Según el Ministerio de Hacienda, con el contundente paro general se perdieron 28.824 millones de pesos. Lo que están reconociendo, en realidad, es que los trabajadores generamos riqueza; a pesar de que durante todo el resto del año para el gobierno somos un “costo”. El presidente Macri expresó que con la medida “no suman”; aunque no lo escuchamos denunciar a los que se beneficiaron con la corrida cambiaria que se llevó 11 mil millones de dólares de reservas del Banco Central.
Para el ministro Rogelio Frigerio fue “un paro político”. Seguramente, como toda medida de lucha. En este caso, se cuestionó la política económica del gobierno partiendo de reclamos concretos: parar los despidos, rechazar la reforma laboral, exigir paritarias libres, frenar los tarifazos. Y especialmente repudiar el acuerdo del gobierno con el FMI.
El paro de trenes, colectivos y subtes prácticamente paralizó la Capital Federal y superó el 90% en todo el país. Tampoco se vieron demasiados autos. Pararon también los aeronáuticos, camioneros, estaciones de servicio, portuarios. Lo mismo ocurrió con los trabajadores de la salud –manteniendo guardias–, educación, judiciales y estatales en general. Y bancarios, comercio y gastronómicos. Pero especialmente golpeó al gobierno el casi absoluto acatamiento en las ramas industriales. Acompañaron la medida algunas agrupaciones empresariales como APYME y otras que enrolan a pequeños y medianos empresarios. Quizás el único sindicato que no se adhirió sea la ultraoficialista UATRE, de peones rurales.
El paro además tuvo numerosas acciones en todo el país. En Fray Luis Beltrán, algunos kilómetros al norte de Rosario, los trabajadores y organizaciones se reunieron frente a Fabricaciones Militares. Los aceiteros también se movilizaron en Rosario junto Amsafe y otros gremios.
En Córdoba, la CTA Autónoma se movilizó en la Capital. La fábrica de Renault amaneció paralizada. En La Plata, unos 500 trabajadores del Astillero Río Santiago se movilizaron y realizaron un corte. Los bancarios también protagonizaron una importante movilización.
En Tierra del Fuego, el paro de la industria electrónica –nucleada en la UOM– alcanzó el 100%. En Río Grande la Multisectorial, que integran también los docentes del Sutef, se manifestó frente al Ministerio de Trabajo. En Ushuaia también se realizó una concentración de la CTA Autónoma, CGT y jubilados.
La Corriente Clasista René Salamanca estuvo presente también en la movilización realizada en la Plaza Rivadavia de Bahía Blanca que reunió dos mil personas convocada por 60 organizaciones. En el Polo Petroquímico pararon. Hubo actos en Cipolletti y Bariloche. En Chascomús las rutas amanecieron desoladas, aunque sí hubo actividad en la industria ferroviaria Emepa –donde vienen de despedir 80 trabajadores–.
El 25J fue el tercer y más contundente paro al gobierno macrista. Se llegó a esta medida luego del acuerdo del gobierno con el FMI, el veto presidencial a la ley antitarifazo, y el paro nacional y movilización de las CTA’s y Camioneros el 14 de junio –del que se autoexcluyó Hugo Godoy de ATE Nacional–. Ahora la lucha sigue desde cada lugar y con la convocatoria al 9 de Julio a una nueva movilización bajo la consigna “La patria existe”.