7 de Noviembre triunfa la Revolución Rusa

El cielo por asalto


Se cumple un nuevo aniversario de la Gran Revolución Rusa, acontecimiento que cambiaría la historia de la humanidad y donde el Partido Bolchevique, conducido por Vladimir Lenin, conquistaría el poder derrocando el poder de los zares y la burguesía opresora.

Por primera vez lxs obrerxs al frente del pueblo dirigieron el nuevo Estado hacia el socialismo. Este acontecimiento impregnó a millones de oprimidos del mundo como un faro en la lucha contra el capitalismo, ya en su fase imperialista. Las enseñanzas de esta epopeya popular y los aportes de Lenin serían vitales para abrir los ojos a generaciones que lucharían contra la opresión de un sistema brutal.

Lxs comunistas rusxs, con dirigentes como Lenin a la cabeza, mostraron la tenaz tarea, en condiciones de gran adversidad, de construcción de ese Partido en los territorios, en los lugares claves para el triunfo revolucionario. Un partido Marxista-Leninista que supo estar a la altura porque estuvo vinculado a su pueblo y en particular a lxs trabajadorxs, y esto le dotó de la sabiduría para planificar cada acción de manera creadora, aprovechar las divisiones y contradicciones en el frente enemigo, así como saber asestar acciones cuando el movimiento de masas está en alza, como saber replegar cuando acecha la ofensiva reaccionaria.

El proceso revolucionario y los aportes teóricos de lxs comunistas rusxs han mostrado en la práctica a lxs revolucionarixs del mundo, que en la encarnizada lucha de clases, en los puntos de inflexión, no puede haber triunfos revolucionarios sin teoría y organización revolucionaria generadora de infinitos instrumentos para el protagonismo del pueblo bajo la dirección de lxs obrerxs.

Los grandes movimientos como el feminismo y diversidades contra la estructura heteropatriarcal, así como el gigantesco movimiento por la defensa del medio ambiente, muestran en su denuncias los atropellos del capitalismo en su fase putrefacta, el imperialismo, que arrasa con los ecosistemas y trae virus pandemicos como el Covid-19. Pero muestran también y lo sostienen, que ya no hay salida dentro del propio sistema, que se ha transformado en su contrario y traba todo desarrollo sustentable, justo y democrático de la humanidad. Por ello se plantean ya no “simples mejoras”, sino cambios revolucionarios, que al igual que la lucha feminista, marcan nuevas generaciones y puntos de quiebres históricos.
Por eso que las enseñanzas de la revolución rusa tiene plena vigencia, acercándola a la particularidad de cada país. Hoy vemos como se pone en discusión cuestiones estructurales del país, y vemos a la reacción terrateniente amenazar con “hacer arder el país si tocan sus intereses”, y junto a empresarios -dueños de los monopolios que controlan los resortes de la economía- desafían y boicotean el congelamiento de precios de los alimentos y chantajean para mayores concesiones, señalando que “todo lo que los afecte es un atentado sobre la propiedad privada y las libertades individuales” mostrando la esencia de un país dependiente, dominado en su estructura económica y la súper estructura política por los monopolios y terratenientes.

En definitiva todo está trabado por esa deformación y control de clases. Los pueblos van adquiriendo experiencia en esa confrontación de clases, que deberán ser sintetizadas por el Partido revolucionario generador de instrumentos de frente único en todos los terrenos para empoderar a la clase obrera y el pueblo para que sean protagonistas de su propio destino. Nada puede estar por encima de esto.

Esta dura realidad muestra que es más necesaria que nunca la revolución que libere al pueblo y al país de la dominación imperialista y su alianza con los terratenientes y otros sectores reaccionarios. Lo vemos en los hechos en las condiciones de trabajo donde reina soberana la precarización laboral donde el 50% de la masa asalariada trabaja en estas condiciones, con bajos salarios y castigando a mujeres y diversidades negando la igualdad en las relaciones laborales.

La vemos en la estructura territorial donde la tierra para vivir y producir, está en manos de un puñado que ostenta millones de hectáreas mientras millones no tienen nada, donde han sido desposeídos y negados del uso y tenencia de la tierra. Esta contradicción se ha agudizado al extremo en el país y no es con represión como se resuelve, sino avanzando en una de las más importantes medidas democráticas.

Lxs revolucionarixs tenemos sobre nuestras espaldas la gran responsabilidad de poder ser portadores de esos instrumentos, para que el pueblo los tome como propios y juegue de local en la lucha por su liberación en transición hacia el socialismo.

“Prepararse, prepararse y prepararse” sostenía Lenin. Este principio debe acompañar cada lucha allí donde existe un derecho avasallado. Debe acompañar a aquellxs que quieran ser protagonistas de este gigantesco y apasionado desafío, ensanchando sus espaldas, haciendo latir a toda marcha sus corazones, porque así lo hicieron lxs bolcheviques, la clase obrera y el pueblo ruso cuando conquistaron el cielo por asalto.

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