Seguimos en las calles: la deuda es con nosotras

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Este 8/9 de marzo, en la mayoría de los países se realizaron diversas actividades, movilizaciones, concentraciones y distintas modalidades de paro, para demostrar la importancia del trabajo de las mujeres y disidencias en la economía nacional y mundial.

En Argentina hubo movilizaciones en decenas de ciudades. En algunos lugares se optó por realizarlas el domingo 8 de marzo y en otras como en CABA el 9. En todos casos fueron multitudinarias y de una amplia participación.

El eje de la deuda externa atravesó las consignas del 8/9 de marzo en Argentina y otros países. Porque somos las que sentimos más fuerte el impacto de la pobreza, los años de ajuste que vivimos con Macri, la desocupación y la precarización de la vida, del trabajo, de la salud y la educación. Es un debate clave, no hay plata para todo, se atiende la postergada deuda interna con el pueblo o se honra la estafa de los organismos internacionales y la fuga de capitales.

Somos las mujeres las que estamos al frente de comedores y merenderos, las que hacemos malabares con la plata para garantizar la comida en la mesa todos los días.

Somos las que aportamos el trabajo doméstico no remunerado y apenas si podemos jubilarnos con la mínima gracias a la moratoria previsional. Somos las que nos dedicamos a las tareas del cuidado en nuestros hogares.

A la vez, las jornadas de luchas fueron teñidas por el reclamo de justicia y medidas urgentes para frenar los femicidios y transfemicidios que no solo no cesan sino que cada vez son más. Las últimas cifras, dan como resultado un femicidio cada 23 hs.

En este contexto se torna urgente la declaración de emergencia en violencia de género y que se destinen fondos extraordinarios para dispositivos que permitan evitar los femicidios, facilitando las denuncias, evitando la revictimización, evitando los miles de trámites, agilizando las medidas de protección, brindando ayuda económica, etc.

Gualeguaychú, Entre Rios.

Es inaceptable que sigan sucediendo femicidios como el de Fátima, que había denunciado a su ex pareja varias veces, desde el 2017. En un audio que se difundió ella decía “Ya estoy podrida de denunciarlo en la policía y que nadie haga nada, ni la policía, ni el juzgado ni nadie. Cuando termine muerta por culpa de él puede ser que la policía y el juzgado hagan algo”. Tenía 25 años y el 8 de marzo fue encontrada asesinada.

También el sentido de la marcha en Buenos Aires y la concentración en el Congreso tuvo que ver con el debate y tratamiento parlamentario de la Legalización del aborto.

Si bien la situación sanitaria actual hizo que se retrase la presentación del proyecto del poder ejecutivo, es una clara victoria de la lucha de años del movimiento de mujeres y feminista que sea el propio presidente quien tomando nuestros argumentos en torno a la salud pública y el derecho a decidir, se decida a impulsar no solo su tratamiento sino su aprobación.

En Capital Federal en un escenario que se montó al costado del Congreso de la Nación, se leyó un documento que se había logrado consensuar pocas horas antes, que entre otras cosas manifestaba:

“Paramos porque sabemos que toda deuda pública y externa se traduce en deuda en cada casa y en ajuste para todes. Paramos porque sabemos que las violencias económicas son el engranaje imprescindible de las violencias machistas y femicidas. ¡Vivas, libres y desendeudadas nos queremos! Decimos la deuda es con nosotras y nosotres porque nuestros cuerpos son los más perjudicados por la desocupación, la feminización de la pobreza, la brecha salarial, el trabajo precario y la falta de accesibilidad (…) La deuda es con nosotras y nosotres por el valor incalculable del trabajo de cuidados que se nos asigna obligatoriamente, y que es históricamente invisibilizado. Todos los días realizamos tareas domésticas y de cuidado de niñes y adultes, fundamentales para reproducir la vida. Y no son reconocidas ni remuneradas, ni valoradas en su función política”.

Entre todas las referentes presentes en el escenario para leer el documento, estaba Nora Cortiñas -Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora-, quien con su pañuelo en la mano cerró la jornada de lucha al grito de: “¡Será ley! ¡Será ley!”.

Escenario en Congreso de la Nación