Este nuevo aniversario del golpe mas sangriento que conoce nuestra historia, que impuso el terrorismo de Estado y se llevó 30.000 compañeros detenidxs, desaparecidxs y asesinadxs nos encuentra en una ofensiva de la justicia cómplice que no se democratizó y persisten en lo fundamental la ideología y jueces que estuvieron en la oscura noche de la dictadura fascista. Una Corte Suprema que avala el 2×1 beneficiando a los genocidas, viola otros poderes no investiga el intento de magnicidio a Cristina Kirchner y avala una condena proscriptica.
Pero transitamos también un duro 24 de marzo donde la oposición de la derecha reaccionaria y fascista está envalentonada como expresión política de los dueños del poder que son beneficiados por las políticas y las concesiones del gobierno de Alberto Fernández en el terreno económico como consecuencia del plan económico acordado con el FMI.
Un 24 de marzo con menos soberanía y mas ajuste sobre el pueblo como el canje de bonos donde se hecha mano a los fondos en dólares como el Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la ANSES y otros organismos estatales para controlar el dólar y cumplir con el FMI. (ver nota). Una política que ha profundizado la dependencia con el acuerdo con el FMI que impone un plan inflacionario y de sometimiento con metas e intereses imposible de cumplir con el solo objetivo de vernos de rodillas.
El gobierno al cumplir con esos objetivos ha llegado a la realidad esperada donde no cuenta con los dólares para cumplir pero en vez de replantearse el camino transitado en estos dos años, busca que todo el pueblo y el país pague. Es sabido que cuando no se cuenta con las divisas, vienen por nuestros recursos naturales y mas ajuste sobre el pueblo, ya sea con este gobierno o con otro.
El FMI opera como instrumento de su principal socio, EEUU para chantajear y “aspirar” dólares para sostener su sistema financiero en crisis y sostener la guerra como muestra el préstamo de 15.000 millones de dólares que el FMI acaba de otorgar a Ucrania. Para sostener esta política imperialista, necesita de gobiernos mas o menos entreguistas en los países dependientes con las consecuencias a la vista.
Francia arde, justamente por estas políticas de los organismos de créditos que exigen ajustes fiscales que paga el pueblo. Nada que envidiar al manotazo de Massa con el canje de bonos que pagaremos lxs trabajadores y jubilados.
Las fuerzas populares, antiimperialistas y revolucionaria por el contrario, este 24 de marzo volveremos a ganar las calles para reafirmar el compromiso con nuestro 30.000 que dieron la vida por un país soberano, liberado de la opresión imperialista y de los dueños del poder, pero para estar a la altura de ellos debemos forjar la unidad que pueda frenar al fascismo en ciernes, pero también superar a aquel “progresismo” blando con los poderosos y duro con el pueblo.
Lo que dice Washington tiene eco en Argentina
El FMI marca la cancha y la situación política del Gobierno Nacional es cada vez más insostenible. A su vez, una sequía récord profundiza la crisis. Por su parte, los salarios argentinos son golpeados por la inflación y las políticas de ajustes del Gobierno. En este panorama, las elecciones 2023 parecen una misión imposible.
En el comunicado N°23/68, publicado el 13 de marzo, el Fondo hizo gala de su injerencismo y criticó la moratoria promulgada por el Congreso Nacional, que alcanzaría a cerca de 800 mil personas, al decir “Se tomarán medidas tempranas y decididas para abordar de manera sostenible los costos fiscales de la aprobación imprevista de la moratoria de pensiones”, un claro mensaje al ministro de economía que, según afirman algunas informaciones, habría operado en el Congreso para que la Ley no se apruebe.
Continúa el Fondo exigiendo “Una mejor focalización de los subsidios energéticos y de la asistencia social”, y en Argentina, con la obediencia de la ministra de Desarrollo Social Victoria Toloza Paz –en connivencia con dirigentes de importantes movimientos de desocupados-, se confirman 85 mil bajas de planes Potenciar Trabajo. También dijeron en Washington qué pasará, en principio, con las tarifas “Para cumplir con las metas de reducción del déficit y fortalecer la progresividad de los subsidios energéticos, las autoridades planean continuar implementando el esquema de segmentación acordado, eliminando los subsidios para los usuarios residenciales de mayores ingresos a partir de mayo y para los usuarios comerciales a fines de 2023”. Finalmente modificaron levemente la meta de acumulación de reservas fijada para este primer trimestre del año (USD 3.000 millones menos) así como la meta anual (USD 2.000 millones menos) por los efectos de la sequía.
Como primer dato, se estima que la sequía es para el sector agroexportador la peor desde 2001. En ese sentido, según los datos aportados por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, debido a este fenómeno la producción de maíz será de 20 millones de toneladas menos de las esperadas (en vez de 36 Mtn serán 16 Mtn) y la de soja alrededor de 7 millones de toneladas (en vez de 25 Mtn serán 18.3 Mtn, que sería la menor producción de soja desde 2001).
