Terminemos con esta política y este gobierno

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Una estafa que la paga el pueblo

La estafa energética y la desocupación son sin dudas las dos caras que sintetizan el fin del 2018 y el comienzo del 2019. Con los cortes de luz en el área metropolitana de Buenos Aires –dejando a centenares de miles de vecinos, comercios y pymes sin servicio– junto con el tarifazo criminal de febrero del 35% en la luz, queda a las claras que los aumentos de la energía solo fueron para engrosar las arcas de los monopolios que la controlan, no haciendo ninguna inversión en infraestructura que apuntara a paliar la crisis energética. ¡Una estafa! Y los amigos del gobierno son los beneficiados de manera directa con total impunidad por las tarifas dolarizadas.

Un amparo que presentan los intendentes en la provincia de Buenos Aires para frenar el nuevo tarifazo revela que los aumentos desde que subió Macri llegan al 5864% y que los cortes de luz subieron más del 50%, a pesar de que el consumo residencial bajó un 18%.
El tercer ejemplo que hoy tendrá la Justicia a la vista es el de una pyme, con un consumo medio estimado en 3.000 kWh mensuales. En su caso, el cargo variable –que era de 15,6 centavos y pasó a costarle 4,33 pesos por kWh– habrá aumentado en ese período un 2.673%. El colapso de los últimos días en ciudades enteras aún no fue peor porque se conjugó que en el cordón industrial del gran Buenos Aires con la capacidad ociosa en la industria es de más del 40%.

La crisis en el pueblo es muy profunda y, como sostiene la campaña “Yo no llego” lanzada por la CTA Autónoma, es la retracción del poder adquisitivo producto de la inflación, las paritarias a la baja y los despidos. Y eso, con las tarifas dolarizadas, ha generado un desfasaje en las familias por el que o pagás el alquiler, o morfás, o pagás los servicios. No son solo los tarifazos. Es el default de la familia argentina. Pero el pueblo va saliendo a la calle repudiando los tarifazos y la campaña “Yo no llego” va tomando forma en distintas provincias. El acuerdo de las dos CTA’s y el movimiento sindical liderado por Camioneros viene coordinando en todo el país jornadas contra los tarifazos.

Industria: tierra arrasada

La Industria cayó cerca del 10% en el 2018 y la Construcción se despolomó cerca del 7%. Los rubros que tuvieron peores bajas fueron el sector textil, que cayó un 32,2%; el de los minerales no metálicos, que se desplomó un 25%, la fabricación automotriz (18,6%) y edición e impresión (19,2%). Todos los días nos enteramos de una fábrica que cierra; en particular las pymes, que son la sangría de este modelo impulsado por el FMI-Macri. Pero no solo despiden las pequeñas empresas y comercios, sino también monopolios de ramas que no son la expresión de esta economía “primarizada” como lo son el petróleo, la minería extractivista, la exportación de soja y los bancos. Ahora se preveen 1.500 despidos en la electrónica BGH en Tierra del Fuego, la japonesa Hitachi se va del país y solo se queda en Brasil. Por otro lado y para cumplir con los acuerdos con el FMI de “déficit cero”, avanzan en las privatizaciones de lo que está en la órbita estatal como FANAZUL en la ciudad de Azul ya que la transformaron en empresa. Se cayó el acuerdo con China para la construcción de Atucha IV y V con la consecuente ola de despidos. Privatizan ARSAT. Y están en proceso de privatización 12 usinas eléctricas.

Junto con esto, se avanzan en la reforma laboral con acuerdos para la modificación de convenios colectivos en textil y portuarios y en el aumento de la edad jubilatoria. Los sindicatos docentes universitarios ya alertan sobre el no inicio de las clases y los docentes de primaria y medias esperan sin éxito que los gobiernos convoquen a las paritarias, dejando a las claras que es el propio gobierno el que utiliza a los chicos de “rehenes”. Hay que trabajar en estas condiciones el no inicio de las clases y arrancar el paro nacional a la CGT, que tiene la caradurez de afirmar que estamos peor que el 2001 pero no abandona la tregua. En este sentido, la CTA-A que conduce Pablo Michelli que trabajó activamente el paro de 36 horas con movilización en el 2018, ahora se plantea empezar a trabajar junto con la CTA-T y los gremios que nuclea Camioneros un nuevo paro que marque la cancha y frene la ola de despidos, suspensiones y rompa la paritaria a la baja.
Amplia unidad en las calles
y en las urnas

