Convocada por la CGT, con la participación de las CTAs y los movimientos sociales, una masiva movilización obrera, aun sin paro y al mediodía, llenó la Plaza de Mayo para oponerse a las políticas económicas del Gobierno Nacional.
Luego de las PASO, y tras algunas dudas en la CGT sobre su realización, se concretó la movilización anunciada el día del desalojo represivo de los trabajadores de Pepsico. En la histórica Plaza confluyeron las distintas columnas: de sindicatos de la CGT, como Camioneros y La Bancaria, de ambas CTA, la encabezada por los trabajadores de Pepsico, la del Frente de Lucha (C.C. René Salamanca, FOL y otras organizaciones), la del triunvirato piquetero de San Cayetano (CTEP, Barrios de Pie y CCC) y muchas otras. En la primera fila frente al palco se ubicó el Sindicato de Camioneros de los Moyano, que estuvo a cargo de la organización y de evitar desbordes como los del 7 de marzo.
Los llamados “gordos”, encabezados por Héctor Daer, que habían planteado la suspensión de la medida, decidieron ausentarse del palco principal. Otros ni participaron de la movilización, como el SMATA de Pignanelli y los ferroviarios de Sassia. Y las 62 Organizaciones, encabezadas ahora por Ramón Ayala (quien reemplazó al Momo Venegas en UATRE), directamente se reunieron a almorzar con el Ministro Triaca, quien había declarado que la marcha de la CGT tenía un “tufillo político”.
El único orador del acto, el triunviro de la CGT Juan Carlos Schmidt, inició repudiando al terrorismo en Barcelona y a «cualquier escalada militar en América Latina» y haciendo referencia a la desaparición de Santiago Maldonado. A continuación fustigó las políticas del Gobierno, planteando que el Estado está ausente para los trabajadores y se multiplicó la pobreza. A su vez, respondió a Triaca señalando que la marcha no fue por una candidatura sino por la agenda social: “Aumento de emergencia para nuestros jubilados, que se terminen las intervenciones en los sindicatos, rechazo a cualquier reforma que lesione nuestros derechos, plena vigencia de los convenios colectivos, control de precios sobre alimentos y medicamentos. Y emergencia social alimentaria para los sectores populares.”
Pero, nuevamente, la CGT no anunció una fecha de paro nacional para golpear con fuerza estas políticas. La única convocatoria fue a una reunión del Comité Central Confederal de la CGT recién para el 25 de septiembre, que iniciaría un plan de lucha.