Los mineros de Río Turbio ya llevan más de tres meses sosteniendo la lucha contra los 500 despidos resueltos por la intervención macrista de Omar Zeidán. Con la mina paralizada, un grupo de sesenta trabajadores viajó a Buenos Aires a participar de la carpa de ATE frente al Congreso Nacional. “Vinimos con unos compañeros a expresar nuestro desagrado y nuestro descontento con el Gobierno Nacional” nos cuenta Alejandro. Y Mario agrega: “Y con la intensión de visibilizar nuestro conflicto y de desmentir también las cosas que dicen los medios y el gobierno, que mienten mucho sobre lo que está pasando en la mina”.
Los despidos son consecuencia directa de la reducción de financiamiento para la mina aprobada en el Presupuesto 2018, que destinó a Yacimientos Carboníferos Río Turbio (YCRT) casi 800 millones menos que en 2017. Y los obreros además denuncian la intensión de flexibilizar los convenios colectivos de trabajo, reprivatizar la mina como se hizo en los años 90 o incluso directamente cerrarla para comprar gas a Chile y poner un parque eólico. YCRT fue reestatizada en el 2002 bajo la figura de una intervención.
“La situación del yacimiento es bastante delicada, porque el ministro Aranguren en una reunión prácticamente nos amenazó diciéndonos que si no entrábamos a trabajar iba a presentar un procedimiento preventivo de crisis. Nosotros dependemos de esta mina de carbón para darle vida a dos localidades, Río Turbio y 28 de Noviembre, que entre las dos tienen 35.000 personas”, relata Alejandro. Es por eso que todo el pueblo de esas localidades se ha volcado a sostener la lucha, en la que se juega su futuro. Como nos dice Mario: “Si venimos resistiendo es gracias al apoyo y la solidaridad de las familias y toda la comunidad, que nos sostienen y ponen el hombro, con ollas populares y otras actividades que nos permiten subsistir, porque este mes tampoco vamos a cobrar nada”.
En ese marco, la iniciativa de la carpa en el Congreso se sumó a la lucha que se sostiene en Santa Cruz. Los mineros montaron una mesa informativa, con fotos e infografías, en la que estuvieron constantemente conversando con la gente que se acercaba, realizaron charlas abiertas junto a referentes de otras luchas, conferencias de prensa y participaron de varias movilizaciones, entre ellas una nutrida marcha de antorchas al grito de “Acá no sobra nadie”. Como lo resumió Alejandro: “Nos juntamos con otras luchas como el INTI y el Posadas en un grito único que es la reincorporación y basta de despidos”.
Al fin y al cabo, la propuesta de los mineros es muy simple: la reincorporación de todos los despedidos y la reactivación de la construcción de la usina eléctrica que se comenzó a construir en el 2004 y hoy, casi terminada, fue paralizada por el gobierno: “Está encallada la usina eléctrica, que serviría para darle valor agregado a nuestro carbón y que permitiría darle una solución a cuatro provincias que tienen problemas energéticos. La usina tiene un 75% de la construcción hecha, le falta prácticamente nada, son decisiones políticas, no económicas, las que influyen”.