Los dos caminos –la calle y las urnas– están vigentes para terminar con este calvario. La marcha atrás del cierre de colegios secundarios en la CABA es una clara muestra de cómo la lucha social puede hacerle mella al gobierno y agotarle los recursos subjetivos de la usina de medios de comunicación oficialistas. Por eso hay que mantener y extender la lucha contra los tarifazos, los despidos y por las paritarias. Y este camino si no lo hace retroceder, lo desgasta y eso suma para el castigo electoral. Porque si Macri es reelegido, la lucha popular sufrirá una dura derrota. Por eso debe darse batalla también en el plano electoral.

El letargo de una dirección y liderazgo claro que incluya la gran unidad que espera el pueblo para terminar con este gobierno, deja libertad a los sectores de centroderecha del PJ como “Alternativa Federal” con 10 gobernadores, que buscan en esta elección dar el “batacazo” y ser árbitros en un balotaje. Pero, como diría Pino Solanas, la realidad los lleva en estas elecciones históricas a “una tercera opción que favorece al gobierno”.
Por esto, desde el Movimiento Popular Liberación trabajamos por la más amplia unidad y acuerdos programáticos con las organizaciones democráticas y antiimperialistas para confluir en un gran reagrupamiento que se plantee terminar con esta política y este gobierno, y abrir un nuevo período con el pueblo en las calles para ir no solo por las conquistas de las medidas de emergencias, sino por aquellas que apunten a cambiar la matriz económica de dependencia que sufre nuestro país y es el mal que castiga a generaciones de argentinos.

No al golpe en Venezuela

El marco del ajuste en nuestro país por parte de Macri y el FMI es el avance del imperialismo yanqui que, con el triunfo del fascista Bolsonaro en Brasil y su acercamiento a los EEUU, ha fortalecido une eje profundamente reaccionario que agudizó la disputa interimperialista en la región.

Como parte de esta ofensiva los EEUU y la reacción venezolana desatan la agresión y el golpe en marcha sobre Venezuela luego del proceso electoral que, señalado por irregularidades y donde la mayoría de la oposición no se presentó, llevó a un nuevo mandato al presidente Maduro. La reacción en ese país aprovecha la profunda crisis económica y social, producto de un plan económico agotado que se basó en las exportaciones de petróleo y donde los monopolios que controlan la importación y comercialización de alimentos y productos de primera necesidad generan el desabastecimiento llevando a la agudización y estallido de la crisis social.
El gobierno de Maduro frente a esta crisis tomó deuda, en particular con el imperialismo chino, y otros bancos europeos. También firmó acuerdos donde monopolios chinos pasaron a tener presencia en el país y comprar la mayor parte del petróleo, luego de la disminución de compra y bloqueo de cuentas de PDVSA por parte de los EEUU.

Junto con estas medidas profundizó la política, ya desarrollada por Hugo Chávez, de compra de armamento al imperialismo ruso. Si bien también han avanzado en materia en otras áreas. Con la polémica visita de los bombardeos nucleares rusos Tupolev TU-160 a Caracas a principio de diciembre pasado se actualizaron las versiones de un acuerdo para la instalación de una base militar en la isla de La Orchila a 160kms de Caracas, lo que constituiría un salto en los acuerdos militares en la región.

El avance de estos acuerdos, que deja a EEUU corriendo por detrás en Venezuela en cuanto a la disputa por controlar el reservorio más grande de petróleo pesado del mundo, y la situación interna de EEUU luego de haber fracasado en el parlamento el financiamiento del muro con México que hacen peligrar promesas de campaña de Donald Trump de “mano dura con la inmigración”, puso en juego la influencia de una parte importante de sus votantes, acelerando los planes de Casa Blanca en la región.

Frente esta ofensiva no tenemos dudas, y aún con las diferencias sobe el proceso interno de Venezuela, estamos junto al pueblo de Venezuela y contra el golpe de estado en marcha motorizado y controlado abiertamente por los EEUU y sus aliados como el Estado fascista de Israel, al que se le suman los gobiernos como el de Bolsonaro, Macri que reconocen a un presidente “autodesignado” violando abiertamente la Constitución.
Promovemos la movilización popular levantando la autodeterminación del pueblo venezolano, contra el bloqueo económico y por una salida verdaderamente independiente a la crisis en Venezuela sin injerencia de ningún imperialismo.