Para que gane el pueblo

Una dura realidad

La situación de la mitad de la población es dramática tanto en el terreno económico y social (con una inflación que supera el 5% mensual y que se pronostica en más del 60% anual) como en el terreno laboral, donde se agitan los valores extraordinarios de crecimiento económico, pero donde la distribución está perdiendo por goleada frente a los que manejan los resorte claves de la economía que han ganado en dos años lo que hubieran ganado en 23 años. Es obsceno por donde se lo mire, es el “poder real” hoy más fortalecido.

Siempre sostuvimos inmediatamente que se derrotó a Juntos por el Cambio en 2019, que el nuevo gobierno debía estar parado desde las necesidades del pueblo y el país, tomando medidas inmediatamente con un pueblo triunfante y envalentonado. Eso no ocurrió y la historia es conocida.

Soportamos la crisis heredada y la pandemia histórica, pero el concepto filosófico no cambió, en el sentido de “negociar con el poder real” concediéndoles en vez de empoderar al pueblo y desde allí avanzar en resolver las cuestiones de la urgencia que requería el período, pero sobre todo llevar adelante las políticas estructurales que exigía una dura realidad, ya no por una “presión por izquierda”, sino atendiendo a lo que estaba pasando. Ahora vamos teniendo los resultados..las consecuencias.

Es cierto que se recuperó el empleo que se había perdido, por ejemplo con el macrismo se perdieron 250 mil puestos de trabajo en la construcción que se recuperaron, señal que se reactivó ese sector, así se puede ver también en otros sectores de la industria, a la vez, creció la llamada “informalidad”, la precarización laboral como característica de esas relaciones laborales. El ocultamiento de esta realidad muestra una lamentable coincidencia entre el gobierno y los medios hegemónicos, que golpean al gobierno por otra realidad que tapa la precarización como es la inflación que sacude “la mesa de lxs argentinxs”.

A esta altura de los acontecimientos y faltando solo unos meses para que se incline la cancha hacia la elecciones ejecutivas, el gobierno no pareciera encontrarle la vuelta a una realidad que exige ir por los que tienen la sartén por el mango, ese poder real del que se habla. Esos sectores que de manera cruel, como no puede ser de otra, ven en un mundo en guerra una gran oportunidad para exportar los productos primarios tanto agropecuarios, alimentos manufacturados y energía a costa de que falten en los países dependientes o sean inalcanzables para el bolsillo de los sectores populares como lo es la carne, por ejemplo en nuestro país.

La salida en lo inmediato, pasa por tocar esos intereses que se han incrementado de manera escandalosa a costa de sufrimientos extremos de nuestro pueblo.

Pero igual de escandaloso es que frente a esta realidad no haya políticas para hacer que estos sectores “reduzcan un poco su tasa de ganancia”. El bochornoso papel del presidente Fernández convocando a Luis Pagani (dueño del monopolio ARCOR, líder en el mundo) para que“le dé una mano con el tema de los precios de los alimentos”, pero mientras transcurría la reunión, este empresario mandaba las listas a los supermercados con un 10% de aumento, muestra que si “la acción” es de “mendigar a los dueños del poder”, esto los fortalece y lo demuestran aumentando los alimentos, cagándose en las instituciones y llevando incertidumbre y divisiones en el polo popular con un único sector empoderado: esos “dueños del poder” y sus expresiones políticas que vienen por todo y más rápido como afirman los máximos exponentes de Juntos por el Cambio en cuanto a la eliminación del Ministerio de Educación, de Salud, las privatizaciones y una reforma laboral a fondo.Si ellos vuelven, vuelve el neoliberalismo en su versión más descarnada.

La alta inflación, la pobreza y la falta de certezas los envalentona. Por eso, el trabajo por la unidad para derrotarlos, debe ir de la mano de un cambio de rumbo en materia económica, social y política como la reforma de la justicia comenzando por la Corte Suprema, que ha mostrado el desprecio liberal, patriarcal y reaccionario hacia los sectores populares.

