Entrevistamos a M., uno de los trabajadores de la avícola Cresta Roja que hace siete meses que se mantiene en la lucha y espera la reincorporación, sobreviviendo solo con un REPRO de $6.000 para mantener a su familia. La mayoría de los trabajadores aún no fueron reincorporados, y los que sí lo fueron, lo hicieron bajo condiciones de precarización laboral. Estos son los puestos de trabajo que promueve el macrismo.
–¿Cuándo comenzaste a trabajar en Cresta Roja?
–Empecé a trabajar en noviembre 2009 en Planta 2 con un contrato de tres meses, que al finalizar se extendió por un mes. Cuando terminó el contrato quedé afuera por una semana hasta que me llamaron para empezar a trabajar en la Planta 1. Empecé de cero en abril del 2010. Lo que me llamó la atención es que en mientras que en el recibo figuraba inicio de actividades en abril del 2010, el certificado de trabajo constata la relación laboral como diciembre del 2009.
–¿Cómo han sido estos últimos meses con el cierre de la planta?
–Incertidumbre y bronca, desde diciembre del 2015 que ya no cobramos las quincenas, aguinaldo, vacaciones o premios. En ese momento nos dieron sólo un REPRO de $4.000.
El 22 de diciembre nosotros habíamos decidido levantar el corte que manteníamos en la autopista Riccheri, en víspera de las fiestas. Pero Gendarmería Nacional reprimió con disparos de balas de goma y carros hidrantes porque tenía orden de desalojar el acampe que nosotros manteníamos al costado de la autopista. En el acampe había familias, muchos chicos que sólo queríamos recuperar nuestro trabajo y por eso recibimos balazos.
Después de la represión, la jueza Valeria Pérez Casado dictó la quiebra, con las promesas de un nuevo comprador que se iba a encargar de tomar a todos los trabajadores, cobrar los sueldos adeudados y nuestra antigüedad por el 100%. Sólo teníamos que esperar que se reactiven las granjas para que la rueda empiece a girar otra vez. Pero con el REPRO de $6.000 la espera se hizo larga, con los aumentos de precios y los tarifazos. En dos oportunidades fuimos a buscar mercadería a la empresa.
En el mes de abril reabrió la planta 2 y en este momento hay 800 empleados de planta trabajando, de los empleados que están en granja no tengo los números.
–¿Cómo lo vive tu familia?
–Mi viejo trabajó en Cresta Roja toda su vida. Ahora está cobrando su segundo sueldo como jubilado pero le tocó vivir la crisis. En gratificación por toda una vida de trabajo tuvo la amargura de pasar una de las peores fiestas: mi hermana también había quedado desocupada porque su trabajo dio quiebra. No vivimos juntos pero compartimos el terreno y nos ayudamos para tratar de salir de esta crisis impensada.
–¿Cómo fueron los actos que hizo Macri en Cresta Roja?
–En Cresta Roja recibimos la visita del presidente Macri en dos ocasiones, y en la última la hizo más política vetando una ley del Congreso que beneficiaba a los trabajadores. Es así que en la puerta de la planta se producía un escrache. Hay descontento de la gente porque hasta sin obra social nos quedamos, aunque al parecer esto ahora estaría solucionado.
–¿El gobierno ha dado alguna solución?
–El aporte del gobierno es para cubrir los $6.000 de sueldo si todavía no volvimos a trabajar. Pero esto no es un regalo, cuando la empresa se venda y cobremos nuestra liquidaciones tenemos que devolver los sueldos percibidos. Además, se toman por contratos temporales a nuevo convenio, ya no tenemos antigüedad y la relación de trabajo con Cresta Roja se terminó.
–¿Cuántos obreros trabajaban y cuántos pasarían a trabajar en Cresta Roja en estas condiciones?
–Antes de la quiebra éramos 3.500 operarios entre las granjas y las 2 plantas de producción, faenas. En este momento hay 800 operarios en Planta 2 de Esteban Echeverría (Monte Grande) y a partir del 21 de junio empezaría a faenar la Planta 1 de Ezeiza (La Unión) con alrededor de 200 trabajadores, pero faltarían entrar alrededor de 900. En mi caso soy empleado de faenas y en esta tanda volvería a trabajar, después de siete meses me siento contento y a la vez la vez triste por mis compañeros que están a la espera de volver a recuperar la dignidad.






