A principios de abril, el monopolio francés Carrefour presentó un Procedimiento Preventivo de Crisis amenazando con despedir a más de 2500 trabajadores y cerrar una serie de sucursales. El Ministerio de Trabajo llamó a reuniones con el sindicato y la empresa para tratar el tema. Se realizó una movilización al Ministerio de Trabajo con más de 1500 trabajadores y delegados del Sindicato de Comercio, los cuales no fueron recibidos por las autoridades.
Posteriormente, el Ministerio anunció un principio de acuerdo entre el sindicato, el Ministerio y la empresa donde se producirían 1000 “retiros voluntarios” (léase: despidos encubiertos), la “reconversión” de algunos hipermercados en mayoristas y donde no se cerrarían locales.
Sin embargo, la empresa aclaró que los locales que están alquilados, podrían no renovar los contratos, por lo que en realidad si se cerraran locales y esos trabajadores también podrían “retirarse voluntariamente”.
Lo que hace más preocupante aún el tema es que el gremio de Cavallieri toma estos despidos como un triunfo. Carrefour es el tercer empleador privado de la Argentina, por lo que si estos despidos pasan, se le abriría la puerta para que otras empresas del sector empujen salidas similares. Además es la novena empresa en el ranking de las que más facturan en nuestro país (datos de http://mapaeconomico.wikidot.com). Es por esto que en realidad peligran muchos más puestos de trabajo en el sector.