Esta caída productiva implicaría una disminución de importaciones del 48 %, que se traducen en una caída de las exportaciones de US$20.811 millones y la recaudación fiscal bajaría en US$7376 millones.
Amparado sobre esta realidad, el Gobierno Nacional intentó una negociación de metas mucho más flexibles que las finalmente acordadas con el Fondo. También, parándose sobre la sequía y la caída de reservas, sectores del Frente de Todos que hasta ahora permanecían en una postura ambigua respecto al acuerdo impagable, odioso y fraudulento del Fondo, se empiezan a pronunciar abiertamente en contra del mismo.
Sin perder de vista el evento extraordinario de la sequía, que repercute con fiereza en las arcas del Banco Central y la capacidad del Gobierno tanto para el pago de deudas como para el control de cambios o la importación de tecnologías y suministros para la producción, hay que destacar que inclusive cuando hubo records de importaciones durante los años 2021 y 2022 (tanto en volúmenes de materias primas exportadas como en cantidad de dólares que ingresaron, por ejemplo con la suba del valor de los commodities a nivel internacional) las reservas del Central igualmente se agotaron por los pagos de la deuda ilegítima tanto internacional como de las propias empresas que operan en nuestro país.
Hay que recordar las propias declaraciones del entonces ministro de economía, Martín Guzmán, cuando a mediados del año pasado dijo que parte de esos dólares -aproximadamente 14 mil millones- fueron para pagar deuda de empresas, pero que no era del todo malo ya que estas podrían ofrecer mejores condiciones laborales a partir de ello. El problema es de fondo (y con el Fondo). No importa cual sea el caudal de dólares que ingresen porque “por h o por b” de alguna manera algún sector de las clases dominantes se lleva nuestras ganancias. Esto se agrava cuando veamos, a continuación, qué pasa con el pueblo trabajador y desempleado.
En el infierno inflacionario los salarios son pobreza
Tras el impacto que generó en la vida del pueblo trabajador el 102,5% de inflación interanual para el mes de febrero de 2023, otros números que acompañan ese porcentaje preocupan mucho.
Las canastas básicas son instrumentos de medida que utiliza el INDEC (Instituto Nacional de Estadística y Censo) para trazar las líneas de pobreza (por medio de la Canasta Básica Total o CBT) e indigencia (Canasta Básica Alimentaria o CBA). Entre enero y febrero de 2023, la CBT aumentó un 8,3% (siendo su aumento interanual de 111,3%), mientras que la CBA aumentó un 11,7% (y su aumento interanual es de 115%). De esta manera, la línea de pobreza para un hogar de 4 integrantes se elevó hasta la suma de $ 177.000. Mientras que se necesitan, en un hogar de iguales características, la suma de $ 80.000 para estar por encima de la indigencia. Cabe destacar que ambas cifras no toman en consideración el pago del alquiler.
El año 2022 cerró con un Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM) de $ 61.953. A partir del primero de febrero de este año, esa suma se elevó hasta $67.743. Es decir que en un hogar “típico”, como el descripto anteriormente, si los dos adultos perciben en sus trabajos cada uno un SMVM (o sea $135.486 en total) ese hogar estaría nada menos que $41.514 por debajo de la línea de pobreza. Según los datos que aporta la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), realizada por el mismo INDEC, el promedio salarial argentino es de $80.435 para el último trimestre del año 2022. Es decir, la media es la pobreza. Y siempre destacando que quienes más golpeadxs se ven son jóvenes y mujeres.
Ahora, el martes 21 de marzo se reunió, en el Ministerio de Trabajo a cargo de la ministra Kelly Olmos, el Consejo del Salario Mínimo, encargado de actualizar el valor del mismo. Se decidieron tres tramos de aumentos no acumulativos de 26,6%, con revisión en julio próximo, por lo que ese ingreso será de 80.342 pesos desde el 1° de abril, de $84.512 a partir del 1° de mayo y de $87.987 desde el 1° de junio. Es decir, inclusive con el aumento a partir de Junio, el SMVM permanecerá por debajo de la línea de la pobreza (tomando siempre un hogar tipo como los de los ejemplos anteriores). El Consejo del Salario está integrado por representantes de las Cámaras Empresarias y de la CGT. La votación tuvo treinta votos a favor, una abstención (en cabeza de un representante de la CTA de Hugo Yasky) y un voto en contra. “Es un aumento vergonzoso. Estuvimos cuatro horas discutiendo 18 mil pesos. Yo me fui, pero si tenía que votar, habría votado negativo”, expresó el adjunto de la CGT. Un estudio realizado por el Mirador de Actualidad del Trabajo y la Economía (MATE), estableció que el salario mínimo acumuló una baja del 18% desde que Alberto Fernández asumió la presidencia, donde cada asalariado acumuló una pérdida de $45.000 en estos años.
