El viaje de Xi Jinping a Rusia y las tensiones en un mundo en disputa

China se exhibe como uno de los líderes del mundo multipolar que se viene. Por un lado se muestra como una superpotencia joven con un rol pacificador, por otro se prepara para el conflicto con Estados Unidos. Mientras escala el conflicto en Ucrania, se cae el discurso de la guerra instalado en Europa y surgen movimientos anti-guerra, los pueblos no quieren el ajuste por el enfrentamiento interimperialista.

Tras ser reelecto por tercera vez como Presidente de la República Popular China, Xi Jinping viajó a la Federación de Rusia. Situación idéntica a la que se había dado 10 años atrás tras su primera victoria electoral. La estadía del presidente chino se extendió desde el 20 al 22 marzo. Es la primera vez que Xi visita a Rusia tras la invasión a Ucrania.

Las relaciones entre China y Rusia se profundizan. En términos comerciales, de acuerdo a lo publicado por la Administración General de Aduanas de China, la relación entre los dos países creció un 29.3% en el año 2022. Colocando a Rusia como el líder, de ese año, en términos de facturación comercial total y exportaciones al país asiático. En palabras del propio presidente Putin, en una nota publicada un día antes de la llegada de Xi en el periódico chino Diario del Pueblo, “En 2022, nuestro comercio bilateral, que para entonces ya era considerable, se duplicó hasta alcanzar los USD 185.000 millones. Este es un nuevo récord. Es más, tenemos todos los motivos para creer que el objetivo de 200.000 millones de USD, que fijamos el presidente Xi Jinping y yo mismo, se superará este año en lugar de 2024. Cabe señalar que la proporción de liquidaciones en monedas nacionales en nuestro comercio mutuo es cada vez mayor, fortaleciendo aún más la soberanía de nuestras relaciones”. Destaca el mandatario ruso la importancia del intercambio en monedas por fuera del dólar, ya que en el objetivo de un mundo multipolar, romper la dependencia de la moneda norteamericana es un factor clave. Tal como publicó la agencia rusa de noticias, TASS, en otra de las reuniones mantenidas con Xi Jinping, Putin dijo «Apoyamos el uso del yuan chino en los pagos entre Rusia y países de Asia, África y América Latina […] tales formas de pago se desarrollarán entre los socios rusos y sus colegas en terceros países». La vinculación económica con China es una de los principales escudos que Rusia tiene para defenderse de los bloqueos occidentales. A su vez, el reconocimiento por parte de Putin del Yuan como moneda de intercambio global –en disputa con el dólar que es la moneda actual y única- habla de que en ese ámbito, China es la superpotencia que dominará y Rusia se pliega estratégicamente por detrás.

A su vez, Xi publicó una nota el 20 de marzo en el diario La Gaceta Rusa, donde expresó “Las tendencias predominantes de multipolaridad mundial, globalización económica y mayor democracia en las relaciones internacionales son irreversibles”.

La frase que más resonó de la visita fue el intercambio que tuvieron al despedirse, el cual fue captado, oportunamente, por una cámara:

Xi Jinping: «Se avecina un cambio que no ha ocurrido en 100 años y lo estamos impulsando juntos».

Putin: «Estoy de acuerdo».

Por favor, cuidate, querido amigo”, las palabras de Putin en despedida a Xi Jinping.

El rol de China entre la guerra y la paz

Otro de los grandes temas que cruzó la reunión de los presidentes Xi y Putin, fue la posibilidad de un alto al fuego y una solución al conflicto en Ucrania. El mandatario chino viene de protagonizar otra cumbre entre Irán y Arabia Saudita donde estos países retomaron las relaciones diplomáticas tras más de 6 años de suspensión de las mismas –cuya firma se llevó a cabo en Beijing, capital de la República Popular China-. Ahora, en la construcción del rol de pacificador, Xi Jinping le acercó personalmente los doce puntos para un plan de paz a la guerra en Ucrania. En la nota ya mencionada anteriormente, Putin dejó en claro que “Damos la bienvenida a la disposición de China para hacer una contribución significativa a la solución de la crisis». Pero además de reconocer a China, no se privó de caracterizar la política exterior yanqui escribiendo que “La crisis en Ucrania, que fue provocada y está siendo alimentada diligentemente por Occidente, es la manifestación más llamativa, pero no la única, de su deseo de retener su dominio internacional y preservar el orden mundial unipolar […] Está muy claro que la OTAN se esfuerza por un alcance global de las actividades y busca penetrar en Asia-Pacífico». Más allá de lo protocolar, está claro que la postura de China es de acercamiento a Rusia y de un respaldo implícito a ese país en el conflicto con Ucrania, en contraposición con la OTAN.

