Martinez de Hoz (h) en el gobierno macrista: una historia nefasta

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José Alfredo Martínez de Hoz (hijo), fue designado por el gobierno de Macri en el Instituto Nacional de Propiedad Intelectual, el organismo nacional que se dedica a registrar y regular la propiedad industrial (patentes, marcas, etc.).

 

La flía

Si nos remontamos a los inicios, el primer Martínez de Hoz, José, llegó a Buenos Aires proveniente de Castilla en el siglo XVIII, en la época virreinal. Aquí se dedicó al comercio de importación, al contrabando y al tráfico de esclavos. Su heredero se dedicó a la explotación agropecuaria con campos en Cañuelas y Castelli.

Más tarde, José Toribio Martínez de Hoz fue uno de los fundadores de la Sociedad Rural Argentina en 1886, de la que fue su presidente hasta 1870. Un hombre y una familia del riñón de la oligarquía argentina. Éste extendió sus propiedades a Cañuelas, Castelli, Lobería y Chapadmalal, y tras la “conquista del desierto”, de la que los Martínez de Hoz fueron uno de los financistas, se les otorgaron dos millones quinientos mil hectáreas.

José Alfredo (abuelo) fue presidente de la Asociación de Criadores Argentinos de Shorthorn, vicepresidente de CARBAP y –entre 1946 y 1950– presidió la Sociedad Rural Argentina. En 1946 el gobierno peronista le expropió la estancia de Chapadmalal, la que fue fraccionada y se construyeron hoteles y colonias de vacaciones populares, hasta que en 1959 la recuperaron.

El padre

José Alfredo (padre) nació en 1925, y se casó con Elvira Bullrich Lezica Alvear. Fue ministro de Economía en 1957-58, durante la “Revolución Libertadora”, y ministro del presidente de facto José María Guido (1962-1963). Se desempeñó y en los sectores bancario, financiero, industrial y agrario: dirigió la estancia Malal Hué, la aseguradora Buenos Aires Compañía de Seguros y la Compañía Ítalo Argentina de Electricidad; presidió la petrolera Petrosur y la financiera Rosafin y, habiendo trabado relación con los Rockefeller, fue titular de la acería Acindar en los años previos al golpe de 1976, sede de la lucha obrera de Villa Constitución, brutalmente reprimida.

Instalada la dictadura militar, Videla lo convocó como ministro de Economía, cargo que desempeñó entre 1976 y 1981. Fueron los años de la “bicicleta financiera”, la “plata dulce” y la deuda externa, de la desindustrialización y la superexplotación obrera.

Tras la dictadura, Martínez de Hoz fue beneficiado por los indultos de Menem, hasta que en el 2006 con la nulidad de los indultos se reabrió una causa para investigar el secuestro extorsivo de dos empresarios ocurrido en 1976. Hallado culpable, en el 2010 fue detenido bajo arresto domiciliario. Falleció en el 2013.

El hijo

El primogénito de Martínez de Hoz está lejos de haber roto con el pensamiento y las acciones de su padre: en el 2010 publicó una solicitada cuestionando su detención. Allí sostuvo que esta fue solo “un trofeo para el Bicentenario” que la Justicia había entregado al gobierno kirchnerista y a los organismos de derechos humanos. Pero además, junto con el titular del organismo, Dámaso Pardo, vienen de trabajar del otro lado del mostrador, ya que son socios del estudio Pagbam donde se desempeñan como asesores jurídicos de monopolios extranjeros en lo que hace a la propiedad intelectual.

La función del hijo del ministro de la dictadura es la de dirección del Departamento de Energía y Arbitraje del Estudio, donde, según la web del estudio, “representó a varias de las mayores compañías internacionales de petróleo y gas e instituciones financieras” (www.pagbam.com.ar).

Pardo también participó en los noventa de la Comisión Directiva de la Asociación Argentina de Agentes de la Propiedad Industrial, integrada por los principales estudios que representan a empresas extranjeras en el país. Por esta razón, el Observatorio Sudamericano de Patentes hizo la denuncia por incompatibilidad de funciones.

Con la historia de su familia y la suya propia, ¿alguien tiene alguna duda de a quiénes van a beneficiar con sus políticas al frente del INPI?