La situación no da para más
Entre la sequía récord y la falta de dólares en consecuencia, más la terrible situación de aquellxs que trabajan –y mucho más aquellxs que se encuentran sin empleo-, la situación no da para más. Tal como venimos sosteniendo, la extensa negociación con el Fondo, iniciada en 2020 y culminada en los primeros meses del año pasado, fue una muestra de lo que se venía: el Gobierno Nacional realizando ajustes para obtener dádivas desde Washington. Por ese camino se recorrió la derrota electoral de 2021 y el vaciamiento de las arcas del Banco Central a pesar de las exportaciones récord. El resultado: ir a sentarse a la mesa del Fondo harapientos y sin poder de fuego. En el recinto del Congreso Nacional, donde se votó el acuerdo, resonaron mucho las frases catastróficas sobre qué pasaría si no se firmaba. El propio ministro Guzmán aseguraba que era “entrar en lo desconocido” y que había que negociar “para evitar la catástrofe”. Hoy, a poco más de un año de ese 3 de marzo de 2022, la catástrofe es la consecuencia de haber firmado.
El canje de bonos
El nuevo canje de bonos en dólares de los organismos públicos que decretó el ministerio de economía no es otra cosa que el manotazo ortodoxo, menemista, para hacerse de dólares afectando la capitalización de organismos del Estado, por ejemplo el Fondo de Garantías de Sustentabilidad del ANSES y otros organismos estatales como el Banco Nación, PAMI, etc.
La defensa que ensayan los defensores de esta medida es que “Macri ya había afectado el fondo de garantías de la ANSES” como si eso minimizara semejante ofrenda al capital financiero. Otros dicen “que de ese fondo no se paga a los jubilados” pero el tema es que se afectan a esos fondos de reserva para favorecer a los bancos y la especulación financiera con el solo objetivo de frenar la corrida de los últimos días. Esta medida deja a las claras la falta de dólares y la imposibilidad de tocar lo poco que se recauda porque está reservado para el FMI. Las entidades financieras celebran la medida porque ganarán con la bicicleta y se harán de dólares que nadie les impide girar al exterior.
Cuando no se tiene por parte de Estado el control de cambio, de la banca y el comercio exterior, se gobierna para quienes lo controlan porque expresan la suma del poder concentrado.
En este clima de inestabilidad económica y con un ajuste en marcha acordado con el FMI, se entra en el terreno de las elecciones presidenciales en pocos meses. Las consecuencias del acuerdo con el FMI y la política de conceder a los dueños del poder nos trajeron hasta una situación que teñirá toda la campaña electoral.
Algunos sectores del Frente de Todos sostienen diferentes posturas, algunos reconocen que los vencimientos son impagables, pero que hay que renegociar…para poder conseguir los dólares, calmar la crisis financiera y pagar insumos para producir. Pero como vemos con el “canje de bonos” se consiguen dólares para que se los lleven los bancos, FMI y la bicicleta financiera. Otros mas dubitativos recogen la bandera que venimos agitando históricamente y dicen que “no hay que cumplir el acuerdo”, pero ninguno llama -como no lo hicieron cuando se trató en el Congreso- a que el pueblo gane las calles, como el único camino para trabar la marcha que nos lleva al precipicio que permitan tomar algunas medidas de emergencia como el control de cambio y el comercio exterior.
Mientras mas se cede a las presiones de los sectores hegemónicos, mas fuerte se manifiestan la derecha neoliberal y fascista que se prueba el traje para volver a gobernar.
Una solución necesaria y posible
Por el contrario, frente a este escenario, las medidas soberanas inmediatas son las que nos pueden sacar del precipicio al que somos arrastrados.
Medidas como:
Urgente ruptura del acuerdo con el FMI porque es una deuda fraudulenta en su adquisición, su desarrollo y su negociación actual ya que solo persigue el objetivo de tenernos de rodillas como muestran los vencimientos impagables.
Control de cambio, de la banca y el comercio exterior.
Estatización de los servicios esenciales de la energía y las vías navegables como la cuenca del Rio Paraná y el Canal Magdalena junto con la reconstrucción de la Marina Mercante.
Creación de la Empresa Nacional de Alimentos con presencia en cada provincia, basada en la agricultura sustentable de los pequeños y medianos campesinos productores, controlando el transporte y comercialización por parte del Estado y organizaciones populares.
¡Aumento general de salarios! Ningxn trabajadxr pobre en nuestro país. Que los monopolios y grandes empresas reduzcan su tasa de ganancia. Basta de precarización laboral. Igual trabajo x igual salario y bajo convenio.
Inmediato aumento a jubiladxs y pensionadxs 82% móvil acorde a la canasta básica total del INDEC.
Aumento de presupuesto urgente para los programas sociales. Ni un recorte mas a la asistencia social mientras crece la pobreza y la precarización. Pase a convenio de lxs trabajadores precarizados. Reducción de la jornada laboral, creación de un nuevo turno sin reducción de salarios y bajo convenio en las grandes empresas e hipermercado.
Estas medidas se podrán imponer con el acuerdo soberano de salvación nacional de los sectores populares y con el pueblo en las calles, que nos saque del pozo actual y cierre filas contra la derecha neoliberal y fascista que pretende volver.