Mientras esto sucedía en Rusia, el Secretario de Estado yanqui, Antony Blinken, comunicó en una conferencia de prensa que «El mundo no debe dejarse engañar por ningún movimiento táctico de Rusia apoyado por China, o cualquier otro país, para congelar la guerra en sus propios términos». Y aseguró también que firmar la paz en las condiciones actuales sería, por un lado, garantizarle a Putin un triunfo en Ucrania, y por otro lado, que eso podía abrir la puerta a que Rusia invada otros países. A su vez, John Kirby, Secretario de Prensa del Departamento de Defensa, un día antes había calificado de “Inaceptable” un alto el fuego en Ucrania. Ambas declaraciones fueron acompañadas con un nuevo envío de armas a las fuerzas ucranianas por parte de Estados Unidos.

Antony Blinken, en conferencia brindada el 20 de marzo.

Para respaldar la postura de Estados Unidos, Reino Unido envió a Ucrania misiles con uranio empobrecido. “Junto con la concesión de un escuadrón de carros de combate principales Challenger 2 a Ucrania, proporcionaremos municiones, incluidos proyectiles perforantes que contienen uranio empobrecido. Estos proyectiles son muy efectivos para derrotar a los tanques y vehículos blindados modernos”, expresó Annabel MacNicoll Goldie, Viceministra de Defensa británica y miembra de la Cámara de Lores del Reino Unido, declaración que surge de la propia web del parlamento. El uranio empobrecido expone a un peligro radioactivo que afecta al medioambiente y tiene una tendencia a generar diversos cánceres en seres humanos, de acuerdo a numerosas publicaciones que surgieron luego de tal anuncio. De esta manera, el riesgo de una escalada del conflicto en Ucrania a un enfrentamiento nuclear sigue creciendo día a día.

Según Vladimir Putin, en respuesta al armamento enviado por Reino Unido a Ucrania, Minsk –capital de Bielorrusia- acordó con Moscú recibir armamento nuclear táctico. También aseguró el mandatario ruso que posee cientos de misiles con uranio empobrecido pero que aún no decidió utilizarlos.

China teje una alianza estratégica con la Federación de Rusia, segunda potencia mundial en materia militar –detrás, por supuesto, de Estados Unidos-, de cara al conflicto, probablemente armado, que asoma en la región del Mar de la China, y la isla de Taiwán. Ya había dado advertencias Xi en su discurso, tras la aplastante victoria electoral, sobre que China necesita estar listo para sostener un enfrentamiento armado.

En ese sentido, tras la cumbre de la OTAN en junio del año pasado donde por primera vez en la historia calificaron a China como una amenaza, se aceleraron algunos procesos de alianzas entre países. Mientras la OTAN funciona como brazo armado estadounidense en el enfrentamiento de Ucrania, el AUKUS (Australia, Reino Unido y Estados Unidos) junto con el QUAD o Diálogo de Seguridad Cuadrilateral (Estados Unidos, Japón, Australia e India) son estructuras pensadas para China. Estas alianzas se complementan con la aprobación en 2022 de la Ley de Autorización de la Defensa Nacional –con un presupuesto de $762 mil millones de dólares- que recibió un apoyo bipartidista (demócrata y republicano) casi total. Según el analista Michael Klare, especialista en la materia: “El gigantesco proyecto de ley de defensa de 2022, proporciona un plan detallado para rodear a China con una red potencialmente sofocante de bases estadounidenses, fuerzas militares y estados socios cada vez más militarizados. El objetivo es permitir que Washington bloquee a las fuerzas armadas de ese país dentro de su propio territorio y potencialmente paralice su economía pudiendo provocar una crisis futura. Para los líderes de China, que seguramente no pueden tolerar estar rodeados de esa manera, es una invitación abierta a luchar para salir del encierro».

El reacomodamiento mundial se expresa mediante distintos conflictos y alianzas. Mientras se construyen nuevas hegemonías, pueblos enteros sufren las consecuencias. Primeramente el ucraniano, país arrasado por la guerra y megaendeudado, cuyas probabilidades de volver a lo que era antes de febrero de 2022 (fecha del comienzo de la Operación Militar Especial, como la definió el presidente ruso) son inexistentes. A partir de ahora tendrá una parte del territorio recortada y una deuda con Estados Unidos imposible de pagar. A su vez, el pueblo europeo paga las consecuencias de una dirigencia sometida a los mandatos de Estados Unidos y la OTAN, empieza a ser sentir su voz por la inconformidad ante el ajuste para bancar la guerra. Quedan pocos ilusos que ven en Ucrania una lucha inspiradora, la realidad de la disputa interimperialista se filtra. En Francia, París arde por los reclamos del ajuste jubilatorio. En Alemania e Inglaterra grandes luchas obreras por aumentos salariales. Estos conflictos hacen tambalear los acuerdos entre Europa y los yanquis a través de la OTAN. Y crece, en el pueblo, el sentimiento anti guerra.

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