531 años de saqueo, destrucción, muerte y resistencia
Esa es la historia de los pueblos sojuzgados por las rapiñas de ayer y de hoy.
531 años de denuncia de aquellos conquistadores que con la espada, la cruz y la barbarie impusieron a sangre y fuego otra cultura a la America Morena.
Hoy a 531 años esos mismo conquistadores pero con otros rostros y bajo otro sistema social, el capitalismo imperialista, dominado por los monopolios industriales, financieros y terratenientes, llevan adelante los mismos actos de saqueo sobre las tierras, dejando, éxodo, heridos y asesinados como Rafael Nahuel o Santiago Maldonado. Muertes que se suman en la historia del genocidio de la “Conquista del Desierto”…caminos necesarios de los dueños del poder cuando no pueden quedarse “por las buenas” con los bienes comunes naturales, y cuando fracasaron sus lacayos gobernantes, la represión y los golpes.
Hace 531 años venían por las tierras y el oro sojuzgando mediante el genocidio indígena. Hoy son los monopolios y terratenientes los que se quedan con las tierras, lagos y ríos, depredan nuestro mar y se llevan el oro junto con el litio el petróleo y gas dejándonos las devastación de los ecosistemas a nosotrxs.
De aquel saqueo colonial a esta dependencia extractivista han pasado vidas que quedaron en el camino por su acción depredadora pero también por la valiente resistencia.
A 531 años la resistencia de las comunidades ancestrales que se resisten al saqueo de sus tierras y la destrucción indiscriminada del fracking, empalman y constituyen un polo de reserva popular junto a la lucha en defensa del Río Paraná y el Canal Magdalena, la de las organizaciones populares contra la mega minería, por la Ley de Humedales, la incansable lucha contra la Deuda Externa usuraria y fraudulenta, (herramienta de sometimiento nacional).
La de los obreros precarizados, precarizados con bajos salarios, que producen los bienes y alimentos que consumimos pero no son dueños de los medios de producción, la figura y la lucha permanente de nuestros ex combatientes de Malvinas que siguen denunciando la usurpación colonial de Inglaterra sobre nuestro territorio con una base de la OTAN en nuestro mar del sur en tiempos de guerras imperialistas, hasta el extraordinario Malón de la Paz que se abrió paso desde la provincia de Jujuy revelada y sometida a base de represión a las comunidades para imponer una nueva constitución a la medida del ajuste, el extractivismo y terratenientes. Ese Malón que llegó a la capital del país, y se mantiene como avanzada de la necesaria unidad popular que deberemos forjar en la lucha frente a los nuevos/viejos tiempos que se muestran en el horizonte.
Cada 12 de octubre recordamos el genocidio sobre la indoamerica porque olvidar es traicionar. Pero también lo hacemos reforzando y tratando de ampliar la resistencia y el protagonismo frente a las políticas neoliberales, extractivistas y terricidas que se imponen cuando los pueblos se dividen y pierden la memoria.
El legado de la resistencia ancestral nos involucra a todxs aquellxs que ansiamos y perseguimos la libertad de los pueblos, esa libertad colectiva, solidaria, noble y soberana, no aquella de los mercados y la libre explotación.
La profundidad del saqueo y la crisis muestran que el remedio debe estar a la altura de la enfermedad.
Muestra que la revolución es el camino de los pueblos para conquistar su futuro.