¡Grande Peque!

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La yudoca argentina Paula La Peque Pareto, consiguió una de las tres medallas doradas de la delegación nacional en los JJ.OO. de Río de Janeiro (yachting y hockey masculino las otras). Ya había ganado una medalla de bronce en los Juegos de Pekín 2008 y con esta presea se acaba de convertir en la primera mujer de toda la historia del olimpismo argentino en ser campeona olímpica. Además, es la primera deportista argentina en ganar dos medallas olímpicas en Juegos distintos. Si bien Javier Mascherano (Atenas 2004 y Pekín 2008) y Juan Martín Del Potro (Londres 2012 y Río 2016) también consiguieron ese logro, ni se comparan con la yudoca ya que ambos deportistas son súper profesionales que ganan millones al año gracias a que son sostenidos y apoyados por innumerables sponsors, además de contar en sus respectivos deportes con una estructura de primer nivel. Cuando nos referimos a una estructura nos referimos a organización, planificación, presupuesto, infraestructura, formación, capacitación, profesionalismo, continuidad en el tiempo, etc. Es decir, todas cuestiones anexas al deporte en sí mismo pero que resultan indispensables para el fomento y posterior éxito de los deportistas. Esta estructura se puede lograr como en los casos de los deportes de consumo masivos por medio de sponsors privados que aporten los capitales suficientes o mediante políticas de estado que fomenten la práctica de los deportes más relegados en los gustos populares.

El yudo es un deporte que entra de la categoría de los no masivos pero el estado no aporta un peso, por lo tanto, La Peque tuvo que remarla desde abajo. Hasta el 2012 representó al club Estudiantes de la Plata y hasta no haber ganado la medalla de bronce en Pekín, era absolutamente amateur. No cobraba un solo peso por practicar yudo. Luego de ese logro, el Comité Olímpico le otorgó una beca de $ 4000.- Si bien corría el año 2008, ese monto para un deportista de elite mundial es irrisorio. De todas formas, la medalla le trajo algunos ingresos por publicidades que le permitieron vivir con lo justo sin trabajar. Pero Paula también tenía otro objetivo: ser médica, así que a la par del arduo entrenamiento comenzó a cursar en la facultad de medicina de la UBA y a cada torneo que viajaba se llevaba los libros para estudiar en el tiempo que le quedaba libre entre combates. Terrible esfuerzo que pagó caro en los JJ.OO. de Londres 2012 donde “apenas” obtuvo el quinto puesto de la clasificación. Pero en 2014 logró recibirse y de esa manera dedicarse de lleno al yudo, ya sin otras preocupaciones, pudo por fin, ser full time y aspirar a cumplir su sueño olímpico.

Ya con el diploma de médica colgado en una pared de su casa, el hecho de poder poner la mente solo en el yudo dio sus frutos. En su camino a Río estaba el mundial de Astaná, Kazakhstán el cual se adjudicó de manera brillante venciendo en todos los combates de su grupo y luego semifinal y final, obteniendo así su primer campeonato mundial. Esto la colocó en el primer lugar del ranking mundial y le dio el favoritismo absoluto para Río. Pero cuando le preguntaban si sentía la presión de ser la candidata al oro, La Peque respondía: “llego con mucha experiencia…() ya gané y se que se puede”. Estaba por primera vez en su vida en el lugar que siempre quiso y en Río no defraudó las expectativas y se colgó la medalla dorada.

Un premio al esfuerzo personal, pero es una historia de vida que muestra una casi ausencia total del Estado, o más bien, de políticas de estado con respecto al yudo en particular pero también al deporte todo en general. Aunque luego los políticos son los primeros en sacarse la foto con los vencedores. La Peque tuvo una pequeña ayuda del COA pero luego de haber ganado, no antes. Nunca antes. O sea, Pareto es una consecuencia desde la mirada del esfuerzo y convicción personal, pero es una casualidad dentro del contexto deportivo general, tal cual lo fue Sebastián Crismanich en Londres 2012 para poner otro ejemplo cercano, pero que a diferencia de Paula, luego ni siquiera pudo clasificarse para Río. Como decíamos al principio de esta nota, solo la estructura es la que puede promover deportistas en cantidad y calidad y sostenerlos en el tiempo. Mientras no se modifique esta ideología de solo ocuparse de los éxitos individuales sin preocuparse por ampliar las bases, será difícil tener un deporte nacional de primer nivel.