Luego de más de dos meses de lucha y de una semana intensa, los sindicatos de petroleros privados acordaron con las cámaras patronales un aumento salarial del 30 por ciento, un bono de 20 mil pesos que se pagará en dos cuotas, y la garantía de sostenimiento de los puestos de trabajo de la cuenca del Golfo San Jorge. El acuerdo se cerró el jueves 30 de junio, luego de una semana intensa que arrancó el lunes 27 con un paro de 48 horas que había sido votada en asambleas de delegados de la mayoría de los sindicatos. Pero ese mismo lunes el Gobierno Nacional fijo por decreto un aumento del 30% en tres tramos más una suma puente de 15000, que logró dividir la lucha. Por un lado, Guillermo Pereyra del sindicato de Río Negro, Neuquén y La Pampa decidió reducir el paro a 24 horas con guardias mínimas, mientras que los sindicatos de Chubut, Santa Cruz y los jerárquicos de Neuquén lo mantuvieron por 48 horas, pero luego suspendieron las medidas para la negociación.
En el acuerdo además de elevar la suma puente de 15 a 20 mil pesos, se logró revertir la resolución del Ministerio de Trabajo que dejaba a afuera del incremento a 1400 trabajadores que se encuentran suspendidos (“sin trabajo efectivo”) y un compromiso de mantener los puestos de trabajo. Sin embargo, se asume el compromiso de ambas partes para analizar y discutir medidas que mejoren la competitividad, algo que las petroleras vienen planteando desde hace tiempo y abre la puerta a una mayor flexibilización laboral.
Hay que destacar que un sector de la patronal, la CEOPE (servicios y operaciones petroleras) se retiró e impugnó el acuerdo, lo que implica que el cumplimiento del mismo por parte de las empresas no está garantizado.
Por otro lado, los trabajadores de YPF agrupados en la Federación Sindicatos Unidos Petroleros e Hidrocarburíferos (SUPeH), que se encuentran bajo la conciliación obligatoria dictada por el ministerio de trabajo, rechazaron la propuesta de la empresa y se reunirán el próximo 5 de julio.