Puntos del acuerdo
• Turbulencias: Según publicó la Presidencia, entre las razones del acuerdo se encuentran las “turbulencias internacionales”. Una confusa explicación que no logra ocultar la responsabilidad del gobierno, que fomentó desbocadamente la especulación financiera y perjudicó a la industria nacional.
• 50 mil millones de dólares es el programa stand-by acordado por 36 meses. Vuelve el monitoreo del FMI.
• Más ajuste: El primer punto es reducir el déficit fiscal primario a 2,7% del PBI este año (el gobierno había planificado un 3,2%). Busca llegar al déficit fiscal primario cero en 2020. Para esto reduce subsidios a la energía, salarios, transferencia a provincias y obras.
• Obra pública: Hacia 2020 recortarían un 80% en términos reales.
• Sin federalismo: Reducirían en un 74% las transferencias a las provincias.
• Más tarifazo: Se prevé una quita del 48% a los subsidios a la energía (tomando como referencia al “precio” de importación).
• Recorte salarial: Volvió el ajuste del 13% al salario estatal, como en el 2000. Sólo que ahora sería medido en términos reales (es decir, garantizando paritarias por debajo de la inflación).
• Jubilaciones: El ajuste ya había sido concretado en diciembre del año pasado.
• Autonomía del BCRA: Se le otorgaría “autoridad para establecer metas de inflación”. Se cancelarían anticipadamente deudas que el Tesoro Nacional tiene con el BCRA (esperan reducirla en 21 mil millones de dólares para 2021). Si el Estado nacional pierde inherencia en esta palanca fundamental de la economía, ¿quién la gana?
• Déficit en la balanza de pagos: Corresponde a la fuga de divisas que se van del país por déficit comercial, pago de deuda externa, remisión de utilidades, gastos en el exterior, etc. Aunque este déficit sigue rompiendo récords, el tema no está mencionado porque el FMI precisamente busca llevársela en pala.