi hasta mediados de febrero de 1976.
En aquella compleja situación, el PCR había lanzado ya en 1974 la consigna de enfrentar el golpe “venga de donde venga”, como afirmaba René Salamanca, comunista revolucionario y secretario general del SMATA Córdoba. “Golpe que puede ser proyanqui o prorruso, porque las dos superpotencias conspiran y buscan someternos”, denunciaba(5). El terrorismo impuesto aquel 24 de Marzo comprobó trágicamente la justeza de esta denuncia.
(1) “Autoritarismo y dictadura en Tucumán”, 2009, pág. 237.
(2) “Responsabilidad empresarial en delitos de lesa humanidad”, Tomo I, 2015, pág. 93. El documento es parte de la información incluida en la causa.
(3) “Lucha de clases, guerra civil y genocidio en la Argentina”, 2012, pág. 311. La estimación está hecha en base al archivo de los casos registrados por la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos.
(4) La Gaceta, 24/6/2016.
(5) Declaraciones de René Salamanca (desaparecido el 24 de Marzo de 1976) citadas en “A 40 años del golpe: Seguimos luchando!” (CR-PMLM, 2016).