El arte callejero en jaque por la política de Larreta

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Con la exigencia de nuevos permisos cercena su desarrollo en pos de una cultura para pocos y lucrativa. Hablamos con Nacho Zabala, integrante del Colectivo CUAC (Cirqueres Unides por las Artes de Calle).

-¿Por qué están manifestando en el Ministerio de Cultura de la Ciudad?

Hace unos años estuvimos peleando para acceder a un registro de artistas de calle y para voltear la figura de un permiso que nos querían pedir, porque el permiso es restrictivo y aparte va en contra de una de las características principales del arte callejero que es la itinerancia. Pudimos voltear esa situación, nos ampara ahora el Código Contravencional, el artículo 88, que dice que estamos eximidos de la figura de permiso. Y además, como nosotros no cobramos, es una actividad no pecuniaria, porque pasamos la gorra.
Bien, seguimos avanzando en diálogo con Cultura, para poder acceder a un registro libre y abierto, y hace cosa de un mes nos desayunamos con la noticia de una resolución que emite el Ejecutivo, firmada por Facundo Carrillo de Espacio Público, que le da todo el poder a las comunas. Es decir no nos van a pedir un permiso sino quince (un permiso por comuna). Esto es una locura total porque los permisos son restrictivos. Nosotros no podemos continuar el diálogo con Cultura para avanzar con el registro si no tiran abajo la Resolución 167. Entonces estamos exigiendo una mesa de trabajo (no de diálogo solamente porque las palabras se las lleva el viento) con Facundo Carrillo y que volteen la Resolución 167, porque el arte callejero no es delito.

Entonces ¿cómo es actualmente desarrollar el arte callejero en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires?

Nosotros estamos trabajando y todas las semanas nos vienen a pedir permiso la Policía, nos viene a pedir que estemos inscriptos en el registro. Los permisos no están habilitados todavía, con lo cual estamos en un gris total, y el registro tampoco está habilitado, cuando ingresás a la página para poder sacarlo. Queremos que nos reconozcan como trabajadores de la cultura de la ciudad. Hacemos una actividad milenaria, existe antes de que exista la Secretaría y el Ministerio de Cultura de la Ciudad.

Además de todos estos requisitos, ¿ofrecen espacios concretos para presentar este tipo de arte o algún acompañamiento?

Por parte de Cultura de la Ciudad eso no existe. Nosotros ocupamos parques y otros espacios naturalmente; algunos individualmente, otros estamos nucleados en colectivos. Pero lo que estamos recibiendo todo el tiempo es la negativa: “No se puede trabajar, necesitan un permiso”. Además, en todo este año de pandemia que va, no recibimos ningún tipo de ayuda ni de respuesta por parte de Cultura de Ciudad. Las únicas que vinieron fueron por parte de Nación, pero nosotros trabajamos acá. Y nosotros cumplimos en los espectáculos con todo el protocolo. Además de que gastamos dinero en alcohol, en cinta para delimitar el espacio… Es un acto de discriminación directa al artista de calle porque no ocurre lo mismo con los profesores de educación física, con los profesores de karate, no ocurre; ocurre sólo con nosotros. Entonces nos tienen que reconocer.

Claro, las que mencionas son otras actividades que se están haciendo en espacios libres…

Exactamente. Es un ataque directo a los artistas de calle y además atenta contra la libertad de expresión de los artistas de calle. Por eso estamos en la puerta de Cultura, para que nos reconozcan como trabajadores culturales también, y más allá del diálogo necesitamos un gesto concreto, un hecho fáctico que nos demuestre que sí nos están representando.