El martes 20 de junio los trabajadores de la planta Florida de PepsiCo se encontraron con la triste novedad de que se habían quedado sin trabajo. Más de 600 familias se fueron enterando de la “novedad” con un simple cartel en la puerta donde se les comunicaba que la planta cerraba sus puertas. Luego la empresa fue llamando uno a uno a los compañeros presionándolos para firmar un arreglo.
El lunes la empresa presentó un preventivo de crisis que en 8hs fue aceptado por el Ministerio de Trabajo como válido. Pero esa es una excusa falsa ya que este monopolio imperialista viene produciendo a pleno en sus plantas de la Argentina, exportando incluso desde acá a otros países de América Latina. Además en 2016 tuvo ganancias mundiales por 7.200 millones de dólares y lleva 45 años de crecimiento consecutivo. Son insaciables y no les importa la vida de las 600 familias que dejan en la calle.
En las audiencias en el Ministerio de Trabajo, el ministro Triaca planteó que no podía hacer nada ya que “son procesos de producción de las empresas”, refiriéndose a que PepsiCo dice que va a concentrar su producción en su planta de Mar del Plata. Esa es la respuesta que tiene para los trabajadores este gobierno de los ceo’s y los monopolios. Este cierre está en línea con los planes para imponer la flexibilización laboral, impulsada por el gobierno y las empresas y acordados con dirigentes sindicales traidores como es el caso de Daer en la alimentación.
El plenario realizado en el sindicato es una clara muestra de esta línea. Cuando los trabajadores de PepsiCo pedían a gritos un paro de la Alimentación que acompañe su lucha, la Directiva les dio la espalda y les propuso negociar una mejor indemnización. Una verdadera vergüenza.
Al cierre de esta edición los trabajadores tomaban la planta para resistir su vaciamiento. Será crucial en estas horas rodear de solidaridad esta lucha que es parte de la pulseada que se juega el pueblo contra esta política que genera todos los días miles de nuevos desocupados.
Corresponsal