La lucha llevada adelante por los trabajadores del CONICET en diciembre pasado no solo logró un triunfo importante al conseguir que los más de 500 compañeros que quedaban en la calle sigan cobrando un salario durante este año mientras se sigue discutiendo su inserción (ver nota en nuestra página), sino que además señaló un antes y un después en el proceso de organización de este sector. Las ocupaciones en el Ministerio de Ciencia y Técnica y en distintos lugares del país, las masivas asambleas que llegaron a contar con más de 600 trabajadores del CONICET, unificando a investigadores de planta, becarios, personal de apoyo y administrativos, y todo el proceso de lucha, dio un gran impulso a la acción colectiva en un ámbito tradicionalmente caracterizado por la fragmentación y el individualismo.
Tras el conflicto y la firma del acta se realizó una primera reunión en Córdoba con trabajadores de distintos puntos del país, en la que se resolvió realizar un plenario nacional este 4 de febrero frente a las puertas del Ministerio y el edificio central del CONICET en la CABA. Previo a esto se realizarán asambleas regionales en las distintas regiones, entre ellas la de Buenos Aires el 31 de enero, y se viene avanzando en la organización en los distintos institutos y lugares de trabajo. Los dos ejes centrales serán el plan de lucha, que involucra centralmente el seguimiento de la situación de los ingresantes 2016, el recorte en las becas doctorales y posdoctorales y los derechos laborales para los becarios, y las formas para avanzar en una coordinación nacional de la lucha, lo que constituyó una de las limitaciones del conflicto del año pasado.
Lamentablemente, las organizaciones más vinculadas al kirchnerismo se vienen mostrando reticentes a mantener la unidad de los trabajadores que se dio de hecho en la lucha de diciembre, poniendo reparos a una convocatoria común a las asambleas regionales previas al plenario, y presentando por su cuenta una carta a las autoridades del Ministerio sin todas las organizaciones firmantes del acta, entre ellas Jóvenes Científicos Precarizados, CONADU Histórica y la propia Comisión de trabajadores afectados.
En los últimos días, el ministro Lino Barañao salió a defender nuevamente el ajuste en el CONICET planteando que “si el CONICET incorporara mil investigadores por año, en tres años tendríamos que cerrar el ingreso por seis años” porque hoy ya no hay las “perspectivas de crecimiento del país” que había antes. El mismo argumento presupuestario usaron el año pasado para el recorte de los ingresos, pero al fin y al cabo el dinero apareció, demostrando que la decisión es fundamentalmente política, no económica.
La organización de los trabajadores del CONICET da nuevos pasos para fortalecerse, defender los puestos de trabajo y enfrentar el ajuste y las políticas del gobierno macrista. Ya circulan propuestas de movilizaciones al Directorio y los Centros Científico Tecnológicos en todo el país, una campaña para exigir el aumento del presupuesto para Ciencia y Técnica y una gran marcha federal por la educación y la investigación pública. El 4 de febrero, cientos de trabajadores del sistema científico discutirán y resolverán como profundizar la lucha.










