Los docentes universitarios llevamos más de cuatro meses luchando por la recomposición de nuestros salarios. El acuerdo paritario del 2017 venció en febrero. Hasta el momento, el gobierno se limitó a insistir –en distintas reuniones– con el techo del 15%; y recientemente resolvió de forma unilateral un 5% de aumento. Lo hizo el 17 de mayo mientras miles de docentes y estudiantes llegábamos a la Plaza de Mayo expresando nuestros reclamos en la marcha convocada por las Conadu’s.
Profundizando el desprecio del gobierno hacia a la educación pública, y la universitaria en particular, nos decretan un 5% de aumento cuando la inflación, en el mismo período, llegó al doble, pulverizando el techo del 15%… A renglón seguido, la gobernadora Vidal profundizó este desprecio con las declaraciones que fueron repudiadas masivamente: “¿Es justo llenar la provincia de universidades públicas cuando todos sabemos que nadie que nace en la pobreza llega a la universidad?”.
Así llegamos a fines de este primer cuatrimestre. Por eso los docentes profundizamos la lucha con una semana de: paros el lunes 11, martes 12 y viernes 15; siendo activos protagonistas de la lucha por la sanción de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo el miércoles 13; y, parte del conjunto de trabajadores que el jueves 14 le volveremos a decir al gobierno: no al FMI y no al veto presidencial en el paro en el paro convocado por las CTA’s, camioneros y el movimiento 21F.
Una semana en la que además homenajeamos y reivindicamos las profundas transformaciones que hace 100 años conquistó la lucha estudiantil y docente con la Reforma Universitaria (ver contratapa), mientras seguimos luchando en defensa de la autonomía y también por las tareas inconclusas de aquella reforma como la democratización de los órganos de gobierno y la producción de conocimiento al servicio de las necesidades populares.
Mientras tanto, el gobierno centra sus esfuerzos en hacer pasar el ajuste también en la universidad: Primero con el recorte de $3.000 millones. Más recientemente devaluando los títulos de 37 carreras con la resolución ministerial 1254, que surge de aplicar artículos de la Ley de Educación Superior de los ‘90 que fueron declarados inconstitucionales. Luego, con las declaraciones del ministro que planteó que “tenemos que ir hacia carreras más cortas y ágiles”, mientras avanza en la implementación del Sistema de Reconocimiento Académico al que venden como un programa que permitirá cursar materias en distintas universidades (ver Vamos! Nº89). Y, por último, siendo anfitrión –en Córdoba– de la CRES, la “Conferencia Regional de Educación Superior de América Latina y el Caribe”, el evento que reúne a los rectores de universidades públicas y privadas, gobiernos, asociaciones profesionales y organizaciones no gubernamentales para definir los lineamientos que buscarán introducir en las universidades de nuestro continente de cara a la Conferencia Mundial de Educación Superior, que se hará en 2019 en la sede de la UNESCO en París, Francia.
Con varios meses de lucha y con el inminente cierre del primer cuatrimestre, los docentes universitarios buscaremos las formas de continuar nuestra lucha, siguiendo el ejemplo de los mineros de Río Turbio y los docentes de Neuquén, confluyendo con las distintas expresiones que también se plantean derrotar este ajuste y avanzar por nuestras reivindicaciones y necesidades.
Con este enfoque vamos al paro del 14 de junio convocado por las CTAs, Camioneros y el movimiento 21F. Será la primera jornada de paro del 2018 en la que coincidiremos las tres federaciones docentes universitarias: Conadu Histórica, Conadu y Fedun.