Entonces, si la política es no avanzar con las retenciones segmentadas, u otras medidas para recaudar por las exportaciones record, si no se avanza con la puesta en marcha de plantas regionales de fabricación de alimentos o pasar a tener el control del comercio exterior y de la banca, la inflación podrá bajar unos puntos, pero no se resuelve el problema de la mesa de lxs argentinxs.

Si no se moviliza al pueblo para apoyar leyes donde se investigan los miles de dólares fugados y aquellos en paraísos fiscales para que salga de allí el dinero para la deuda con el FMI, el ajuste lo seguirá pagando el pueblo.

Si se les da “libre circulación de dólares” a las petroleras para que “inviertan” en Vaca Muerta y así “traigan divisas” en un escenario de perspectivas record del precio internacional del petróleo disparado por la guerra y ahora en particular por la decisión de la Unión Europea de no comprar petróleo ruso, veremos más aumentos en el mercado interno de los productos industrializados.

Si se les paga la deuda externa a los monopolios privados para que “sean más competitivos” y puedan traer dólares, en los hechos se gobierna para estos y no en una perspectiva soberana.

Ahora, los acuerdos con el FMI están más en el aires que antes, ya que la guerra empuja a los monopolios internacionales a retirar dólares y llevarlos a sus casas matrices, y sumado a que el invierno nos obliga a importar más gas a precios que triplican los del invierno anterior, no dependemos de nosotros mismos y pasaremos a pagar un estimado de 16.000 millones de dólares este año.

Sin dudas, la entrevista de Biden con Alberto Fernández (en el marco de la Cumbre de las Américas), tendrá esta agenda relevante, donde es sabido el “modus operandi” de esta potencia imperialista con quienes aceptan sus reglas de juego como nuestro gobierno.

Una salida popular

En un mundo en guerra (con perspectivas de una Tercera Guerra mundial), con las consecuencias del hambre, la pobreza y la precarización, donde los ecosistemas son arrasados por la vorágine capitalista imperialista, la esperanza de los pueblos no puede estar atada a las salidas “pactadas”, “negociadas” con los lobos que están al acecho.

Cordobazo, 29 de mayo de 1969

La realidad exige salidas a la altura de la situación, que empoderen a los pueblos y la naturaleza, que los haga protagonistas, que los cuide y los proteja.

Con un programa inmediato para que gane el pueblo que contemple entre otras cuestiones:

– AUMENTO RETENCIONES SEGMENTADAS

– FÁBRICA DE ALIMENTOS Y CONGELAMIENTO DE PRECIOS

– AUMENTO GENERAL DE SALARIOS A LA ALTURA DE LA CANASTA DE ALIMENTOS Y SERVICIOS

– CONTROL DEL COMERCIO EXTERIOR Y DE LA BANCA

– SUSPENSIÓN HASTA QUE LA DEUDA AL FMI LA PAGUEN LOS FUGADORES

– IMPUESTO PERMANENTE A LAS GRANDES FORTUNAS

– SALARIO UNIVERSAL

– REDUCCIÓN DE LA JORNADA LABORAL

– TIERRA PARA TRABAJAR Y VIVIR. REFORMA AGRARIA

La realidad exige avanzar en fortalecer todas aquellas expresiones que confíen en la fuerza creadora del pueblo, y en particular de la clase obrera, esta clase poderosa que algunos dan por muerta pero es la que genera los bienes y riquezas de nuestro país pero que no es dueña de nada, solo de su destino.

La realidad exige fortalecer un camino evolucionario, potente, que han sabido transitar los pueblos. El camino del pueblo en las calles, insurrecto, que supo escribir páginas gloriosas en la historia y presente. Este camino tiene plena vigencia frente a tanta injusticia, hay que animarse a construirlo y transitarlo junto a nuestro pueblo para que haya una perspectiva de liberación.

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